Nuevas Confesiones de mujeres de 30
A diferencia de las puestas anteriores, en esta nueva versión se suman temas como las redes sociales y los cambios rotundos en la sexualidad, la maternidad y las relaciones
1 minuto de lectura'

Confesiones de mujeres de 30 fue un éxito teatral en los años 90, de la mano de Alejandra Flechner, Virginia Innocenti y Andrea Politti. Ahora vuelve a los escenarios con elenco renovado y la misma directora, Lía Jelín, que estuvo siempre, en todas las versiones (con Carolina Peleritti, Alejandra Majluf y Bernarda Pagés, y con Florencia Peña, Celina Zambón y Jorgelina Aruzzi). Escrita por el brasileño Domingos de Oliveira, la obra fue adaptada en esta oportunidad por las guionistas argentinas Florencia Alcorta y Verónica Lorca, también muy conocidas en el mundo del stand up porteño. Las nuevas protagonistas son Julieta Cayetina, Sofía Gala y Tamara Pettinato.
La idea, aseguran las tres, es aggiornar el contenido de la obra, ponerla a punto para que todo suene actual, incorporar temáticas que antes no existían y hoy son cruciales: las redes sociales, los nuevos modelos de maternidad, los cambios rotundos en el terreno de la sexualidad... De eso hablaron, mientras almorzaban y revisaban sus celulares. El multitasking, otro símbolo de la época. "Respetamos la base, pero por suerte, y con permiso de Lía, pudimos meter la cuchara", arranca Pettinato, hija del ex músico de Sumo y actual animador televisivo, que debuta oficialmente en teatro con este trabajo. "Soy completamente virgen -bromea-. Había hecho algunas cositas en teatro, pero nunca con este nivel de exigencia ni con un trabajo previo tan intenso. Las tres nos venimos viendo entre cinco y seis horas todos los días desde hace tres meses. Creo que cuando termine la obra nos vamos a extrañar. Yo al principio entré en pánico, supongo que por la falta de experiencia. Pero ahora ya estoy bien", remata.
Sofía Gala, mucho más curtida en la actuación, sostiene que "era necesario modernizar la obra porque cada generación tiene su universo y sus códigos". En eso trabajaron fuerte las dos guionistas, pero las actrices también hicieron sus aportes. "Estuvo bueno que Lía nos permitiera eso -agrega la hija de Moria Casán-. Hay mucho de comedia, pero también hay historias de vida terribles, esas de las que uno se ríe para no llorar. No me imagino mi vida sin una niñera, por ejemplo. Si no la tengo se me desconfigura todo -explica la actriz, que tiene dos hijos, Helena y Dante-. No es la misma obra que se hizo antes. Somos una generación distinta, con una energía nueva, con otra impronta. Dentro de 10 años nosotras no vamos a tener ni idea del mundo de las chicas que tendrán 30 en ese momento."
¿Hay crisis femenina de los 30?
Tamara Pettinato: -Yo no la tuve, pero debo admitir que me pega un poco salir a tomar algo a un boliche y que todos tengan 10 años menos que yo. ¡No me di cuenta de cuándo pasaron esos 10 años! Pero me parece medio tonto tener una crisis existencial por pasar del 2 al 3. Los conflictos están presentes en todas las edades.
Julieta Cayetina: -Pasa que hoy una mujer de 30 ya es vieja. Los hombres buscan chicas, para salir y para el laburo. Para mí ser joven no es necesariamente un valor. Sin embargo es algo que se valora cada vez más.
Sofía Gala: -Se prioriza la carne fresca. Pero la mujer es mucho más interesante a los 30 años que a los 20. Ni loca volvería a los 20. O volvería una semana, ponele [risas]. Pero no cambio por nada el crecimiento que tuve en todos estos años. Es el proceso de la vida: pasa el tiempo y uno se va transformando.
S. G.: -Son insoportables los que tienen 60 años y quieren parecer de 30. Yo puedo enamorarme perfectamente de un tipo de 60, pero no de uno de ésos.
J. C.: -Puede ser que sea prejuiciosa, pero me parece raro cuando veo a un tipo de 60 años con una mina de 30. Capaz que hay amor, pero yo lo veo como algo extraño. La mitad de una vida es mucho, son energías muy distintas. Habrá excepciones, pero por lo general son tipos con guita. Aunque suene a lugar común, es así.
