La artista, novia del presidente de la Nación, mantuvo una extensa charla con LA NACION, en donde no dejó tema por abordar; perfil de una mujer que está en boca de todos y que elige pararse al margen de la política
- 21 minutos de lectura'
MAR DEL PLATA.- No hay signos de cansancio en ella, a pesar que la noche anterior realizó dos funciones de Fátima 100%, el espectáculo que ofrece en la sala Roxy de Mar del Plata, la única obra que agregó una segunda función los fines de semana y que logra agotar los cerca de mil tickets que se ponen a la venta para cada presentación.
Observarla en escena permite pensar que, en cada show, debe perder algunos kilos dada la exigencia física y los constantes cambios de vestuarios que realiza a la velocidad de la luz. Algo de eso hay. “Hace años que me entreno como una deportista”, explica Fátima Florez en el inicio de la charla con LA NACION, luego de realizar la sesión de fotos, donde confesará que se siente sorprendida por la polémica en torno a si Mirtha Legrand visitaría su obra antes que la de Martín Bossi. La Chiqui aplaudió a Fátima el viernes y un día después lo hizo con su colega. Nimiedades para dar que hablar en temporada.
Entrenada
La actriz, humorista e imitadora conoce la rigurosidad del cuidado del cuerpo desde su niñez. “Hasta los quince años jugué al hockey y luego me volqué a lo artístico, que fue lo que siempre me gustó, estudiando danza, canto y actuación, pero no fue en vano todo lo que aprendí en el mundo del deporte, ya que la rutina de la preparación física me sirve para mi carrera”, explica esta mujer que la madrugada anterior, debido a la adrenalina de las dos funciones seguidas, recién pudo conciliar el sueño a las seis de la mañana, con el sol despuntando en la bahía de la Bristol, la postal que observa desde la ventana del departamento que habita en el icónico Gran Hotel Provincial de la ciudad balnearia.
La imaginación podría hacer pensar que, por tratarse de la novia del presidente Javier Milei, la artista llegaría a la entrevista -que se realiza en el café del hotel de columnas interminables- rodeada de un séquito de asistentes y personal de seguridad. No sucede. Se abre la puerta del ascensor y Florez llega acompañada por un responsable de su estilismo que estará atento a su outfit, peinado y maquillaje, y por Guillermo Marín, su nuevo productor -amigo de Axel Kicillof-, quien reemplazó a Norberto Marcos, expareja de la artista y quien cumplió con ese rol hasta el verano pasado.
Relajada, a la hora de las fotos, Florez sólo se preocupará porque su escote no muestre más de lo debido.
-¿Cuándo te diste cuenta que contabas con el virtuosismo para poder, ya no sólo emular las voces de tus imitados, sino también poder adentrarte en la personalidad de ellos, radiografiarlos en su esencia más profunda?
-Siendo una nena lo hacía intuitivamente, mis juegos pasaban por ahí. Si bien, todos se reían, no pensaba que podía convertirse en una profesión, aunque siempre me autopercibí artista, ya que desde chica me gustó lo histriónico.
Con buen tino, reconoce que “no había antecedentes en lo femenino, siempre los imitadores fueron hombres, era un ambiente bastante machista y a la mujer se la dejaba a un costado, aunque tuviese muchísimo talento”.
-En tu familia, ¿apoyaron tu decisión de volcarte al arte o preferían una hija que siguiese una carrera convencional?
-Los padres prefieren una profesión más segura, aunque me apoyaron. Siempre fui muy libre y, si bien tuve una muy buena relación con mis padres, en ese tema no escuché, fui para adelante con mis sueños. Me parecía que no había que pasar por la vida sin probar el sueño.
-¿Siempre avanzás con lo deseás?
-Sí, es más, cuando más mala onda me tiran, más adelante voy con todo. Es mi cábala, si me dicen que no voy a poder con algo, eso me termina saliendo perfecto.
-¿Fuiste una adolescente rebelde?
-No, era medio nerd, tenía mucha timidez, por eso me refugié en lo artístico. Me sucede hoy, los personajes son un escudo y, en el escenario, se produce el desdoblamiento.
-Permanentemente sos otra, aunque, evidentemente, debés saber quién sos.
