
Los niños terribles de "CQC"
Franco y Recalde son la nueva pesadilla de los legisladores
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Vestidos así, de pantalones negros hasta los talones, traje y corbata, los "CQCKids" -los nuevos niños terribles de "Caiga quien caiga"- parecen un par de adultos. Claro que la pose dura lo que un respiro. Enseguida, Patricio Franco y Diego Recalde, que así se llaman, lanzan la carcajada, se arremangan los pantalones hasta las rodillas y vuelven a ser esos dos personajes que causaron tanto revuelo en la Cámara de Diputados y se ganaron una carta documento por lograr que los legisladores hicieran de monigotes ante las cámaras de TV.
A ellos, la verdad, el tema apenas alcanza a ponerlos serios. "El problema -arriesga Recalde, ceremonioso por única vez durante la entrevista con La Nación - es que lo que más perdura en la memoria es la escena ridícula. En general, los diputados aparecen serios, presentando proyectos. Entonces, la imagen, que a ellos les preocupa tanto, terminó convirtiéndose en un boomerang, porque aparecen mostrando una faceta desconocida".
Eso fue, palabras más, palabras menos, lo que ocurrió con el senador nacional por el partido Cruzada Renovadora de San Juan, Alfredo Avelín. Sólo que él decidió recurrir a la Justicia. Unos días después que el ciclo volviera a la pantalla, el senador envió a la productora Cuatro Cabezas una carta documento exigiendo que no se emita la entrevista que le hicieron los "CQC Kids" por entender que "todo fue un engaño porque dijeron que trabajaban para un programa infantil". No fue el único que se arrepintió. Según el recuento de Franco, la noche del debut de "CQC", cuando se emitió la entrevista de la diputada Amalia Isequilla, quedaron registradas "20 llamadas" de legisladores y jefes de prensa que rogaban que el material no saliera al aire.
El agua no llegó al río. La carta documento quedó sin efecto y los legisladores que alguna vez planearon tratar el tema "CQC Kids" en la Cámara volvieron sobre sus pasos e incluso llamaron a Cuatro Cabezas para asegurar que de ninguna manera iban a impedir que el material se viera en las pantallas.
La maratón de las pruebas
A esta altura, ellos pueden mirar todo a la distancia. Es que las escenas que aparecen al aire cada martes, en la emisión semanal de "CQC", fueron grabadas en una maratónica sesión de veinte días, del 10 al 30 de marzo. En ese lapso, se ocuparon de llamar a los diputados, concertar las citas y hacer la módica suma de tres entrevistas por día.
Los que cayeron en las redes de "CQCKids" suman treinta. Pero sólo se seleccionaron 16 para poner en pantalla. "Probamos no sólo con políticos, sino también con modelos y con algunos actores", cuenta Franco.
-¿Actores?- se asombra Recalde.
-Bueno... Es que no sé cómo llamar a Ante Garmaz -se disculpa Franco.
Los "CQCKids" también tuvieron que suspender las notas que ya habían pautado con Erman González, Alfredo Miroli y Julio César Aráoz. Iban a encontrarse con ellos el miércoles posterior al estreno de "CQC", pero, repercusiones mediante, tuvieron que olvidarse de esos tres platos fuertes.
"Miroli era el objetivo principal -se ríe Franco-. Ya nos habíamos aprendido de memoria los textos de Fleco y Male para entrar al despacho diciendo lo que ellos dicen en la publicidad contra las drogas. Pero después de que salió la entrevista a Isequilla no podíamos caer en el despacho de nadie".
Aunque la intensa sesión de entrevistas llevó 20 días, los "CQCKids" llevan un año exacto calentando los motores en Cuatro Cabezas.
Recalde y Franco, que trabajaban juntos en teatro con el grupo Los Paccoss, se presentaron en Cuatro Cabezas porque querían trabajar con la dupla Mario Pergolini-Diego Guebel. "Buscábamos la forma de trabajar en la tele. Y en el menú de posibilidades sólo apareció este programa, claramente: por el tipo de humor que nos interesa ver y hacer y además, porque acá hace falta esfuerzo para que algo termine de estar", admiten los dos.
Con esa premisa, el dúo comenzó con una serie de pruebas, ensayando personajes. Luego empezaron a colaborar con Eduardo de la Puente en los guiones de los titulares, los recortes de los diarios, el "Qué estará haciendo en este instante" y los "llamados de solidaridad" del programa.
Ahora que las escenas están en el aire, los chicos volvieron a su oficio exclusivo de guionistas. Pero sólo por un tiempo. A esta altura del año, ya están despuntando su imaginación para crear nuevos personajes que estrenarán cuando termine el Mundial de fútbol. Prefieren mantenerlo en secreto, aunque saben que ahora, con los antecedentes de chicos terribles que llevan en la frente, ya no podrán pasearse por los pasillos de la Cámara de Diputados, en pantalones cortos y con marionetas colgando del brazo.
Las leyes del humor tienen su abogado
El martes en que Mario Pergolini tuvo que presentar a Daniel Malnatti, la tercera cara nueva de "Caiga quien caiga", dijo : "Este es periodista, es abogado y después de esto no va a volver ejercer nunca más ni como periodista ni como abogado...". Pero a Malnatti, con sus 29 años, el futuro no se le presenta tan desalentador: "Si Mariano Cúneo Libarona pudo volver al derecho, todo puede pasar....", se burla durante la entrevista con La Nación . Lo cierto es que el nuevo cronista "datero", como lo apodaron para su bloque de "CQC", lleva sobre sus hombros el peso de hacer las veces de sabelotodo. El prefiere resumir que se las tiene que "ingeniar para recordar todo" lo que sabe y "recurrir al archivo" cuando tiene tiempo. Pero la verdad es que su cara transparenta que sabe más de lo que dice. De hecho, asegura sin asombro que conocía muy bien el Código de Contravenciones, con el que hizo pasar un muy mal momento a Gustavo Beliz, en su debut televisivo.
Malnatti llegó a la productora Cuatro Cabezas hace casi dos años, con su currículum bajo el brazo, dispuesto a hacer las pruebas suficientes y necesarias como para quedarse.
Hasta ese momento, el chico de permanente cara seria y anteojos estudiaba periodismo en TEA y trabajaba como abogado, sin la menor intención de volcarse al humor. Es más: por su aspecto, no estaría mal imaginárselo como una especie de Clark Kent que un día decidió sacarse el traje demasiado rígido para mostrar otra faceta de su personalidad.
En todo caso, Pergolini detectó esa otra cara. "El vio el material y dijo: "A éste pruébenlo con el personaje de datero, que juegue ese papel", resume Malnatti, en su otro yo, un poco más risueño que el que se ve en TV.






