Luciano Cáceres muerto de amor por su mujer, Gloria Carrá

Se conocieron trabajando en la obra Bésame mucho, de Javier Daulte. Seis años después volvieron a compartir escenario -y director- en La felicidad, y compusieron a dos malvados antológicos en Patito Feo. En ese momento descubrieron que ya no podían desentenderse de lo que les pasaba. En menos de un año, ya estaban casados y después llegó Amelia, la pequeña que revolucionó la casa y sus vidas.

Hoy, Gloria Carrá y Luciano Cáceres vuelven formar parte del mismo elenco, pero ahora, la situación es extraña: comparten set pero no escenas. Sin embargo, cada vez que se encuentran en los pasillos no pueden evitar demostrarse el amor que se tienen. Lejos de la competencia y de las poses, esta pareja de actores no tiene ningún reparo en gritarle al mundo cuánto se ama ni lo orgulloso que está cada uno de poder compartir su vida –y su trabajo- con el otro.

En Sres. Papis, la nueva tira de Telefé, Gloria es Carla, un ama de casa, madre de tres hijos con un gran conflicto que la lleva a tomar la decisión de separarse. Luciano es Franco, viudo y padre de dos niñas, que de a poco irá intentando rehacer su vida. Sus personajes sólo tienen algo en común: sus hijas van al mismo jardín de infantes. Es por eso que, a pesar de pasar largas jornadas en el mismo set, sólo compartieron, hasta ahora, una escena. A ellos no les importa. Les gusta saber que el otro está ahí, cerca. Y disfrutan de poder compartir este proyecto que los dos los entusiasma por igual.

-¿Qué los llevó a aceptar la propuesta de participar de Sres Papis?

GC- Si no me hubiesen llamado para participar, hubiese dicho "Qué pena que no estoy ahí". Realmente me encantó el proyecto, el elenco es genial y además, estoy cómoda porque estoy muy cerca de mi casa. Las locaciones siempre son por ahí, a quince cuadras, a veinte cuadras. Entonces, con Luciano nos organizamos para llevar y traer a Amelia del jardín. Nos viene bárbaro (risas).

- A vos, Luciano, este personaje te brinda la oportunidad de demostrar otras facetas en la tele. ¿Ese fue uno de los motivos?

LC- Sí, estoy contento con que haya llegado y con que el canal haya apostado a que puedo estar al frente de esta historia más blanca, más pura, en este rol que me toca. Los personajes que hice antes en la tele, siendo el antagonista o el villano, tenían otros colores... Y este personaje tiene todo lo que tiene un galán tradicional pero desde un lugar de quiebre, porque siempre está pensando en sus dos criaturas. Pensá que yo mido 1,87, pero estoy la mitad del programa agachado hablando con mis hijas, y eso te saca todo ese porte de "tipacho".

-Sus personajes atraviesan momentos de crisis cuando comienza la historia...

GC- Sí. Carla se casó con Chori (Luciano Castro), su novio de la adolescencia. Es madre de tres chicos y lleva una vida más o menos normal hasta que de pronto descubre que no se escuchó a sí misma; que la vida le fue pasando. Y entonces decide separarse. Así arranca la historia, y me encantó que empezara así, con todo.

LC- Franco es viudo. Y su mujer tiene una fuerte presencia desde el recuerdo. Eso hace que a él le cueste rearmarse, porque su mujer murió por un accidente justo después de tener una discusión cotidiana en la que él le dijo "morite". Y esa carga se la recuerda siempre su suegra, que lo ayuda con la crianza de sus hijas. A pesar de todo eso, mi personaje no pudo llorar en estos años, y recién ahora, por algo que ocurre con la maestra de los chicos (Vanesa González), se va a ir aflojando.

-¿Y cómo es volver a trabajar juntos en la tele?

LC- Nosotros laburamos mucho juntos, hicimos cinco obras de teatro, dos años de Patito feo, dos películas, un especial de Telefé. Lo tenemos muy naturalizado. Y además yo la admiro mucho como actriz y siempre es un placer cruzármela. Creo que su presencia jerarquiza al programa, para mí es una de las mejores actrices del planeta. Y esto lo digo más allá de que es mi mujer, de la vida que compartimos y de cómo es ella como pareja y como madre de mi hija...

GC- Me puse colorada… La verdad es que nosotros trabajamos super bien juntos. Nos conocemos mucho, nos llevamos muy bien, nos admiramos y nos resulta cómodo, pero la verdad es que en este programa ni nos cruzamos... (Risas). El otro día grabamos la primera escena juntos, y fue muy gracioso, porque nuestros personajes casi no tienen interacción. En este caso, él venía a buscar a su nena a mi casa, porque estaba jugando con la mía... ¡Y eso fue todo!

- Cuando lo ves a Luciano interpretando a ese padre presente y tierno, ¿lo reconocés?

GC- Por supuesto. Es divino verlo en este personaje, porque es lo que veo todo el tiempo en casa. La escena en la que las nenas le están poniendo hebillas pasó en casa realmente más de una vez... Amelia nos ha llenado a los dos de hebillas, nos hace la peluquería y después nos dice: "Están hermosos".

LC- Es que uno como padre está acostumbrado a hacer lo que los hijos quieren. Por eso, cuando me preguntan si me veo parecido a mi personaje digo que no. Que yo por suerte la tengo a Gloria, que no se me murió ni se me va a morir nunca, sino me volvería loco. Partiendo de ese punto hace que todo sea distinto, porque mi personaje está solo para criar a las nenas. En ese sentido, Gloria es una mamá enorme. Y después, lo que uno puede aportar tiene que ver con la vida misma, y eso rige para todos los roles que uno hace. La experiencia de vida en algún lado está, te hace pensar de determinada manera y aparece para aportarle cosas al personaje.

GC- La verdad es que los dos estamos viviendo la paternidad a full. Yo ya la había vivido mucho tiempo antes, pero no es lo mismo. Soy una mamá distinta, con Ángela (Torres) fui una y con Amelia soy otra, y es así porque uno va cambiando. En este momento, los dos estamos muy conectados con Amelia y lo disfrutamos muchísimo.

-Hablando de Ángela, ¿cómo viviste su participación en Solamente vos?

GC- Estoy muy orgullosa de Ángela. A mí me pone muy contenta porque es buena actriz, tiene mucho talento, tiene mucho humor... Bueno, es mi hija, qué te voy a decir...

LC- Ángela tiene un talento natural increíble, de nacimiento. Es un torbellino de creatividad.

- ¿Y la ves parecida a vos cuando tenías su edad?

GC- En realidad, ella es muy Torres, pero lo que más notamos las dos es que tenemos la voz parecida y, también, la forma de hablar. A veces, cuando llaman a casa por teléfono nos confunden. ¡Ha engañado a amigas mías! Les ha hablado un rato largo sin decirles que era ella.

Por Mariano D'Andrea

• Entrevista exclusiva
• Gloria Carrá
• Luciano Cáceres

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