
María Graña: una diva del tango
La cantante presentará mañana, en el ND/Ateneo, su nuevo disco, "Rara, como encendida", después de siete años sin entrar en estudios
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En los años setenta cantó en la orquesta de Osvaldo Pugliese y fue promisoria figura de los programas televisivos dedicados al tango. En los ochenta su estilo melódico y potente brilló en el espectáculo "Tango argentino", estrenado en el teatro Chantellier de París. Vivió la mítica nocturnidad porteña de Caño 14, Michelangelo y el Viejo Almacén y compartió escenario con todos los grandes del género. En los noventa se metió de lleno en la obra de Astor Piazzolla junto a Horacio Ferrer, hizo temporadas en el Armenonville de Francia y en Broadway. En 2000 comenzó a mezclarse con otros estilos, como el bolero, el folklore, el jazz y la bossa nova. Ahora dice que se atrevería a grabar tango electrónico, confiesa que está enamorada de la versión de "Vete de mí", por Caetano Veloso, y que está esperando que Ricardo Mollo, de Divididos, la invite a cantar un tango juntos en alguno de sus recitales. "Me gusta la diversidad. Escucho de todo y eso va influyendo en mi música. Siempre estoy reciclándome a mí misma", dice María Graña, a manera de explicación y revelando la fórmula de su vigencia, después de más de treinta años en el tango.
María Graña acaba de editar el disco "Rara, como encendida", que presentará mañana en el teatro ND/Ateneo acompañada por un quinteto de músicos de la nueva generación: Pablo Mainetti (bandoneón), Cristián Zárate (piano), César Angeleri (guitarra), Daniel Naca (bajo) y José Luis Colzani (batería). En el repertorio aparecen temas de Chico Novarro y de otros autores como Cadícamo, los hermanos Expósito, Manzi y Piazzolla. "Es un trabajo con muchos colores y donde siempre aparece el juego con los músicos. Ellos me tiraban una frase o un acorde y yo los seguía desde la interpretación. Desde los arreglos cada canción es como un traje hecho a mi medida", cuenta la cantante.
El disco de la Graña sintetiza la incorporación de un nuevo sonido rioplatense, improvisaciones y arreglos de Zárate, Angeleri y Mainetti, donde se encuentra una de las claves de su propuesta actual. "Los arreglos están hechos por músicos de la nueva camada, que me dan otra libertad y otra forma de expresión. Con ellos vengo trabajando hace cuatro años y desarrollando esta musicalidad diferente, pero que siempre está ceñida a mi temperamento tanguero. Lo interesante es que nos encontramos en un punto de búsqueda artística y de admiración mutua, donde me siento muy protegida".
- ¿Como ves a esta nueva generación tanguera?
-Comparo este resurgimiento con lo que fue la década del cuarenta, aunque no es lo mismo. Pero hay una enorme cantidad de nuevos arregladores, compositores y bailarines muy talentosos. En cierta medida, "Tango Argentino" tiene mucho que ver con esto. Porque siempre es por medio de la danza que se generan este tipo de fenómenos populares.
-¿Incorporar nuevos arregladores a tu nuevo CD es un respaldo a esta camada?
-Para mí es buscar alternativas para seguir creciendo y aggiornando mi sonido. Es una actitud de vida. Estoy informada de todo lo que sale y escucho grabaciones de otros artistas. Por eso me gusta compartir con los músicos que están surgiendo y que tienen otra mirada. Es una forma de demostrar que el tango permite nuevas interpretaciones y posibilidades, como el jazz.
La Graña pertenece a la generación del tango de los setenta y ochenta. "Eran años muy difíciles para el género. Los empresarios les devolvían los contratos a grandes figuras, como a Edmundo Rivero". Fueron tiempos en que trabajó básicamente en programas como "El tango club", "Grandes valores del tango" y, después, en "La botica del Angel", de Bergara Leumann.
Su primer disco es una rareza. "Lo grabé en Medellín, durante una gira en 1975 por Colombia junto a Argentino Ledesma y Mario Bustos. A un empresario le gustó lo que hacía y me propuso grabar. No me reconozco en ese disco, pero forma parte de mi historia. No pude grabar mucho en mi carrera. Tuve muchos baches. En 1984 recién grabé el segundo y los otros los pude hacer a partir del 95. El último fue hace 7 años. Pero en cada uno de esos registros estrené temas nuevos."
Sus hijos adolescentes la proveen de nuevo material. Siempre atenta a todo lo que pasa alrededor del género dice: "Escuché la versión de "Volver" por Calamaro y no está nada mal. Me parece muy positivo que la gente del rock se encuentre con esas letras. Los mismos chicos se están dando cuenta de que en esas canciones hay una identidad que les pertenece. Además hoy todo el mundo habla en lunfardo. El término chabón viene del tango y todos los pibes lo usan".
Para definir su estilo, ese que la transformó en una de las voces femeninas más importantes, Graña dice: "Tengo todo el tango aprendido con los maestros, pero a la vez pertenezco a una generación que creció escuchando a los Beatles y los Rolling Stones. Por eso, mis hijos suelen decirme que soy muy rockera para cantar, aunque mi manera de decir es en esencia tanguera".
Para agendar:
- Rara, como encendida Presentación del disco de María Graña
ND/Ateneo Paraguay 918. Mañana, a las 21. Entradas desde $10.
Con sello tanguero propio
La cantante apuesta a otro sonido en su álbum
El título "Rara, como encendida" marca la hoja de ruta para entender el sonido del nuevo disco de María Graña, editado por Epsa. La reconocida cantante se entrega a los originales arreglos del pianista Cristian Zárate y del guitarrista César Angeleri. El bandoneonista Pablo Mainetti también aporta su toque en la versión de "Y no puedo olvidarte", una de las buenas creaciones del disco.
Pero el material no es para asustar a sus viejos seguidores, sino para mostrar las posibilidades interpretativas de esta cantante que tiene un sello propio, donde despliega todas sus cualidades técnicas.
Graña puede recurrir a un tono más bolerístico en "Un amor de aquéllos" o "Vete de mí". O puede sorprender con la particular versión de "Taquito militar", al ritmo del candombe: el quinteto hasta se permite un espacio para la improvisación de la guitarra como en una jam session.
A pesar de que en el repertorio aparecen clásicos muchas veces transitados, la vocalista ofrece un marco musical diferente. La ductilidad de los instrumentistas y la capacidad interpretativa de Graña ofrecen otra mirada sobre clásicos como "Sur", "Fruta amarga", "Se dice de mí", "Los mareados", "Naranjo en flor", "Poema en Si mayor" o "Como dos extraños".
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