La Opera de Pekín, en el Cervantes
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Una nueva muestra de la Opera de Pekín se dará a conocer desde mañana y hasta el sábado en la sala María Guerrero del Teatro Nacional Cervantes. Las presentaciones estarán a cargo de la compañía de la provincia de Henan, de China.
El programa está integrado por obras breves, como "En la encrucijada", "El brazalete de jade", "El río otoñal" y "Disturbios en el palacio celestial". Todas ellas resultan elocuentes demostraciones de esta técnica de representación que combina el canto, la danza, la música, la recitación, la pintura, las artes marciales y la acrobacia.
La Opera de Pekín es una de las manifestaciones artísticas más singulares de Oriente, que ha logrado mantenerse casi intacta al cabo de 200 años. Nacida en las provincias de Anhui y Hebei, tiene un repertorio muy amplio. Sus temas y personajes son influencia directa de leyendas, narraciones u óperas populares.
Tanto el maquillaje como el vestuario están cargados de signos particulares que ayudan a definir y comprender más íntegramente las conductas de los personajes.
El director Wang Rui Qing se muestra sumamente feliz por las presentaciones que hasta ahora han realizado en la gira latinoamericana. "Nuestra compañía -señala- cumplió cincuenta años de actividad y es para nosotros muy sorprendente ver la recepción que estos espectáculos tienen fuera de China. La Opera de Pekín es un arte profesional que requiere mucha formación, con ejercicios estrictos. Está cargado de elementos tradicionales. Es un arte muy elegante, profundo y amplio."
Si bien las piezas que traen forman parte del repertorio clásico, el artista reconoce que también es mucha la producción moderna que existe dentro la ópera. Aporta a la vez un concepto que sintetizaría el interés del pueblo chino por ver estas obras tradicionales, "festejan -dice- la vida ordinaria de la sociedad moderna".
Este grupo de la provincia de Henan tiene dos protagonistas muy reconocidos, Zheng Fenggin y Che Qiang, ambos están hace más de 20 años en la compañía. Fenggin tiene a su cargo el papel femenino, en tanto que Qiang se destaca como mono.
Zheng Fenggin, de 36 años, comenzó su entrenamiento a los 11. Por entonces su fascinación pasaba por las expresiones del maquillaje y el vestuario. Hoy está considerada una actriz madura. Che Qiang, de 33 años, comenzó a los 13. Al comienzo, su papel era el de bufón y hoy interpreta al Mono, un personaje -gran protagonista de la obra "Disturbios en el palacio celestial"- que lo obliga a un muy fuerte despliegue físico.
Esta será una constante en el programa que se verá sobre el escenario del Cervantes, todas las obras expondrán una intensa técnica corporal y vocal.

