La conmovedora historia detrás del nombre del hijo de Luli Fernández
Luli Fernández cumplió. La semana pasada había prometido que contaría por qué había elegido Indalecio como nombre de su primer hijo. "Inexplicable, incomparable, mágico y revolucionario fueron algunas de las palabras que más escuché durante mi embarazo sobre lo que significaba tener un hijo. Indalecio significa 'enviado de Dios'. Con Cristián, mi marido, aceptamos su voluntad de llamarse así ¿Cómo 'su voluntad'? Sí, así como lo digo, pero dejo la historia para contárselas otro día", había escrito desde su cuenta de Instagram.
Ayer, Luli reiteró que ella y su pareja Cristián Cúneo Libarona aceptaron ese nombre, pues había sido "elegido" por el bebé. Es que en el proceso de búsqueda de embarazarse, la palabra Indalecio se cruzó con ellos de manera fortuita. Primero, en una reunión y luego en un pueblito de Salta. Al poco tiempo, Luli se enteró que estaba embarazada.
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Aquí, el relato emotivo de la modelo y conductora:
"Mis días en pañales van transcurriendo de forma mágica. Todo es aprendizaje… (Con ojeras que nunca me vi, así que en el próximo tutorial podré enseñarles a quienes tienen ojeras muy oscuras cómo taparlas) Cuando nació Inda les conté que con Cristián habíamos aceptado el nombre que ambos sentimos que el bebito eligió. Fue algo muy especial, difícil de poner en palabras… Estábamos en pleno proceso de búsqueda cuando en un lapso muy corto de tiempo en dos oportunidades distintas nos topamos con el nombre de manera muy clara. Yo no lo había escuchado jamás.
Las escenas fueron concretas una más frívola que la otra pero no por ello menos notoria para nosotros. Estábamos en un evento por mi trabajo a donde Cristian me había acompañado (esto no es algo habitual) cuando escucho a un papá llamar por Indalecio a su hijo. Le pregunto a mi marido si alguna vez había escuchado ese nombre, y me responde que si, que conocía solo una persona llamarse así. Nada estrafalario ni llamativo pero fue tema esa tarde para nosotros sin representar mayor sentido.
A los pocos días viajamos a Salta, esta vez yo lo acompañaba a Cristian a una reunión de trabajo. Viajamos solo por el fin de semana y regresando de Cachi (pueblo que habíamos aprovechado para visitar) entramos en un pueblito de pocas manzanas (no exagero si digo que eran 6) de fondo se veía la montaña y siendo domingo al mediodía la gente llegando a la iglesia.
Nos detuvimos un momento a contemplar, vieron cuando paras a disfrutar de una imagen, un paisaje… algo bello. Había un silencio muy particular. En eso, reparo que la Iglesia se llamaba San Indalecio. Nos miramos, no tuve que mostrarle nada, el también lo había leído. Nos sorprendió. Otra vez ese nombre…
A las pocas semanas me entere que estaba embarazada. De curiosidad busqué qué significaba Indalecio. Allí me encontré con su definición: enviado/mensajero de Dios. Si era varón, así se iba a llamar. Aquí estamos atravesados por este amor que nos desborda".