
Opera a la carta
Restaurantes porteños que suman espectáculos líricos al menú
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Que a nadie se le ocurra sacar un paquete de papas fritas en medio de una ópera en el Teatro Colón... Pero la lírica y la comida no siempre son irreconciliables: en Buenos Aires existen maneras más heterodoxas para deleitarse con Mozart, Verdi, Puccini, Rossini o Donizetti, acompañados por opíparos manjares y generosas copas de vino.
"Sacar la ópera de contexto es una osadía y puede resultar ofensivo para muchas personas. Pero yo vengo de familia italiana, y escuchar ópera siempre fue un divertimiento para mí", señala Walter Sabarese, ex tenor del Colón, ganador del concurso Pavarotti, en Modena, Italia, y director de Bravissimo Opera Show, un espectáculo que conjuga ópera y gastronomía.
Así, en el restaurante de Pringles y Rocamora, Almagro, los cantantes ofrecen cada noche una verdadera master class de lírica, vestidos con máscaras y zapatos de charol estilo Luis XV. "Hay que aclarar que entre los tenores existen distintas coloraturas de voz. Hay tenores dramáticos, tenores ligeros... y otros como yo, que por mi exceso de colesterol soy un tenor graso", bromea Sabarese a propósito de sus 122 kilogramos.
"Ha llegado el señor Rapetti, bienvenido al ristorante Nerooooon..." Con su mejor voz de barítono, el maître anuncia la llegada de cada uno de los comensales, inmediatamente recibidos con un caluroso aplauso. Junto al humorista Carlos Román como maestro de ceremonias, el repertorio lírico comienza alrededor de las 23, y alterna las arias más famosas con canzonettas, boleros y fragmentos de comedia musical.
Entre los habitués del restaurante, ahí están Luis Salinas, Alfredo Casero y el mismísimo Plácido Domingo. "A Plácido lo conocí hace 5 años, una de las tantas veces que vino a la Argentina. Fui el encargado de recibirlo para hacerle un homenaje, él accedió y yo le canté A mis amigos, la canción de Alberto Cortés. Cuando terminé, me dijo que estaba sorprendido: primero, porque no le canté ópera, y segundo, porque lo terminé con un do sobreagudo que es, digamos, su catástrofe. Nunca pudo resolver esa nota. Soy el cantante que ganó el concurso Pavarotti, le dije. Pero deberías ganar mi concurso, me contestó. Después vino a comer al restaurante, y no podía creer lo que estaba viendo: Esto te lo copio, me dijo. Y tiempo después abrió su propio restaurante lírico en Los Angeles.
Pioneros locales
Ernesto Petraglia y Rodolfo Marullo, en cambio, trajeron la idea de Nueva Zelanda, donde descubrieron la existencia de los restaurantes líricos. Así, en 1999 se instalaron en Belgrano con la Trattoria lírica Positano, y se reconocen pioneros. Hoy cuentan con cinco grupos líricos, compuestos por 4 o 5 cantantes, en su mayoría del Colón. Aunque no siempre: "Una vez, una mujer del público nos comentó en un limitado español que cantaba ópera, y fue invitada a interpretar una pieza. Quizá para ponerla a prueba, nuestra soprano de esa noche le eligió un aria muy difícil, La reina de la noche. Y la mujer cantó maravillosamente, seguida de la ovación más grande escuchada en muchas noches. Nunca supimos su nombre, sólo dijo que cantaba en París", recuerda Guillermo Yaco, uno de los encargados del restaurante de Olleros 1760.
Jueves que son miércoles
Desde el año último, en Urania Giesso (Cochabamba 360) se sumó el Club Jueves Opera. Como su nombre no indica, las veladas se realizan los terceros miércoles de cada mes, con régie de Guillermo Asensio, y la participación de solistas del Colón. "El plato principal de nuestra propuesta es la ópera, y la comida es nuestro invitado de lujo", señala Asensio.
Un mediodía de sábado, en diciembre de 2001, Asensio estaba viendo Aída en televisión. "Con Pavarotti en el papel de Radamés, justo una versión que detesto, porque me parece que no hay nada menos creíble que Pavarotti haciendo de guerrero. Seguí cocinando calamares al vapor con pimentón, y destapé una botella de vino. Cuando volví la mirada al televisor, curiosamente empezó a gustarme lo que veía. Así descubrí que, cuando una ópera no me gusta, con buena comida y alguna copa de vino mejora", explica.
Este año presentan óperas completas (aunque abreviadas), con puesta en escena y vestuario incluidos. Para el miércoles 15 de septiembre prometen La Bohéme. A diferencia de otros restaurantes líricos, aquí se come en el intervalo. Y no faltan las sorpresas, como la aparición de la Gladys de Glew y su repertorio de... Valeria Lynch.
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