Durazno, Uruguay 14 y 15 de octubre
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Uruguayazo
Triple Nelson, Buitres y NTVG protagonistas de otro emotivo y potente festival del creciente rock uruguayo.
El vocalista de Rey Toro dijo "de puta madre"; Christian Cary de la Triple Nelson lanzó un "vamo’ arriba la puta madre que los parió", y Guillermo Peluffo, de Trotsky Vengarán, directamente los mandó a todos a la concha de su madre. Puteadas de felicidad, catarsis rockera en Durazno, a 190 kilómetros de Montevideo y frente a más de 100 mil personas, algo así como el 3,5 por ciento de la población uruguaya.
La cuarta edición del Pilsen Rock fue amenazada por un diluvio que, al final, no hizo más que alimentar la ilusión de estar viviendo el Woodstock yorugua. Entre el barro, la nube de porro y miles de carpitas del amor hubo diecinueve bandas que sangraron dieciséis horas de rock en dos maratónicas jornadas.
La Triple Nelson volvió a ser una aplanadora de blues-rock; Rey Toro se reveló con altas dosis de metal crudo y golpeador; y Chala Madre destiló un reggae prolijo y ajustado que la confirmó como una de las bandas nuevas con mayor proyección.
No Te Va Gustar le puso una guitarra distorsionada al "Adagio a mi país" (Alfredo Zitarrosa), Pecho ‘e Fierro hizo hard-folk con el clásico "A Don José" (Ruben Lena) y La Tabaré agregó rabia y rebeldía a una versión in spanish de "Crua Chan" (Sumo), que incluyó una gaita deliciosa que trajo aires escoceses a la noche de Durazno.
La Vela Puerca no fue de la partida. La banda de los Sebastianes se quedó en Montevideo preparando su cuarto disco, pero igual estuvo presente en miles de banderas y remeras, y también en el improvisado "Vamo’ La Vela de mi corazón" alimentado por los músicos de No Te Va Gustar. El grupo del vocalista Emiliano Brancciari cerró la primera noche bien arriba gracias a una verdadera artillería hitera, en la que el público fue mucho más que una segunda voz. El festival funcionó como un interesante banco de prueba y demostró que el rock uruguayo no es puerco-dependiente.
En los momentos más ardientes se prendieron decenas de bengalas. Garo Arakelian, guitarrista de La Trampa, pidió por favor que las apagaran pero nadie le dio pelota. La voz –muchas veces sagrada– de los músicos tuvo su límite en el fuego rojo.
Los que fueron a buscar temas de Ska-P encontraron el ska-punk edulcorado de The Locos. Con cero en diplomacia, pero con muchos cojones, Pipi (ex voz de Ska-P) se subió al escenario con una remera que decía "No a las papeleras", y después lo gritó frente a la multitud. De todos modos, la actuación de los españoles se vio opacada por una performance asesina de Trotsky Vengarán. Sin desplegar su mejor factura técnica, la banda vomitó un punk vertiginoso que penetró en la gente como un verdadero electroshock.
El festival cerró con Buitres haciendo canciones de Los Estómagos, piezas más viejas que la mayoría del público que llegó a Durazno. "Este es el espectáculo donde las bandas venimos a ver a la gente", sentenció Hugo Díaz, guitarrista de la Trotsky. Una frase más que elocuente para definir un festival que fue, ante todo, un gran encuentro rocanrolero.
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