T. P.: -No me veo con uno de 60, aunque tenga plata.
S. G.: -Si veo un tipo de 60 años que me vuelve loca, está todo bien. Ni me planteo el tema de la edad en ese sentido. Me pasó mirar en la calle a un tipo de 60 de la misma forma en que puedo mirar a uno de 30. Me puede parecer guapo e interesante al margen de la edad. Hay prejuicio social con eso.
-Siempre es injusto generalizar. Pero si tuvieran que marcar cosas que les molestan de los hombres, ¿qué dirían?
J. C.: -Me molesta que se sigan pensando cosas tan retro como que si una mujer sale con muchos hombres es una prostituta, pero si un hombre sale con muchas mujeres es un genio.
S. G.: -Pero, además, habría que rediscutir el tema de la prostitución. Por un lado hay casos de trata, hay proxenetismo, y por el otro están las mujeres que deciden laburar de eso. Hay que ver caso por caso. No me parece que haya que rescatar a las mujeres que por voluntad propia deciden cobrar por tener sexo. No defiendo la prostitución. Defiendo la posibilidad de elegir, la libertad. ¿Cuantas mujeres que tildan a otras de prostitutas dicen: "Yo no tengo sexo en la primera cita si no me lleva a tal lugar"? ¿No es lo mismo eso? ¡Dame el efectivo y listo! [risas].
T. P.: -Eligen eso porque pueden ganar en una hora lo que ganarían en ocho horas en una oficina. Bastante lógico.
J. C.: -Una amiga me decía el otro día que ninguna mujer quiere ser prostituta. ¡Mentira! ¡No hablemos por las demás!
S. G.: -Yo soy feminista, pero no lo que se considera ser feminista hoy. Hay algo extremo que no me gusta. Me identifico con las ideas de Simone de Beauvoir en El segundo sexo. Para ella, la igualdad es la clave del feminismo. La que pide derechos por el mero hecho de ser mujer se está autodiscriminando. Esa separación es discriminación. Tenemos que pedir igualdad en lugar de sentirnos superiores. Hay que ver al otro como un igual, más allá de que no pienses lo mismo, más allá de su sexo. Si el feminismo equivale a la igualdad, soy feminista.
T. P.: -Estoy de acuerdo. La gente más extrema desdibuja la verdadera lucha.
Las tres coinciden en eso. Se ríen con ganas. Vuelven a revisar sus celulares, terminan de almorzar. Se las nota entusiasmadas con la obra. Tamara asegura que logró que su pareja comprara la entrada para la primera función. Sofía celebra la idea. Antes de la despedida, Julieta extiende la invitación a todos los hombres: "¡Vengan, hablamos mucho de ustedes y los hacemos quedar rebien!"
Confesiones de mujeres de 30
Dirigida por Lía Jelín
Jueves, viernes y sábados, a las 22.30
El Picadero, pasaje Santos Discépolo 1857
Palabra mayor
- "Se suele decir que las mujeres envidian el pene y los hombres, la posibilidad de procrear. Pero yo creo que lo que los hombres envidian de verdad de las mujeres es su amplitud de criterios, esa amplitud que les permite abarcar al mismo tiempo cosas superficiales y el sentido de la vida. Esa mirada tan abarcativa, que va de la futilidad a lo más profundo, es parte de la condición femenina", asegura Lía Jelín, la experimentada directora de Confesiones de mujeres de 30 en todas sus versiones locales y también de Toc Toc, uno de los mayores éxitos del teatro comercial argentino de los últimos años. Sobre los cambios de códigos según las épocas, Jelín remarca que "obviamente, las cosas van cambiando a medida que pasan los años". Sin embargo, señala que "la angustia es siempre la misma, aunque antes la represión pasara por otro lado. La fragilidad frente al mundo moderno también es parecida. Lo distinto es la actitud frente al problema. La mujer de hoy es más independiente, más lanzada, tiene menos ilusiones de encontrar al hombre ideal. Esta obra está planteada como divertimento, pero su humor gira en torno de las frustraciones".





