Antes de sus presentaciones en nuestro país, habla Will Holland, el músico y productor inglés detrás del pseudónimo que lidera Ondatrópica
1 minuto de lectura'
Will Holland era una de las grandes estrellas del soul, del funk y del nü jazz de la década pasada. Con sus diferentes encarnaciones sonoras, el músico y el productor inglés, más conocido por su álter ego, Quantic, erigió el emporio del groove al otro lado del Atlántico. No obstante, en 2006, un viaje a Colombia le cambió la vida. Así como le sucedió a su compatriota Richard Blair, líder del grupo Sidestapper, quedó tan fascinado por los sonidos, aromas y colores de la nación cafetera que se instaló allá. A pesar de las diferentes mudanzas que experimentó, conservó su hiperactividad, y ahora es uno de los nuevos capos de la música popular de la patria de Radamel Falcao. Aparte de llevar adelante sus proyectos Flowering Inferno, Combo Bárbaro y Los Míticos del Ritmo, el también DJ y remixador capitanea, junto al bogotano Mario Galeano, la agrupación Ondatrópica, una de las grandes sensaciones de la cumbia actual, con la que presentará por primera vez en la Argentina su intitulado disco debut, lanzado en 2012. "Soy extranjero, pero soy parcero", advierte en perfecto español, por teléfono, desde Texas, antes de su recital de esta noche en Niceto Club, y de mañana en el FIFBA, en La Plata.
¿Por qué te fuiste a vivir a Colombia?
En 2006, viajé a Cali para visitar a un amigo neoyorquino de origen colombiano. Sabía que, además de ser considerada la "capital mundial de la salsa, esa ciudad es un paraíso para los melómanos. Hay mucha gente en la calle comprando discos todo el día. Si a eso le sumas el clima tropical y la buena onda de la gente, era tentador estar allí por un tiempo. En principio iba a quedarme un año, pero ya pasaron cinco. Al mismo tiempo, me es más fácil trabajar allá que en Inglaterra, pues es un país muy caro. Si ya me costaba pagar un departamento, imagínate sostener eso y un estudio. Es imposible, no me alcanzaba la plata. Desde que tomé la decisión, siento que aprendí y crecí mucho como artista.
Considerando la puntualidad y el orden que caracteriza a los ingleses, ¿pudiste adaptarte al caos latinoamericano?
Es que yo también soy impuntual y medio caótico. La cultura colombiana es diferente a la inglesa, por supuesto. Pero yo tengo una mente muy abierta. Hice muchos amigos, y trabajo con un montón de músicos. Así que no siento que esté chocando contra nada.
Antes que imponer tu estilo musical y los géneros que te distinguen, preferiste adecuarte a la idiosincrasia sonora de la nación cafetera. ¿A qué se debió?
Cuando comencé a armar proyectos en Colombia, no lo hice con la intención de recrear o versionar lo que ya estaba hecho. Llegar a Cali para grabar salsa era aburrido. Me parecía más interesante armar propuestas en la que participaran músicos locales con instrumentistas jamaiquinos o ingleses. Ese puente de culturas está chévere, al igual que armar un ambiente entre cuatro o cinco personas. Mi intención es combinar sabores.
¿Cuál es la diferencia entre el groove anglo y el latino?
Antes de que existiera la Fania, las orquestas de salsa estaban compuestas por músicos de diferentes nacionalidades. Y esa interconexión era algo muy fuerte, especialmente en ciudades como Nueva York, donde el R&B y la salsa convivían y se relacionaban. Por eso no me parece tan diferente tocar afrobeat y funk que cumbia, pues no está tan lejos. Son parte de una misma historia. Lo que sucedió es que Colombia se cerró tanto al mundo que fue difícil llegar a ese género.
Gracias a artistas como vos o Mad Professor, la cumbia consiguió posicionarse en la cultura pop global, lo que le permitió sacarse ese tufillo de música de anticuario o enciclopédica que ostentaba en Colombia. ¿Qué opinión te merece lo que está sucediendo con el género en este momento?
Es una fuerza política, cultural y social: es la música que contiene la voz del campo. Así como el reggae, que es tocado en países diferentes, de formas muy distintas, con la cumbia pasó lo mismo en Argentina, México o Perú. A diferencia de otras propuestas actuales, en Ondatrópica mostramos un concepto bien arriba que involucra asimismo a otros estilos que forman parte de una misma familia sonora. La fama de la cumbia trajo el interés por otras formas de la música afrolatina.
¿No te parece irónico que los latinoamericanos les prestemos atención a nuestras músicas populares sólo luego de que un artista top estadounidense o europeo se interesa por ellas?
Que la cumbia no suene en las radios comerciales, no significa que no tiene voz. Si bien los blogs reseñan la cumbia, sus mash up y los Soundcloud de moda, a los músicos de San Jacinto, la fuente viva del género, nos les importa. Eso es cosa de hipster. Se trata de un tema complejo. Es un cliché eso del europeo que viene para mostrarles su música a los latinoamericanos. En el caso de la cumbia, los colombianos sí saben de qué se trata. Pero el tiempo pasa rápido, y la gente olvida.
Salvo por el disco que grabaste el año pasado junto a Alice Russell, estás cada vez más distante del soul y del funk. ¿Qué sucederá con Quantic Soul Orchestra?
Ayer pensaba en eso. Hace mucho que dejé ese proyecto, tras la salida del disco Tropidélico. Cuando llegué a Cali, me pareció justo cambiar de nombre para demostrar que estaba en algo diferente, con gente distinta, con el latinazo. Me aburrí del soul. En un punto, trabajamos tanto en eso que me parecía muy seguro. No estábamos experimentando mucho, era predecible. El cambio fue por eso. Aunque no descarto retomarlo. Por ahora, estoy creando un álbum de música electrónica, pues hace rato que no saco material dentro de esa corriente.
¿Entonces cuál es el futuro de la música popular contemporánea?
Me parece que la cosa está bien fragmentada. Veo difícil que venga algo nuevo, y no quiero ser negativo. Hay tantos DJs, y me hace ruido el sancocho de estilos. Dices mucho, pero no vendes nada. Recuerdo la época de oro de drum and bass, en la que los DJs competían cada noche por ser los mejores. Lo mismo pasaba en Detroit con el techno. Ya no hay concentraciones en un estilo. Pero me gustaría escuchar más ritmos electrónicos latinoamericanos.
Por Yumber Vera Rojas
- 1
Ca7riel y Paco Amoroso postergaron la salida de su nuevo álbum: “Hoy decidimos frenar”
2Esquizofrenia y cambio de medicación: el diagnóstico de Nick Reiner que le da un giro al homicidio de sus padres
3Era la gran promesa de Hollywood, pero una grave denuncia en su contra lo hizo desaparecer del foco público
4Sandra Borghi se quebró en su emotiva despedida de El Trece




