Días de radio para Mirtha Legrand

Anteayer por la tarde hizo su debut radial en La Red, conduciendo un magazine, con activa participación de eficaces columnistas. Amena y divertida, impuso su estilo, aprendió, se adaptó al micrófono y conquistó a la audiencia.

Y finalmente Mirtha Legrand, la diva del cine, el teatro, la estrella de los almuerzos televisivos, conduce desde anteayer, por la tarde, en La Red (AM 910), su primer programa de radio, denominado "Mirtha en La Red", que se emite de lunes a viernes, de 17 a 19. Su presentación constituye un hecho más que relevante para su trayectoria: es prácticamente su debut en el micrófono, y también para la emisora: dedicada en principio al deporte, y ahora, en franca apertura hacia la información y el mundo del espectáculo.

A las 17.01, la voz de Rubén Rada anunció la presencia de Mirtha en el aire con el ritmo suave y pegadizo de un candombe, cuyo estribillo señala: "Señora Mirtha Legrand, gloriosa Chiqui Legrand, todas las tardes está contigo en La Red". Con voz firme y muy radiofónica por cierto, Legrand saludó a la audiencia enfatizando su estado de ánimo: "Nervios, angustia y una mezcla de raras sensaciones, que me provocaron una ansiedad tan grande que contaba los minutos que faltaban hasta las cinco de la tarde". Definió luego el formato y el estilo del programa. Agradeció a las autoridades de la radio, en especial a Carlos Avila (el hombre que motivó el proyecto); Roberto Timistit, gerente general de la emisora, y a su productor general, Carlos Rottemberg (que vino especialmente desde Mar del Plata para estar con Mirtha), que detrás del vidrio, junto a fotógrafos y periodistas de diferentes medios, asistieron a la primera emisión del nuevo ciclo radial.

Fiel a sí misma, confesó que no conocía a fondo los códigos de la radio, pero que ante cualquier dificultad iba a pedir ayuda (en el transcurso del programa, de manera sencilla y natural, lo fue poniendo en práctica). Presentó feliz y orgullosa a cada uno de los columnistas: la periodista política Paola Juárez, que se lució en el tratamiento de los más diversos temas, tanto del orden nacional como internacional; Laura Ubfal y su completa cobertura del mundo del espectáculo; Guillermo Salatino, con las noticias del ámbito deportivo, y Paulo Viloutas, con la actualidad. El momento humorístico corrió por cuenta de Martín Bilyk, que demostró su ingenio en el diálogo que mantuvo con la conductora, imitando al presidente de la Nación. Mirtha siguió el ritual de sus ciclos de TV. Envió cariños y besos a sus amores: sus hermanos "Goldie" y Josesito; su hija Marcela; sus nietos Juanita, Ignacio y Roquito y su bisnieta Ambar. Acto seguido describió su vestimenta, agradeció los innumerables regalos que le obsequiaron y recibió los saludos grabados de su familia (Marcela Tinayre dio la primicia de que muy pronto ella también estará haciendo radio, en otro horario).

Casi sin darse cuenta cumplió la primera hora del programa, comentó cómo y cuáles eran las señas que le indicaba el equipo de producción y entregó puntualmente en horario al informativo, con una frase muy personal: "Usted, doña, no se vaya porque falta aún lo mejor". En pleno ejercicio del estilo que supo acuñar, retomaba el aire preguntando: "¿Ahora puedo hablar?... No importa, ya voy a aprender... y esto me va a encantar, porque todos me dicen lo mismo: Mirtha, te vas a enamorar de la radio y no la vas a dejar más". Y al parecer el ámbito para Legrand es muy propicio. Ella misma dio detalles de la oficina y baño especial que las autoridades le prepararon especialmente en el edificio donde funciona la emisora.

En el transcurso de esta primera emisión ya totalmente relajada, amena y divertida, no se privó de nada. Puntualizó que en el almuerzo que tuvo a solas con Giselle Rímolo, en un corte, la ex de Soldán recibió la llamada de un abogado que la forzó a cambiar el estilo y el tono de su discurso. Y refiriéndose a la pareja presidencial (Kirchner-Fernández), enfatizó que cuando estuvo con ellos en El Calafate comprobó que "ella cortaba el bacalao". Reiteró su amor por la radio como medio y por los diarios, de los que confesó que lee hasta las secciones de quiebras y convocatorias. Y tuvo elogios para cada uno de los integrantes del staff de La Red que dejaron sus saludos: Nelson Castro, Oscar Gómez Castañón, Virginia Hanglin, Mariano Closs y hacia dos de sus grandes amigos: Héctor Alterio y Alfredo Alcón. Por supuesto, se hizo cargo de las publicidades que la acompañan en la televisión, con una frase tan simpática como pícara: "Ahora debo pasar unos chivets ".

Mirtha Legrand dio lugar y espacio para el lucimiento de cada uno de sus columnistas y lógicamente aportó valiosos comentarios a cada uno de los temas, porque ella -lo demuestra a diario en la pantalla chica- está al tanto de todo.

Mantuvo un interesante diálogo telefónico con Mario Pergolini, por medio del móvil conversó con Nito Artaza, habló de la performance de su querido Racing Club con Ubaldo Matildo Fillol, comentó las diferentes llamadas de los oyentes (en especial las del interior del país) e instaló un buen ritmo radial.

Sobre el final, y más acostumbrada al micrófono, convocó a la audiencia para el día siguiente, se volvió a referir a las doñas ("algún día -dijo-, me gustaría hacer una ficción televisiva que se llamara "La doña", para interpretar a la dueña de un gran multimedio") y dio la posibilidad a los integrantes del equipo que la secundan de brindar la última información de la jornada.

Para aquellos que se preguntaban qué pasará con Mirtha en la radio, cabe la respuesta: se presentó con humildad al examen radiofónico, aprendió sobre la marcha, se adaptó, cumplió con el objetivo de informar y entretener y aprobó con las mejores calificaciones. Se acaba de instalar en el competitivo horario del regreso y ha dado pruebas que -también en este ámbito- sabe y quiere competir.

Por Por Alicia Petti <br/> Para LA NACION

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