Lo más parecido a Rata Blanca

En estos días de reencuentros anunciados y reuniones que intentan burlar el paso del tiempo, que Walter Giardino y Adrián Barilari compartan un escenario no parece ser noticia. Pero lo es. Tras siete años, el tándem creativo de Rata Blanca tocará esta noche, a las 22, en Museum, Perú 535.

Invitado a sumarse a Temple, el proyecto solista de Giardino, Barilari -ahora líder de Alianza- no sólo aceptó con gusto sino que asegura que el largo paréntesis de siete años juega en su favor. "La idea estaba en el aire -agrega el cantante-. Con Walter siempre estuvimos en contacto y cuando me propuso sumarme a su banda como invitado para hacer un par de shows, me pareció que era la mejor manera para volver a compartir un escenario."

El fenómeno del rock local

Lejos de la vorágine que vivió durante el período de esplendor de Rata Blanca, al cantante no le alcanzan las palabras para describir su vuelta a una sala de ensayo con su viejo compañero de ruta. "Al cantar, enseguida me di cuenta de que los temas de Temple me venían como anillo al dedo y, encima, recordar los clásicos de Rata. Fue todo muy emocionante." Calmo, Barilari habla pausado y no cambiará su estado en toda la charla. Giardino, en cambio, tomará la batuta, hablará con pasión, se enojará y concluirá que todo este tiempo tuvo la razón. El encuentro llega en un impensado buen momento. La Mega (98.3), la FM más escuchada por estos días, que sólo pasa rock nacional, rescató a Rata Blanca del olvido y colocó a dos de sus mayores éxitos, "Mujer amante" y "La leyenda del hada y el mago", entre los de mayor rotación.

"Gracias a la radio, este pequeño acontecimiento de haber invitado a Adrián generó cierta expectativa -señala Giardino-. Y esto, hoy, es lo más parecido a Rata Blanca que puedas llegar a tener."

-¿El fenómeno de La Mega sirvió para que ustedes se dieran cuenta de que un posible regreso puede ser bienvenido por la gente?

Giardino: -Todos le tenemos que agradecer a la radio que se haya dado cuenta que la gente quiere escuchar rock nacional y Rata es una de las bandas que está en el corazón del público. Que esté en el top ten de La Mega tiene que ver con la gente. Ninguno de nosotros está detrás de esto y ya no hay compañía discográfica dando vueltas, es totalmente legítimo. Esto es lo que estamos saboreando hoy. Y creo que si estuviésemos trabajando como banda podría ser aún más fuerte.

-El show de esta noche parece cantado. ¿Hay lugar para la sorpresa?

Barilari: -Con Walter siempre hay espacio para la sorpresa. Vamos a hacer temas de Temple, de Rata y algunos nuevos. Hace unos días me pasó el más reciente, pero ya mucho no puedo leer. Estoy medio viejo, así que trataré de cantar lo que entienda. También estoy perdiendo el pelo, pero no las mañas.

-Cuando suban al escenario de Museum, va a ser inevitable que se acuerden de, por ejemplo, aquel show en Vélez a estadio lleno, en 1992.

Barilari: -Particularmente, me resulta inolvidable un show que hicimos en Chile, en el Estadio Nacional. Fuimos como soportes de L.A. Gun y terminamos ganándonos al público. Llovía muchísimo y la gente estaba ahí, firme. Al otro día, la prensa titulaba: "Los argentinos se quedaron con la noche". También me acuerdo de tocar en pleno invierno en Villa Gesell para 25 personas. ¿A quién se le ocurrió llevarnos a Gesell en invierno? Recuerdo que terminamos de tocar y no tenía sentido que nos fuéramos, así que bajamos y saludamos a uno por uno. Lo increíble es que la semana siguiente nos íbamos de gira por Europa.

Giardino: -Eramos como una banda de pub, siempre mantuvimos ese espíritu. Tocábamos en todas partes porque fuera de la Capital no podíamos pretender presentarnos en teatros y estadios, porque no íbamos a poder expandir nuestro nombre. Y lo logramos. El metal en la Argentina se divide en antes y después de Rata Blanca. Puede haber leyendas, tienen su lugar ganado y las respeto mucho, pero acá las bandas grandes empezaron a venir cuando los productores vieron nuestro éxito.

-¿Y V8?

Giardino: -Yo toqué en V8, por eso sé de lo que estoy hablando. Los mitos están bien en su lugar, pero si vas a preguntar en España por V8, nadie va a saber quiénes son. En cambio, preguntá por nosotros y te vas a dar cuenta de la diferencia.

De prejuicios bailanteros

Oficialmente, la banda de hard rock clásico, con bases metálicas y la voz melódica de su cantante, se separó en 1997. Pero su mejor etapa finalizó en el 93, cuando Barilari dio un paso al costado. "Estábamos pegados a la imagen de las bandas de los 80 -afirma el guitarrista-. Eramos un grupo típico de esa época, todo lo contrario a lo que vino después, a las voces gruesas y extremadamente distorsionadas.

-Definitivamente se ganaron la enemistad de un grupo importante cuando comenzaron a tocar en las bailantas, incluso seguidores de la primera hora.

Barilari: -Nunca tuve la experiencia de que alguien se me acercara y me recriminara haber tocado en bailantas, pero sí veía ese reclamo en los medios.

Giardino: -Se armó toda una campaña sin identidad. Nos hizo daño porque era hipócrita y rozaba con la discriminación. Qué se supone, que la clase baja no tenía derecho a ver a Rata, o los supuestos héroes del metal de turno, que no sabían cómo acceder a nuestro éxito, iniciaron esa campaña sólo por envidia. En las bailantas nos iban a ver 5000 personas a cada show y era una fiesta absoluta. Además, sistemáticamente se fueron cerrando los teatros del Gran Buenos Aires, y la solución vino por el lado de las bailantas. Aclará que nosotros tocábamos la misma música de los discos, porque hubo gente que hasta tuvo la fantasía de que hacíamos música tropical.

-Más allá de éste y otros shows, ¿existe alguna posibilidad de reunir a Rata Blanca?

Giardino: -Un montón de cosas tienen que confluir. La plata es sólo una de ésas y, para ser sincero, esto es un muy buen indicio. Es un primer paso, pero miramos sólo el presente. No vamos a juntarnos para hacer "Mujer amante" quince años más. Si nos reunimos va a ser para sacar un discazo nuevo y sentir que volvió una gran banda.

Por Sebastián Espósito

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