Marc Ribot apuesta a la resistencia
Una de las demostraciones más categóricas de la capacidad para devorar y vaciar de contenido de la industria del entretenimiento en los últimos años fue la utilización de Bella Ciao en la exitosa serie española La casa de papel . Una canción que fue emblema de la resistencia de los partisanos frente al avance del fascismo italiano transformada en producto de consumo masivo rápido e irreflexivo. Para los que tengan la osadía de señalar ese contrasentido, la coartada más usual es tacharlos de solemnes. Porque pensar reduce el tiempo necesario para seguir consumiendo.
Pues bien, Marc Ribot es uno de los aburridos que no se ha dejado amedrentar por los defensores del vale todo. Guitarrista excelso que ha trabajado con John Zorn, Elvis Costello, Caetano Veloso, Tom Waits, Marianne Faithfull, The Black Keys y nuestro Andrés Calamaro (en Alta suciedad), estuvo al frente de formaciones memorables (Los Cubanos Postizos, The Young Philadelphians) y reformuló con una visión propia buena parte de la tradición de la música norteamericana e investigó la de raíz latina con la misma obstinación.
La idea de retomar Bella Ciao para entregársela a la voz única de Tom Waits ya justifica la grabación de Songs Of Resistance 1942-2018, pero esa es apenas la frutilla de un postre sabroso que recupera un puñado de canciones relacionadas con la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos justo en un época donde se vuelven a ver seriamente amenazados por la brutalidad de Donald Trump .
Ribot sumó a su cruzada a unos cuantos colegas con inquietudes políticas -Fay Victor, Sam Amidon, Steve Earle, Meshell Ndgeocello- y compuso -en otro gesto extemporáneo- algunas protest songs especialmente para la ocasión.
La singularísima voz de Fay Victor -una artista cuyo estilo interpretativo le ha generado problemas a los que han pretendido etiquetarla- abre el fuego en medio de un torrente de free jazz que remite a las exploraciones sonoras de Ornette Coleman (un favorito de la cantante) y le da un marco inesperado a We Are The Soldiers In The Army, tema tradicional del Siglo XIX que pone las cosas claras de entrada: "Somos soldados en el ejército / Tenemos que luchar aunque también tengamos que llorar". La vocalista reaparece en John Brown, uno de los temas mas animados del disco, con el clima prototípico del funk de la era del blaxploitation ambientando la historia del abolicionista ahorcado en 1859 por alentar las revueltas de esclavos. Son ecos del pasado resonando fuerte en el presente, que igual está a tiro en Srinivas, donde Earle y Tift Merrit (gran discípula de Joni Mitchell) recuerdan con tono evocativo al migrante indio asesinado en Kansas en 2017 y, de una manera mucho más abierta y sin inhibiciones, en la ranchera Rata de dos patas, en una versión extraordinaria que incluye un fragmento rapeado por Ohene Cornelius y la voz de la cantante mexicana que la hizo famosa, Paquita la del Barrio. Paquita le pidió a Ribot no aparecer en los créditos del álbum por temor a que le revoquen la visa de residencia en Estados Unidos, donde así están las cosas, aunque suene solemne.
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