A días de la edición de su disco Enslaved y de su nueva visita a Buenos Aires, el ex Sepultura celebra el metal y ensalza el espíritu
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Pocos le ponían demasiadas fichas a Soulfly en su génesis, y sin embargo ahí está, quince años después, manteniendo en alto el espíritu del Sepultura de Chaos A.D. y Roots más aún que el mismo Sepultura. Max Cavalera sigue bestial y sensible, moviéndose cada vez más hacia los rincones más recónditos del metal mientras canaliza su pasión por la observación y la espiritualidad en discos como el inminente Enslaved, su octavo álbum de estudio. Siempre inquieto y elocuente, anticipa su presentación del 1° de marzo en el Teatro Flores y abre las puertas para una potencial reunión de la banda de rock pesado más trascendente de Sudamérica.
Leímos que es tu disco más violento, pero también es muy experimental: hasta metés un violín. ¿Cómo congeniás una cosa con la otra?
Es cierto, es el disco más extremo y más agresivo que Soulfly haya hecho hasta ahora, pero a la vez incorpora nuevas ideas. Hay un violín en una canción instrumental que en realidad va a ser un lado B para la edición especial, así la gente puede elegir si quiere esta canción o no. Estoy muy contento con el disco, Zeuss [productor de metal y hardcore, responsable del sonido de discos de Hatebreed y Agnostic Front] y yo trabajamos mucho. Lo hicimos bajo presión, porque tenía dos semanas para hacer todo, ¡me volví loco! En eso encontré el tópico del que quería hablar: la esclavitud, que es algo que me viene rondando desde hace quince años y nunca lo había podido usar. Y ahora que tenía sólo dos semanas me pareció útil. A los fans les va a encantar porque es muy pesado.
¿Cómo cambió el sonido de la banda con la última formación?
David [Kincade, baterista] y Tony [Campos, bajista] hicieron que la banda naciera de nuevo. Tony tiene mucha experiencia y la aportó en el estudio, además de ser muy divertido. Le gustaban mucho mis riffs y me alentaba con ellos. David es un batero extremo: yo lo escuché tocar con Borgnakar, el grupo de black metal noruego, me junté a zapar con él un par de días y salieron dos canciones, es un tipo muy especial. Toca un doble bombo asesino y le agregó el espíritu del black metal al disco. Y además está Marc Rizzo, que es mi guitarrista favorito, no lo quiero cambiar en un tiempo largo. Creo que esta formación de Soulfly tiene buenos músicos, buena gente… es una de las más fuertes.
En el corte "World Scum" te dedicás a enumerar cosas terribles que pasaron en el último siglo. ¿Pensás que estamos en una era de maldad?
Creo que estamos en una época apocalíptica, sin duda. Creo que estamos entrando en el Armaggedon que planteaba la Biblia. Israel, Irán, Egipto, Siria, desastres naturales, el tsunami, toda esta mierda loca que está pasando en el mundo, y todo este mal está hecho por el hombre. El tema habla de eso: JFK, Hiroshima y Nagasaki, etc. Y lo que va a determinar el destino de nuestra raza es la lucha entre Jesús y el Anticristo, el bien y el mal.
Siempre se te pregunta por tus creencias. ¿Por qué pensás que el metal es un vehículo tan efectivo para la espiritualidad?
La música llega a mucha gente y es espiritual en sí misma, es muy fuerte. La espiritualidad no tiene nada que ver con la religión: yo soy espiritual, no religioso. Y el metal es bueno para esto porque muestra las cosas que sentís y no podés explicar, y te llegan cuando escuchás la música. Así se sienten los metaleros: como que el heavy los vuelve locos. El headbanging, saltar del escenario, poguear... todas estas locuras que normalmente no hacés, las hacés cuando escuchás esta música. Para mí esto tiene que ver con la espiritualidad.
¿Tenés ganas de retomar la mezcla de heavy y ritmos latinos con la que revolucionaste el metal en Roots de Sepultura?
Me gustaría hacer otro disco tribal en el futuro, un disco con percusión y ritmos latinos. Quizás grabar en Brasil, o en otros lugares de Sudamérica: Bolivia, Argentina, Chile, Venezuela. Es un proyecto, pero por ahora va a tener que esperar.
El metal parece estancado, después de una época muy fructífera en los 90. ¿Ves cosas interesantes en las bandas más jóvenes?
Creo que el metal nunca para. A veces se hace más lento: es cierto que en los 90 pasaban más cosas, con el thrash, el death metal y demás. Ahora me gusta el deathcore, con bandas como Oceano o Whitechapel. O las cosas que están haciendo Dillinger Escape Plan, Gojira o Mastodon. Hay buenas bandas haciendo metal en estos días. Creo que el metal está en un buen lugar, es muy popular en todo el mundo, especialmente en Alemania o Inglaterra, donde hay grandes festivales. En América también está creciendo… es un género que nunca muere.
¿Cómo vas con tu autobiografía?
Voy por la mitad. Hay que hacer un montón de entrevistas con músicos, amigos, productores y familiares, estoy trabajando con el escritor inglés John McIver y esperamos tenerlo para Navidad. Dave Grohl va a escribir el prólogo. Vamos a hablar de mis inicios en Brasil, la formación de Sepultura, la creación de Soulfly y todo lo que pasó entre medio.
¿Va a volver la formación clásica de Sepultura o es imposible?
No lo descarto. Todavía creo que es posible algún día, pero depende de muchas cosas. Yo lo quiero hacer, estoy listo y si los demás dicen que sí, me reuniría. Me gustaría mostrarle al mundo que lo podemos hacer, pero mientras tanto soy muy feliz con lo que hago con Cavalera Conspiracy y Soulfly. Hay que esperar, no lo tacho de mi lista.
Por Diego Mancusi
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