-¿Estás seguro de eso?
-No lo sé...
La artista se ríe ante su interpelación. Esta claro que juega con esa galería de “otros” que la habitan. En ella pueden convivir Moria Casán con Taylor Swift (su más reciente creación), Mirtha Legrand con Susana Giménez y Michael Jackson y Cristina Fernández de Kirchner con su propia pareja, Javier Milei (caracterización que estrenó en su actual espectáculo).
Profecía autocumplida
En estos días, su novio Javier Milei se mudará a la Quinta Presidencial de Olivos, aunque Fátima Florez prefiere excusarse de responder si lo acompañará o seguirán sosteniendo una pareja de casas separadas. Paradojas del destino, su infancia y adolescencia transcurrió a pocos metros de ese lugar. Ella vivió con su familia en un departamento sobre la avenida Maipú desde donde se divisaban las copas de los árboles de la residencia oficial del presidente de la Nación.
“Siendo muy chica, escribí en una foto mía ´voy a ser muy famosa´. Lo hice como una broma, pero, con los años, cuando volví a ver esa foto, quedé muy impresionada. Una creía que ser famosa era todo en la vida, pero todo es el amor. En realidad, a través de la fama, una busca amor y aprobación de la gente, es una caricia”.
-Siendo tan chica cuando lo escribiste, es muy fuerte ese mensaje en la foto...
-Por eso siempre digo que hay que tener cuidado con los pensamientos y con lo que se escribe, ya que es algo que se manda al universo y vuelve.
-Se decreta lo bueno y lo malo.
-Absolutamente.
-Sos muy creyente.
-Soy muy, pero muy creyente. Rezo todos los días, pido protección y agradezco.
-Es importante el agradecimiento.
-Cómo no voy a agradecer si me pasaron cosas más grandes que las que pedí, yo pedí menos, más chiquito, pero vino más grande.
-Sos devota de la Virgen de Fátima.
-Sí y de San Expedito, los días 19 de cada mes me tomo un ratito para ir hasta el templo de Once. En Mar del Plata me acerco siempre a la Gruta de Lourdes, que es la protectora de la garganta.
-Tuviste una infancia con papás separados, ¿cómo recordás aquellos tiempos?
-Era chica cuando se separaron, pero fue una infancia normal, tranquila, con una vida con mucho deporte, grupo y equipo.
-Decías que eras un poco nerd.
-Sí, en el colegio, nunca me llevé una materia, fue una vida normal.
Sus padres viven y, desde ya, conocen al presidente de la Nación. “Mi papá se hizo bastante fanático y lo va a ver a todos los actos”. Su madre y su hermana llegarán a Mar del Plata antes de fin de mes, “tienen perfil bajo”.
Mi novio, el Presidente
-¿Cómo viviste la función a la que asistió Javier Milei?
-Fue espectacular, una fiesta. Cuando llegó al teatro yo estaba en el camarín vistiéndome de Taylor Swift y comencé a escuchar el griterío de la gente que le decía “viva la libertad, carajo”. Él disfruta mucho el contacto con la gente, sacarse selfies con todos.
-¿Qué dijo cuando se vio imitado?
-Le encantó, dice que yo digo lo que él siente y piensa. Obviamente, tengo muy estudiada la psicología del personaje.
-En este caso, como en ningún otro.
-Tengo muchas horas viendo el personaje.
-¿Fue la primera vez que se veía de esa forma?
-Ya le había enviado el video con ese momento del show. Él quería estar el día del debut, pero yo me pongo muy nerviosa, así que le pedí que fuese otro día.
-¿No se incomodó con ningún detalle?
-No, una imitación es un acto de amor, se le dedica mucho tiempo a esa persona. Además, estoy en todos los detalles, incluso me pongo lentes de contacto celestes, la peluca está muy bien lograda, incluidas las patillas, y el traje es de la misma marca de los que usa él, adaptado a mi medida.
Si bien la artista busca mantenerse al margen de las cuestiones políticas, lo cierto es que, en Fátima 100%, hay varios momentos donde esgrime sutilmente la defensa de las ideas de su pareja y, en contraposición, a la hora de imitar a Cristina Fernández de Kirchner, aparece la referencia al encierro de la casa de Gran Hermano y una concordancia con un estado de libertad condicional. De todos modos, su noviazgo con el presidente de la Nación aún no ha mostrado signos de fagocitarse a parte de su público o de dividir audiencias: “Soy cero estratega, lo mío pasa por el corazón, la intuición y la emoción”.
