Alicia Keys deslumbró en el Movistar Arena, le regaló una noche mágica a sus fans y sorprendió al invitar a una cantante argentina
A diez años de su última visita a nuestro país, la pianista, cantante y compositora se lució con su carisma, su repertorio y un guiño a Prince
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Los domingos el ritmo de la ciudad se ralenta. El calendario suspende su tiempo habitual. En el aire sólo se respira un puñado de cosas mundanas. Nada muy trascendental pareciera ocurrir o estar por ocurrir. Excepto que sea uno de esos domingos en los que se juega un superclásico. O que sea el domingo que -a diez años de su última visita- Alicia Keys eligió para regresar a la Argentina con un nuevo show. Y el 7 de mayo, con esos dos sucesos en su haber, no fue -claro está- un domingo cualquiera.
Cuando el reloj marcó las 21:40 (40 minutos más tarde de lo pautado) y en el preciso instante en el que la pianista, cantante y compositora Alicia Keys puso el primer pie en el escenario y le dio inicio al concierto de su gira Alicia + Keys World Tour, envolvió de magia al Movistar Arena. Las pantallas proyectaban imágenes del espacio exterior y las luces violetas y naranjas alumbraron a la multitud expectante. Alicia era una escenografía en si misma: cuando apareció en escena con un catsuit brillante, acompañado con una maxi capa fucsia, hipnotizó por completo al público. Para completar el impacto, condecoró a las trencitas de su cabello con una capucha de destellos que enmarcaba su rostro con una dosis precisa de elegancia y excentricidad. La estética del show (desde la escenografía y la iluminación hasta el vestuario) estuvo inspirada en el emblemático músico Prince, amigo y mentor de Alicia, que falleció en 2016 a causa de una sobredosis.
“Esta noche la vamos a pasar bien”, decretó la neoyorkina antes de abrirle paso al repertorio musical con “Nat King Cole”, “Truth Without Love” y “You Don’t Know my Name”. Con Alicia en escena, la puesta no precisó más monumentalidad que su presencia y talento. La primera parte del show descansó por completo en la protagonista única de la noche, y ella supo pasearse de lado a lado, micrófono en mano, marcándole el ritmo a sus fans que no pudieron más que aclamarla. Con “Wasted Energy” y “New Day”, el público se dispuso oficialmente a perseguir el estandarte de la cantante: “sentirse libres” y “pasarla bien”. En la platea y en el campo, a las voces se le suman los movimientos: todos en el predio además de cantar se dispusieron a bailar.
Uno de los guiños al público latino lo coronó la interpretación de “Calma” y de “Looking for Paradise” en castellano, que contra toda especulación y expectativa no contó con la participación de Alejandro Sanz, que por estos momentos también pisa tierras rioplatenses. Esas canciones, ovacionadas por los fans, completaron su fervor con un medley de música latina a cargo de la banda de la pianista que incluyó algunos versos de bachata y reggaetón, elevando a un clima aún más festivo la noche de Alicia.
Con un cambio de vestuario, la cantante se trasladó luego a un escenario alternativo en la parte trasera del predio, que se convirtió en toda una cabina de DJ. Rodeada de luces y teclados, cantó “The Gospel” y logró que sus fans se prendieran a un coro espontáneo, dispuestos a recibir su bendición. Keys logró despegarse de la intimidad del primer bloque de canciones y se animó a jugar con algunos beats. Su performance y sus interacciones con el público reconfiguraron la performance y, por unos minutos, el show devino fiesta electrónica.
La canción que se encargó de devolver a la artista al escenario principal fue “City of Gods”, que además logró con creces la intención de transportar el espíritu de Nueva York a la noche porteña. Con el público completamente rendido a sus pies, Keys manejó a la perfección los distintos climas del recital: se envalentonó al ritmo del reggaetón, exploró momentos de intimidad junto a su piano y disfrutó cada una de las estrofas de sus éxitos más comerciales como “Girl on Fire” o “Fallin”.
Una de las grandes sorpresas del recital fue la presencia de Cazzu como invitada especial, quien cantó “Underdog” con una sonrisa indisimulable junto a Keys. “Muestrénle a Alicia lo que hacemos”, arengó la jujeña que terminó su participación pidiendo un aplauso “para esta genia”. El final de la noche lo marcó una de las canciones más icónicas y favoritas del público, “If Ain’t Got You”, en español. El tema fue publicado en 2003 y coronó la carrera musical de Keys, convirtiéndose en uno de los mayores éxitos de su trayectoria. “Que noche especial, maravillosa y única. Estoy muy agradecida y espero volver pronto”, prometió la estrella. La ovación fue total.
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