La actriz formó una familia itinerante con su marido Diego Belbussi. Y tras unos años en Santiago de Chile se mudó a Bruselas. En unas imágenes hogareñas, presenta a Violeta y Victoria
1 minuto de lectura'

Los últimos cinco años en la vida de Agustina Lecouna (39) tuvieron la intensidad de un viaje en montaña rusa. Se casó con su amigo de la adolescencia Diego Belbussi (41), vivió tres años en Chile, filmó cuatro películas y tuvo dos hijas, Violeta (4) y Victoria (2). Su regreso a Buenos Aires fue apenas una escala para volver a armar las valijas e instalarse en Bélgica para acompañar a su marido, hoy vicepresidente de Marketing de Cervecería y Maltería Quilmes. En el medio, se hizo un tiempo para participar en la sitcom Loco por vos y apostar nuevamente a la maternidad. Embarazada de cinco meses, la actriz nos recibe en la casa de su mamá, Celina Amadeo, “porque mi hogar ya está en Bruselas”, dice.
–Mudanza, trabajo, embarazo...
–Sí, los últimos meses fueron de un gran esfuerzo tanto para Diego como para mí. Mientras yo grababa Loco por vos, él tuvo que viajar a Bruselas, así que estuvimos separados desde febrero hasta agosto… Imaginate, yo con las chicas y trabajando. Pero por suerte, él fue el primero en alentarme para trabajar: “Hacelo”, me dijo. En eso tengo la suerte de tener un marido sensible que supo y sabe contenerme. Él comprende que también yo soy el sostén de la familia y que si estoy bien, todos vamos a estar bien. Formamos un buen equipo, así como yo lo acompañé tres años en Chile, ahora es su turno de darme una mano. Siempre digo que después de la remada viene la recompensa a la que a mí me gusta llamar “el combo feliz”. Hoy siento que pude equilibrar mi carrera con la maternidad. Requiere de un esfuerzo considerable y una logística organizacional, pero se puede y eso hace que me sienta bien.
–Pareciera que sos una mujer que le pone garra a todo lo que quiere…
–Siempre, aun a pesar de los riesgos de cada elección. Hay una frase de Anthony Hopkins que dice que hay que tirarse al vacío sabiendo que después “fuerzas superiores van a venir a rescatarte”. Y yo recontra creo en eso. Arriesgarte es la prueba de estar vivo. Y siempre viví así: asumo riesgos pero confiando. Los temores no me achican. Y siempre, por supuesto, contemplo no lastimar a mis hijas ni a la gente que quiero.
–Apostaste al matrimonio nuevamente tras un divorcio (entre 2002 y 2005 estuvo casada con Tomás Sánchez Córdova, financista).
–Y sí, ¿por qué no? Soy soñadora y obvio que fantaseo con que Diego sea mi compañero de ruta, después de una vida de aventuras y sobresaltos. [Risas]. También me imagino llegar al final de nuestros días y que podamos agarrarnos de la mano y decirnos “qué lindo que me hayas tocado vos como compañero”. Si en algún momento la cosa se llegara a complicar, no sostendría el matrimonio como sea. No lo haría, como tampoco lo dejé pasar en mi primer matrimonio. Las cosas pueden fallar. Yo creo en la pasión y en lo que me enseñó mamá: no es en vano sembrar el tema de ser buena persona… Cuando uno apuesta a construir una buena persona también apuesta a construir una buena familia y así una buena sociedad.
–Hace tres meses te instalaste en Bruselas con toda la familia.
–Sí, lo menos positivo del cambio es el clima. El no tener sol por treinta días opera directamente sobre mi sistema nervioso… Es muy fuerte no ver el sol. Así es como empezás a valorar los domingos peronistas. [Risas]. Ahora, lo más lindo de vivir allá es que estás a una hora de Alemania, a otra de Holanda... En horas de tren, estás en París. Eso es un flash, y yo lo aprovecho un montón. Los días que estoy sola me voy a recorrer museos, paseo por Brujas, visito castillos medievales, estudio francés. A pesar de la adversidad de la distancia, el desarraigo, el clima, trato de ver esta circunstancia como una oportunidad que me da la vida para conocer.
–¿Qué te regaló la maternidad?
–Mis hijas volvieron a anclarme a un lugar más lúdico, a ampliar mi mundo imaginativo, a salir de la solemnidad. ¿Viste que los chicos pueden romper el hielo en cualquier situación? Me enseñaron a relajarme, a hacer el ridículo y que esté todo bien. El ser mamá despertó mi lado más tierno, que yo sé que no tengo naturalmente. [Risas].
–¿Entonces se viene otra mujer?
–Diego ya está medio resignado. Todavía no tenemos definido el nombre, pero sí sé que me gustaría uno contundente y largo, como el de sus hermanas. Igual, nos queda tiempo. La fecha estimada de parto es el próximo 9 de julio. Muy patriótica.
–¿Tercera y última?
–Y, creo que sí. Ya cumplí 39, tengo otra energía y dos hijas chiquitas todavía. Nunca fui muy Susanita, sin embargo cuando la tuve a Viole se me abrió un canal de amor que me llevó a seguir agrandando la familia. Antes de ser madre era otra mujer, no tenía arraigado el instinto maternal y tampoco tenía conexión con otros chicos… La verdad es que no me moría por ser mamá. En algún momento incluso dudé si serlo o no. El instinto recién surgió con Violeta.
–Mientras hacías las fotos me comentaste que tu mejor amiga, Isabel Macedo, va a ser la madrina.
–Sí, está copada. Cada vez que viene a casa se queda jugando un rato largo con las chicas, escuchando música. Es paciente, tierna. El día que sea madre, va a ser la mejor mamá del mundo.
–¿Cómo viviste el casamiento de ella con Juan Manuel Urtubey?
–Con mucha felicidad. Todas las amigas supimos lo que significaba para ella, no el casamiento, sino Juan Manuel. Él está en todo, la cuida, la adora y está muy pendiente de que ella sea feliz. Lo genial también fue que Isabel enseguida enganchó con los hijos de Juan Manuel. Hoy tiene una familia con la que siempre soñó. Sé que todo el mundo ahora desea que quede embarazada, pero también es cierto que ella tiene que disfrutar de lo que le está pasando hoy. Está recién casada y disfrutando de la familia que le tocó.
–Estás cerca de los 40. ¿Te entendés con el paso del tiempo?
–No sé, pero al menos, no lo padezco. Sí me pasa que siento que necesito buscar una contundencia espiritual como mujer. Yo la veo a Meryl Streep y es bella y contundente por lo que es y sin dudas se lleva bien con el paso del tiempo. A mí me gustaría vivirlo de la misma manera; pero eso tiene que ver con aprender a quererse y ser feliz con lo que uno es. Ahí está el enorme desafío.
- Texto: Jaqueline Isola
- Fotos: Pilar Bustelo
- Producción: Sergio Bárbaro
1Nacho Castañares: el debut que lo emociona, las señales que recibe de su mamá y lo bueno y lo malo que le dejó Gran Hermano
2Tyler Perry es demandado por segunda vez por presunta agresión sexual contra un actor que trabajó bajo su dirección
- 3
Christian Petersen fue trasladado a Buenos Aires y ya se encuentra en el Hospital Alemán
4Así fue la primera Navidad de Nicole Kidman sin Keith Urban: “Todo lo que deseaba”


