En fotos: del festejo de Adrián Suar y Diego Peretti a la eterna sonrisa de Gustavo Bermúdez
Esta semana, los famosos aprovecharon el clima primaveral para celebrar logros propios y participar, también, de exclusivos encuentros
Adrián Suar y Diego Peretti festejaron las primeras 200 funciones de Inmaduros, la obra que protagonizan de jueves a domingo - y dos veces los sábados - en el teatro El Nacional.
Junto a las actrices que conforman el elenco, Fernanda Metilli, Jessica Abouchain, Patricia Echegoyen y Carla Pandolfi, los actores cenaron en un histórico restaurante ubicado en Balcarce al 400, conocido por sus prestigiosos shows de tango. También participaron del festejo el director de la puesta, Mauricio Dayub, y Pablo Codevilla, que en este caso participa del proyecto como asesor artístico.
Cerca de allí, una importante marca de decoración y amoblamientos organizó un exclusivo cóctel con el que celebró la apertura de su nuevo showroom en Puerto Madero. En el recién estrenado espacio se dieron cita algunas personalidades del mundo empresarial, de la moda y del espectáculo.
Benjamín Vicuña fue uno de los últimos en llegar, y disfrutó, al igual que los demás invitados, de la degustación de vinos de una conocida marca. También participaron de la velada la exmodelo Lucía Miranda, la periodista Jimena Grandinetti, el exfutbolista y comentarista deportivo José Chatruc y el actor Gustavo Bermúdez que, como es habitual en él, lució su característica sonrisa para las cámaras. Esta vez, el protagonista de Celeste acudió a la cita sin su pareja, Verónica Varano.
A un costado del salón, tres caballeros compartieron una larga y divertida charla: el actor Nahuel Mutti, el productor Gastón Portal y el periodista Chavo Fucks.
Más leídas de Personajes
"Tuve que elegir". La nueva vida de Camila Velasco: de Playboy a ingeniera especializada en Inteligencia artificial
"Me niego a que sirva para silenciarme". Hugh Grant llegó a un acuerdo millonario con The Sun pero dice que el dinero de Rupert Murdoch “da asco”
El maestro del terror. Odiaba las máscaras, tuvo que exiliarse y llevaba un arma por miedo a un ataque de la Alianza Libertadora