El madrileño de 27 años que llevó su trap espeso a los 40 Principales habla de su disco Idolo y de su show en el Sónar Buenos Aires el próximo domingo
Pocas semanas después de editar Idolo, el primer disco de un artista de la escena rap española en un sello major, C Tangana analiza desde Madrid el impacto del español en la música urbana global durante los últimos años. “Estábamos viendo que los charts se estaban llenando de artistas latinos o featurings con latinos. ‘Despacito’ fue la confirmación de que nuestro idioma es lo más importante que está pasando”, dice este madrileño de 27 años llamado Antón Alvarez recordando lo que pasaba hace dos años cuando empezó a trabajar en su nuevo material. A más de 10 años de presentar sus primeros trabajos con el nombre de Crema, busca sumarse al juego internacional con el encanto de su acento español hundiéndose en bases trap, en algunos recursos de la música electrónica de club, en las raíces flamencas de Andalucía -como en el video de “Pa que brille”- o jugando a ser Drake en “Demasiado tarde”, un R&B con un beat profundo como el latido de un corazón. El domingo 26 de este mes en Tecnópolis como uno de los números más fuertes del Sónar Buenos Aires , C. Tangana mostrará los temas de Idolo, más los que lanzó como simples durante 2015 y 2016 y otros registrados con el colectivo Agorazein.
En la previa de la salida de Idolo, mientras el single “Mala mujer” llegaba a las principales radios de España, en cada entrevista insistías en poner tu música debajo de la etiqueta “POP” en lugar del género “TRAP”. ¿Por qué lo hacías?
Básicamente, lo que he hecho es tener ese discurso porque en la cultura urbana de España casi todos somos gente joven, y la gente de los medios que habla de nosotros y que nos ve como un fenómeno social, nos lleva para arriba y para abajo, y al final parece que son el resto de las personas los que hablan por ti. Es muy difícil ser el dueño de tu propio discurso. Lo que yo he ido haciendo poco a poco es intentar generar mi propio discurso y que la gente diga de mí lo que yo quiero y no lo que ellos quieren. Por eso durante un momento determinado para mí era muy importante que no se me etiquetase dentro del género del rap o trap porque esto me ocasionaba problemas para que mi música llegue más lejos. Yo tengo la idea de que la música urbana global es ahora la música popular, lo que podía ser el rock hace 20 años. La gente pobre, la gente muy intelectual, la gente nada intelectual, para divertirte, para pensar; todo el mundo escucha música urbana. Empecé a insistir con la etiqueta pop para que me creyeran y para que pudieran escuchar mi música sin prejuicios y poder posicionarme en la primer radiofórmula de España que es Los 40 principales.
Era parte de un plan...
Era un discurso. Entiendo que soy un personaje. Desde las entrevistas a las apariciones en público y hasta las fotos en mi Instagram, son parte de mis performances y decir esto de que no hago trap y que hago pop es parte de mi contenido.
En “Tiempo” hablás de cómo te pasabas el tiempo en el trabajo pensando en cómo ibas a conseguir tener una carrera exitosa. ¿Cómo eran esos días?
“Tiempo” está escrita hace un año, con lo cual que en la letra me refiero a 2015. Hablo de un momento que estaba trabajando y había empezado con la maqueta de 10/15, un mixtape que está basado en beats de Drake. Yo he currado de todo: curré en un sitio de comida rápida, en tiendas, en call centers, de hecho cuando saqué el mixtape estaba en el call center. He trabajado en Anaya, una editorial de aquí. He hecho un montón de curros. En un momento decidí que no quería currar para nadie más y me volqué en la música, no como hobby como había hecho de más jovencito, si no para tratar de convertirlo en mi profesión.
En la misma canción hablás de una “estrategia militar en marketing viral”. Tu presencia online se volvió constante en el último tiempo. ¿En ese momento decidiste que ibas a meterte de lleno en el juego.
Justo antes de ese momento estaba alejado de la música. Yo vengo haciendo música desde que era joven. Hace unos años saqué un álbum que se llama Love’s (2012) con el colectivo que integro aquí en España y fue la primera vez que tuvimos un pico. Algunos medios nos empezaron a prestar atención, nos llamaron para el Sónar, empecé a hacer entrevistas, y me di cuenta que si me quería dedicar a la música no era sólo hacer música, sino que llevaba más cosas. Y en ese momento a mí no me gustó. Lo rechacé por completo y dejé de sacar música. Seguí haciendo, pero sin intención de mostrársela al mundo. Hasta que tomé la decisión de que quería volver a hacer música y que no iba a ir con medias tintas. En vez de dejarme llevar por esta marea de que te sacan fotos, de que te hacen entrevistas, de que quieren hablar por ti, empecé a jugar el personaje público, la faceta del artista que sabe que esto es un negocio y empecé a hacer lo que estoy haciendo ahora, hablando así.
Además de tu canción “Los chicos de Madriz” lanzada el año pasado, varias canciones de Idolo suenan como palos a tus colegas. ¿Tenés muchas rivalidades en tu país?
No hay más rivalidad. En general, lo que yo cuento es toda la esencia y lo conflictivo que hay en el proceso de convertirse en un ídolo. En ese sentido, lo que yo me di cuenta es que yo era una persona muy ambiciosa, individualista y competitiva y todo eso se refleja en el disco, son todas las estructuras que me fui encontrando. El caso es que todo eso está en mí. No es particularmente con nadie. Son discursos de un ídolo moderno, un individuo en una sociedad de consumo como la que vivimos y que quiere triunfar.
Suena como un boxeador que pelea contra su sombra...
Sí, literalmente es eso. Es el mundo heteronormativo, de competición y de mercado en el que vivimos todos.
Salvo la colaboración de French Montana en un remix que se editó de “Mala mujer”, no trabajaste con ningún colega. No tenés invitados en Idolo. ¿Por qué?
Porque creo que era un disco bastante personal, entendía que eran un poco conflictivas las letras. Hay algo como malo y como oscuro en lo que estoy diciendo y son muy personales, y todo el tiempo está centrado en la figura del que está soltando el discurso, en esta supuesta figura del que se va a convertir en Idolo. Por eso me parecía más interesante que fuese yo todo el rato hablándole, que todo el disco estuviese la recurrencia,. Tampoco veía la posibilidad de explicárle a alguien para que se metiese en todo ese mundo de excesos, era muy difícil explicarle toda esa paranoia a alguien. Tendría que haber salido de forma natural... con Sticky M.A. de mi colectivo podría haber hecho algo.
Tener a una discográfica como Sony detrás te puede ayudar a elegir. ¿A quién elegirías para grabar un tema?
Hay mucha gente que me gustaría tener. Ahora mismo me gustaría hacer una colaboración con Kali Uchis...
Viene a Buenos Aires dos semanas después de tu visita.
Si la ves, recuérdale que C. Tangana quiere hacer una colaboración con ella, a ver si hacemos fuerza entre todos y lo conseguimos. Otro que me gustaría tener es es A.CHAL. Es un chico de origen peruano que vive en Estados Unidos. Se mueve en un sonido de rap actual sofisticado, pero tiene algo de desierto y LSD. Me gustaría conectar con él porque tiene esa mezcla anglo y latina con la que me identifico.
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