Billy Crystal reveló la faceta más intimidante de Martin Scorsese: “Daba mucho miedo”
El actor contó que fue alumno del célebre director cuando estaba en la universidad; “Tenía barba y anteojos de abuelita”, lo describió y aseguró que era “muy intenso”
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Si bien nunca trabajaron juntos, Billy Crystal y Martin Scorsese se conocen desde hace mucho tiempo: el célebre director y guionista fue en su juventud uno de los docentes que pasó por la vida universitaria del protagonista de Cuando Harry conoció a Sally, y no fue uno fácil de olvidar. “Daba mucho miedo”, confesó el actor.
“Yo estaba en la escuela de cine aquí, en la Universidad de Nueva York, y Martin Scorsese era mi profesor de producción cinematográfica”, recordó Crystal en el podcast Sunday Sitdown with Willie Geist de Today. “Él era un estudiante de posgrado en ese momento, estaba haciendo su primera película, llamada Who’s That Knocking at My Door. Y era 1968, 1969, 1970″, continuó.
Si bien en ese momento Scorsese tenía solo seis años más que Crystal, su presencia, su porte y su forma de actuar le parecieron al actor algo realmente intimidante. “Tenía una gran barba, anteojos de abuelita y el cabello hasta los hombros. Se parecía a todos”, repasó Crystal entre risas. “Se paraba detrás de ti mientras estabas editando tu película y daba mucho miedo porque miraba, era muy intenso y hablaba muy rápido. Incluso en aquel momento hablaba más rápido porque era 50 años más joven”, recordó.
Scorsese se volvió, con el paso de los años, en uno de los cineastas más prolíficos y celebrados de su generación. Sin embargo, por aquel entonces, su actitud cuando evaluaba un trabajo era bastante temible. Para graficarlo, Crystal eligió un recuerdo puntual. “Me dijo: ‘¿Por qué lo filmaste de esa manera? ¡Usá un plano general! Howard Hawks siempre usaba un plano general´. A lo que yo le respondí: ‘Tengo 19 años, ¡no sé quién es Howard Hawks!’”. Cincuenta años después de ese momento, para Crystal, Scorsese aún mantiene la misma energía de entonces.

Además de recordar su experiencia como estudiante, Crystal reflexionó sobre cómo era vivir en el West Village de la ciudad de Nueva York en el auge del movimiento contracultural. “Este barrio era salvaje”, rememoró. “Fue una época terrible para los Estados Unidos, pero una época maravillosa al mismo tiempo. Porque toda esa adversidad y todas las protestas contra la guerra de Vietnam nos unieron... Lo que surgió de ello fue un renacimiento en la música, en la poesía, en el arte, que todavía estamos sintiendo hoy”. “De repente, hubo voces. Estaban Joan Baez, Bob Dylan, los Grateful Dead. Todo ese mundo era como estar aquí”, agregó con nostalgia.
¿Una deuda pendiente?
Hace algunas semanas, un comentario de Nicole Kidman dejó en evidencia una particularidad en la filmografía de Scorsese: muy pocos de sus films están centrados en una figura femenina. En una entrevista con Vanity Fair, le preguntaron si había algún nombre notable al que todavía tuviera en la mira, y la estrella de Ojos bien cerrados admitió que le encantaría trabajar con Scorsese, si es que existiera la posibilidad de que el realizador de 81 años escriba alguna vez un papel para ella.

“Siempre he dicho que quiero trabajar con Scorsese, si es que hiciera una película con mujeres”, disparó Kidman, en consonancia con las declaraciones de una de sus colegas más valoradas. En 2011, Meryl Streep compartió sentimientos similares sobre el director durante una entrevista con The Talks. “Me gustaría que Martin Scorsese se interesara por un personaje femenino de vez en cuando, pero no sé si viviré tanto como para verlo”, expresó sin rodeos. Más de una década después, la protagonista de Los puentes de Madison aún no ha colaborado con el director.
Además de las ironías de las actrices con las que jamás trabajó, el cineasta viene cosechando desde hace décadas críticas por el mismo motivo, tanto de medios especializados como de críticos, por los roles a los que fueron relegadas las mujeres en films como El Irlandés, Buenos muchachos o El Lobo de Wall Street. Cada vez que surge el tema, el director vuelve a defender sus decisiones e insiste en que su intención es retratar con precisión el universo masculino de una manera que llegue a todos.

A lo largo de su extensísima carrera, el legendario director solo ha dirigido dos películas con actrices como protagonistas excluyentes. La primera fue hace casi medio siglo: Ellen Burstyn protagonizó en 1974 el drama Alicia ya no vive aquí, que le valió a la intérprete una nominación al Oscar. El último film del realizador, Los asesinos de la luna, también contó con una protagonista femenina destacada, Lily Gladstone, quien también fue nominada a los premios de la Academia como mejor actriz.
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