Como si fuese un montaje, en este momento de la charla un matrimonio, que pasa ocasionalmente, la saluda, hace una referencia positiva sobre Milei y le dice “te íbamos a ir a ver, pero no hay entradas”.
-Fátima, mandaste a extras de cine...
-Poné lo que me dijeron.
Todos celebran el momento, incluido el matrimonio que, desde hacía rato, estaba tomando un café en el bar. “Todo el tiempo la gente demuestra este cariño”.
-¿No sentiste temor que, a partir de tu noviazgo con Javier Milei, tu público podía mermar?
-Jamás pensé en eso, sino todo lo contrario. Creo que, por un lado, está mi trabajo, con todo el público que me sigue desde hace años, más los nuevos espectadores que se van sumando, con toda la gente que lo votó a Javier, que es el 56%, un número alto, no sé si otros políticos han tenido tanto porcentaje.
-¿Cómo es tu vínculo con la gente más allá del escenario?
-En la calle sólo recibo buena onda, camino por todos lados y ese es mi gran termómetro. Recibo mucho afecto del público.
-Volviendo a la presencia de Milei en el teatro, realizaron una escena muy apasionada.
-No sé por qué llamó tanto la atención, somos novios.
-Se mostraron muy intensos.
-El 13 de enero vamos a cumplir seis meses de noviazgo y, ese día, hacía una semana que no nos veíamos, ¿cómo nos íbamos a saludar? No podía ser así nomás, obviamente íbamos a meter un “chape” importante.
-Pero éramos 900 personas mirando desde la platea.
-Y luego llegó a todo el mundo, se vio hasta en India. ¿Por qué hay que ocultar lo que uno siente? Desde ya, hay que respetar su investidura, pero él vino al show, no estaba en su ámbito de trabajo.
-Hubo críticas ante la falta de protocolo.
-También se criticó la manera en la que yo estaba vestida, pero se trataba del vestuario de un show, venía de cantar cumbia, no me iba a tapar con un guardapolvo. ¿Qué hubiese pasado si no nos hubiésemos dado un beso? Hubieran dicho que éramos fríos.
-Mucha gente sostiene que se trata de una pareja armada, con fines electorales. ¿Qué podés decir ante eso?
-Me parece un disparate total, pero ya no se dice tanto.
Fátima Florez cambia el tono de voz, deja de lado el clima festivo y la sonrisa permanente para reflexionar en voz más baja, íntima: “Jamás tomé en serio todo eso que se decía, por otra parte, se difundió mucho en redes sociales y ya sabemos que no se puede tomar en serio lo que se dice ahí. En la calle me pasa todo lo contrario, la gente me manda saludos, fuerzas y un mensaje de esperanza para él, me quedo con eso”.
Una mujer
-Estuviste en pareja desde muy jovencita y durante muchos años con Norberto Marcos y ahora estás de novia con Javier Milei. Evidentemente no sos mujer de soledades. ¿Qué significa el amor para vos?
-Creo que el amor es un pilar importantísimo, un cuerpo sin amor es un cuerpo sin alma. Si no tenés amor, sos un packaging que anda por la vida. Sería muy bueno que todo el mundo pudiera tener esa experiencia que es única, no sé si se puede transcribir en palabras, hay que sentirlo. Marcelo Polino, en el escenario, dice que enamorada parece que tengo una “cabeza de quinceañera”, pero es muy lindo que pase eso.
-Has venido postergando la maternidad por el trabajo, algo que el pensamiento patriarcal -aún en el siglo XXl- sigue interpelando.
