
Americanto, entre el folklore y el futurismo
El ultramoderno espacio Le Parc es el ámbito ideal para este encuentro musical dispuesto a unir el pasado con el presente
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MENDOZA.- Gaby Kerpel se maravilla con la historia que cuenta la cantora mendocina Sandra Maya sobre la recuperación del tambor huarpe y cómo lo recreó con un luthier local a partir de una crónica que sacó de los estudios históricos que guardaban la memoria de la región del Cuyo ancestral. "Los pueblos originarios de la zona se comunicaban a través de los tambores, pero les prohibieron su uso y eso se fue perdiendo", relata.
Realidades urbanas y rurales se cruzan en el ultramoderno espacio Le Parc que tiene trazos del Pompidou y que va bien con este cruce de coplas originarias, nuevas tecnologías y bits orgánicos que forman parte del lanzamiento del Americanto, en el que participan la coplera salteña Balvina Ramos, el productor electrónico Gaby Kerpel y la cantautora Luvi Torres.
Temprano, el grupo mendocino Huaynamarca puso los colores andinos, con una panorámica de los cerros detrás, que hacía que el espacio vanguardista se torne más natural. Después Balvina Ramos quemó todos los papeles. La salteña, que hipnotizó de entrada al público, apareció cantando sin micrófono en el hall del centro contemporáneo y se fue llevando a la gente en fila tras de sí, cual flautista de Hamelin. La obra suspendida de Julio Le Parc, como un gran sol rojo brillante, recordaba un atardecer en su pueblo natal de Bacoya, en Santa Victoria Oeste.
La historia de Balvina es fascinante y trashumante como su canto. Hay algo de desgarro en sus tonadas y coplas, un desgarro de destierro, de quién realizo dos grandes exilios: el primero desde su pueblo (un lugar al que todavía hoy se accede luego de 5 horas de burro o caballo) hasta Salta; y el otro todavía más lejos, desde Salta hasta Mar del Plata, donde vive actualmente. "Cuando salgo al balcón y miro al horizonte sueño con ver el cerro, pero sólo está el cielo con sus nubecitas nomás". Balvina desmenuza su propia historia y la de su entorno, a través de sus coplas y llega profundo con las historias de "A mi Tata", donde recuerda a Doña Valentina (su madre) y a Don Modesto (su padre), una tejedora y un pastor que tuvieron siete hijos, de los cuales ella, la más chica, fue la única que se le animó al canto profesionalmente.
Su audacia la llevó a grabar con Gaby Kerpel el proyecto "Tira torito" y por eso le pasa la posta para que el productor siga el concierto con su nuevo proyecto musical junto a Luvi Torres. La nueva pareja musical sorprende con su sonido que mezcla la adrenalina electrónica, los mantras sonoros de la voz de Luvi y un pulso contemporáneo folklórico que Kerpel viene desarrollando desde los noventa.




