La artista mexicana presentó ‘Salón - Lágrimas y Deseo’ en dos fechas con localidades agotadas
Podría decirse que para la mexicana Lila Downs, la tradición no está reñida con el entretenimiento, y las reivindicaciones se llevan bien con el baile. Esos fueron algunos de los principales elementos que confluyeron en su concierto del viernes, el primero de sus dos funciones en el Gran Rex este último fin de semana, con localidades agotadas, en las que presentó su último álbum, Salón – Lágrimas y Deseo, un disco con una perspectiva de género, donde además, Downs incursiona por primera vez en el bolero.
La reivindicación de género estuvo presente (“historias inspiradas por mujeres que a pesar de la oscuridad van para adelante”, dijo explicando la temática del nuevo trabajo), pero los temas del disco estuvieron dosificados junto a muchos de sus grandes éxitos, y el carácter celebratorio de su show sólo se permitió la inclusión de un par de boleros, “Inmortal” y “Piensa en mí”, este último un bis fuera de programa, forzado por los aplausos del público.
Lila también enfatiza en sus temas la sabiduría de los pueblos originarios (como en “Viene la muerte”, con letra del poeta campesino Asunción Aguilar y en “La Martiniana”, basada en una canción indígena zapoteca), y los ritmos folclóricos de su tierra, que incluyen el son jarocho y la ranchera, interpretados con instrumentos típicos como la jarana y la quijada de burro.
Al frente de una extraordinaria banda de diez integrantes (que incluye sección de vientos, percusión, y dos violinistas argentinos, Javier Weintraub e Irene Cadario), dirigida por su esposo, el saxofonista Paul Cohen, Lila distribuyó el juego sabiamente, permitiendo el lucimiento de los músicos, como en “Vámonos”, que incluyó un duelo entre el acordeón de George Saenz Jr y la trompeta de Jerzain Vargas.
También hubo espacio para los invitados, que en este caso fueron la bagualera salteña Mariana Carrizo, quien después de una gran interpretación de “Vidala para mi sombra” de Atahualpa Yupanqui, se ganó al público con sus características coplas “picantes”, y en los bises, el guitarrista y cantante Nahuel Pennisi, quien se unió a Downs para una emotiva versión de “Gracias a la vida”. Otro invitados locales fueron los bailarines del grupo Folclore en Movimiento, que animaron con sus coloridas danzas temas como “Zapata se queda” y “Son de Juárez”.
Todos estos elementos, así como una estupenda puesta visual que incluía proyecciones ilustrando con impactantes imágenes cada uno de los temas, funcionaron como un apropiado condimento a la imponente voz de Lila, extraña mezcla de folclorista y cantante lírica, que se lució especialmente en canciones como “Mezcalito”, que abrió el concierto desatando un vendaval de energía, “La iguana”, el mencionado “Son de Juárez”- dedicada a Benito Juárez, “el primer presidente indígena de este continente” - el archiconocido “Cucurrucucú paloma” (homenaje a los cantantes tradicionales de su país como Pedro Infante) y la contagiosa “Cumbia del Mole”, un triunfante cierre con el público de pie.
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