-A los hombres no se les pregunta por la paternidad y, si anda con muchas “minas”, se dice que es un “winer”. Estoy relajada con ese tema, a mí no me entran balas hace años, antes era muy sensible a todo, pero ya no. Creo que es un tema muy puertas adentro, muy íntimo, al menos para mí. Cada cual es libre de contarlo como quiera. Obviamente, la idea está súper abierta. De todos modos, hoy ya eso no es un tema, como tampoco se habla de los cuerpos, antes cualquiera se metía con el cuerpo del otro, con la sexualidad y hasta con la edad. Hemos evolucionado como sociedad, cada cual es libre de ir fluyendo en la vida y que le vayan pasando las cosas sin ataduras, prejuicios o mandatos. Creo en eso.
María Eugenia Florez, tal su nombre real, tiene 45 años, edad suficiente para mostrase muy plantada. Podría decirse que “curtida”. Muy diferente a la chica que, con poco más de treinta años, ya tenía su propia compañía teatral. La vida enseña.
En nuestro país, tanto Regina Pacini de Alvear, esposa de Marcelo Torcuato de Alvear, como Eva Perón, mujer de Juan Domingo Perón, han tenido orígenes artísticos. La primera abandonó su carrera de soprano por imposición del político y la segunda dejó su vocación de actriz para convertirse en una de las mujeres más influyentes de la historia argentina. Con diferente perfil, Fátima pasó a integrar esa galería de primeras damas -aunque ella no se considera así- vinculadas a lo artístico. “A Javier le gusta que yo sea independiente con mi trabajo. Por supuesto, también puedo acompañarlo, de hecho, el lunes me voy a Buenos Aires a verlo. En temporada se hace más difícil, pero hay que buscar los momentos para el encuentro y que, esas horas, sean de calidad”.
-Te mencionaba a mujeres destacadas de nuestra historia, sobre todo, a Eva Perón.
-Nunca hay que compararse, cada cual tiene su lugar, su historia particular. Me mencionás a mujeres muy apasionadas, con mucha fuerza, por eso no hay que querer parecerse a nadie, cada cual es único, con su propia vida. Yo dejo todo en manos de Dios.
-Es interesante que no dejes tu profesión.
-No sé por qué se asombran tanto.
-No es lo habitual. Las primeras damas han acompañado a sus maridos con mayor o menor relevancia, pero, generalmente, abandonando, sus vocaciones.
-No sé qué decirte, me parece lo más normal del mundo seguir con mi trabajo, no lo veo como algo extraño, pero parece que lo es, ya que hasta han venido desde el Reino Unido porque les llama la atención que la novia del presidente trabaje tanto. También me sorprendió la trascendencia del beso, si es lo normal que se hace con una pareja.
-Pero tu pareja es el Presidente y el beso fue en el escenario de un teatro.
-Quizás estoy muy adentro de todo y no puedo tomar distancia, no soy objetiva, para mí todo es normal. ¿Atento contra tu vida? ¿Atento contra tu libertad? ¿Atento contra tu propiedad? No.
Rareza de temporada
-En una temporada donde los teatros, en general, tienen menos gente que la deseada, ¿cómo vivís el éxito de Fátima 100%? ¿Hay plata o no hay plata?
-Yo creo que sí, porque la gente viene al teatro... ¡No me hagas preguntas capciosas!
-Fue un comentario al paso.
-Hace catorce años que hago temporadas con mi propia compañía, incluso en Uruguay, Paraguay y Miami y me ha ido muy bien. En nuestro país, hace años que estamos en crisis, pero creo que, en verano, la gente busca la manera de poder brindarse su momento, su espacio y regalarse, aunque sea un fin de semana con su familia, luego de haber trabajado todo un año. Yo veo gente en las playas y caminando, y, en el teatro, es una locura lo que pasa. Enfocada en mi trabajo, fueron los medios los que me hicieron notar que hacía años que, en diciembre, una compañía no colocaba el letrero de “localidades agotadas”.
Fátima 100% debutó el 26 de diciembre y no ha dejado de agotar cada una de las funciones. “Hace años que Mar del Plata no le ganaba a Villa Carlos Paz. Mi deseo es que a todas las compañías les vaya bien, hay muchas ilusiones depositadas en mis compañeros y cada obra genera muchas fuentes de trabajo. En nuestro caso, son cincuenta familias detrás del show y, por otro lado, se genera un efecto en otros rubros, como los restaurantes cercanos a la sala, los taxis, los quioscos...”.
-La sucursal de una típica cadena de restaurantes de la ciudad que se ubica enfrente del Roxy trabaja con todas sus mesas ocupadas.
-Por eso nos manda churros todas las funciones.
Así como rompió con el mandato machista en el rubro del humor de imitación, también se atreve a darle vida a personajes masculinos. No sólo caracteriza a su novio, sino también a Michael Jackson, celebridad inspiradora en su vida: “Para mí es todo y más, una gran influencia, no habrá otro como él”. Su pasión por la danza, en gran medida, llegó a partir de su admiración por el artista norteamericano fallecido en 2009 en Los Ángeles.
“Mi vara siempre tiene que ir por más, está cada vez más alta, por eso sumé a Javier (Milei). En este caso, es mi novio y, encima, presidente”.
-Es muy extraño el fenómeno.
-Es muy fuerte, es un momento de mucha potencia.
Además de haberse desarrollado en teatro, Fátima Florez cuenta con una nutrida carrera televisiva. Su recreación de Cristina Fernández de Kircher en el programa PPT de Jorge Lanata le dio gran visibilidad. Al igual que su participación en el ciclo de Susana Giménez y en ShowMatch, el formato a cargo de Marcelo Tinelli.
-¿Te gustaría montar tu propio show televisivo, como lo ha tenido Juana Molina o especiales como los que hacía Niní Marshall?
-Hoy existen las plataformas, donde uno puede volcar el humor.
Deja entrever que su futuro estará también atravesado por esa posibilidad y agrega que “también está la propuesta de una serie para Netflix”.
-¿Sería una ficción o referida a tu vida?
-Una biopic.
La artista también cuenta que existe la posibilidad de llevar su show a Las Vegas y su productor Guillermo Marín hace un paréntesis para anticipar que, seguramente, habrá una presentación en vivo en un gran estadio de la ciudad de Buenos Aires. Aunque Marín evita las precisiones, posiblemente se trate del Movistar Arena, ubicado en Villa Crespo. También están muy avanzadas las conversaciones para que la artista actúe en España. “Es muy difícil elegir, todas las propuestas son muy interesantes”, sostiene Florez y agrega “siempre con los pies en la tierra, paso a paso, sabemos cómo es la vida del artista”.
Entre la técnica y el alma
El cronista vuelve sobre el tema, ya que, si bien todo actor interpreta un personaje, en su caso esas criaturas son personalidades públicas muy instaladas en el inconsciente colectivo, con lo cual su caracterización debe sostenerse en la rigurosidad de la apariencia. “Si yo fuera una actriz que tiene que interpretar a una médica, lo haría desde mi subjetividad; pero cuando se interpreta a alguien que todo el mundo conoce, hay que tener muy clara la esencia del personaje, su psicología, saber cómo piensa y siente, y que diría en tal o cual situación, es un combo importante, por eso un personaje no sale de un día para otro, sino que lleva meses de preparación y, una vez estrenado, se sigue perfeccionando”.
Fátima reconoce que, cuando no se encuentra en tiempo de funciones, va creando entre las nueve de la noche y las tres de la mañana, con una pausa para cenar. “Siento que de noche baja el duende y me permite estudiar a los personajes. De día, en cambio, me dedico a entrenar lo físico de cada una de las creaciones; una no corta nunca, pero eso tiene que ver con que hago lo que me gusta. Si me voy de vacaciones -algo que hago muy cada tanto- sigo vinculada a lo artístico. Si me voy a Las Vegas, es para ver shows. Me cuesta cortar el trabajo, no tengo horarios ni feriados”.
Saborea un café liviano. Faltan tres horas para la función y no pide nada para comer. “Mi elongación es fundamental, tengo que estar muy ágil, liviana y flexible en el escenario, sobre todo porque suele tener los vestuarios y las pelucas de los personajes superpuestos, no estoy cómoda, pero el público no lo tiene que notar, salvo la transpiración que percibe la gente de las primeras filas”.
-¿Cómo trabajás la voz, una herramienta esencial en tu arte?
-Tomo clases de canto y vocalizo permanentemente.
Uno de los tramos más logrados de Fátima 100% se da cuando va cambiando de personajes sin modificar su vestuario y el espectador “cree ver” a la figura imitada. “Me di cuenta que a la gente le gusta mucho verme hacer personajes sin máscaras, como que es el alma que emerge”.
-¿Percibís eso?
-Sí, es el alma que se apodera, se corre Fátima y aparecen los personajes.
Otra de sus estrategias es estar muy informada a la hora de la caracterización. “Si voy a un programa y me piden una imitación, no cuento un chiste, sino que me meto en la esencia de ese personaje y digo algo que tiene que ver con su actualidad, por eso tengo que estar muy informada”.
El año pasado, Moria Casán amagó con pedir un resarcimiento económico por la utilización de su imagen de parte de Fátima, quien, nobleza obliga, hay que decir que la imita como los dioses. A tal punto llegó el entuerto, que la artista la anuló de su galería de personajes. En el estreno del actual espectáculo “La One” ya no formaba parte, aunque, en la cuarta función, la que presenció el presidente Milei, volvió a la palestra por pocos segundos: “En el popurrí de personajes, me parecía muy atinado hacerla. Además, es un momento donde participa Marcelo Polino, quien es su compañero en el jurado de ShowMatch”.
-¿Le pediste permiso?
-No.
En este momento de la charla vuelve a intervenir el productor Guillermo Marín: “Cuando hicimos el microestadio le dimos una pequeña compensación (se refiere a la función en el microestadio de Lanús ofrecida en septiembre del año pasado) y, por otra parte, hay un ´derecho personalísimo´. La demanda contra Fátima puede suceder si ella pusiera en palabras del personaje una ofensa, algo que, por supuesto, no ocurre”.
-Entonces, hubo una compensación hacia Moria Casán.
-Fue un lindo gesto, una atención para ella.
-En su momento, Antonio Gasalla te destrató en el programa de Susana Giménez. ¿Cómo vivís su situación actual, que está muy enfermo, sin tener conciencia de sí mismo ni de la realidad?
-Soy muy respetuosas de las trayectorias y de los años. Es un señor mayor en un momento muy difícil, todos estamos acompañándolo, sobre todo su familia y su amigo Marcelo Polino.
-Aquel destrato, ¿habría sido por celos?
-Fue algo muy chiquito y se hizo un mundo. Quién se puede sorprender por algo así en este ambiente, si todo el mundo se pone celoso, y no estoy hablando de Antonio, quien está pasando un momento difícil.
-¿Has padecido mucho los egos y las competencias desmedidas?
-Cuando trabajaba en shows encabezados por otra gente, muchas veces me aplaudían más que a la estrella principal y eso generaba rispideces. Ahí fue cuando me propuse armar mi propia compañía, para que nadie se incomodara. Además, empecé a notar que el público venía por mí, entonces me jugué. Hay que hacerse fuerte. El que se enoja pierde y no hay que mirar al de al lado.
-¿Sigue adelante el tema legal con tu expareja Norberto Marcos?
-De mi parte no hay ningún conflicto con nadie. No hay ningún juicio.
-¿No hay juicio de por medio?
-Hay una separación de muchos años que no sé por qué llamó tanto la atención, aunque entiendo que, puede haber sido porque estuve (con él) desde muy chica y durante veintidós años.
-Y era tu productor.
-Fue una pareja que se venía desgastando, que se intentó y que ya se terminó, pero de la mejor manera, al menos de mi parte. Ya está todo perfecto, dividido, no hay nada que reclamar.
-¿Es un tema cerrado?
-Faltaría un tema muy chiquito, pero de mi parte la mejor predisposición, no quiero lío con nadie. Quiero disfrutar de la vida, de este momento personal y profesional.
Agradecimiento: Gran Hotel Provincial de Mar del Plata.
Más notas de Entrevista exclusiva
Más leídas de Personajes
"Amaba ese papel". Nya Quesada, de la radio a las telenovelas y el gran dolor de su vida
“Fue súper hot”. La exSurvivor Fiorela Faccaro se refirió al guiño que le hizo Djokovic en pleno partido con Del Potro
Los errores de Senna, la serie. Amores jamás comprobados, la tragedia premonitoria y el real destinatario de una frase histórica
¡Fue descalza! Tras una década, Angelina Jolie reapareció en TV, sorprendió por su look y reveló su vocación oculta