Rodrigo de la Serna: "Me conmovió que el Papa haya pedido perdón a los pueblos originarios"

Hace rato que Rodrigo de la Serna no se deja ver en la pantalla chica local. Sus últimos personajes fueron para el cine y el teatro, y casualmente -o no-, todos ellos fueron personajes históricos: se convirtió en Mozart en Amadeus, uno de los grandes éxitos del circuito de teatro comercial de los últimos años, fue San Martín en la película Revolución: el cruce de los Andes, y ahora se pone en la piel de Juan Manuel de Rosas en la obra de teatro El farmer, que sube a escena de miércoles a domingo en el Teatro San Martín. Pero eso no es todo. También se animó a ponerse en la piel de un personaje actual y enormemente significativo: el papa Francisco. De la Serna interpreta a Bergoglio en una película que se estrenará en diciembre en Italia y todavía no tiene fecha para su desembarco en la Argentina: Llámenme Francisco, del italiano Daniele Luchetti.

En una entrevista con LA NACION Revista que podrá leerse este domingo, el actor cuenta cómo fue encarnar a un personaje tan importante para los tiempos que corren. "Cuando te ofrecen un desafío como el de Llámenme Francisco, tan atractivo, importante, no es fácil negarse. El guión me gustó mucho. La hice y tuve la oportunidad de conocer a personas maravillosas, me vinculé con Luchetti, que tiene una sensibilidad y una inteligencia notables. conoce a todos los grandes de primera mano, me contó anécdotas de Fellini, de Scola, de todos esos grandes referentes del cine, porque para mí la meca del cine está ahí, no en Hollywood. Me crucé con Bertolucci, fue un regalo", dice. Reconoce que "es imposible entrar en la cabeza de un jesuita", por lo que no fue fácil ponerse el traje de Bergoglio. "Lo que puedo decirte es que fue una experiencia intensa, fueron tres meses y medio de rodaje en los que tuve la responsabilidad de interpretar la vida de Jorge Mario Bergoglio desde sus 23 años hasta sus 58, 59".

Ante la consulta sobre la visita del Papa a Ecuador, Bolivia y Paraguay y su opinión sobre el pedido de perdón que el Sumo Pontífice hizo a los pueblos originarios en nombre de la Iglesia por los crímenes cometidos en la conquista, reconoció y destacó el gesto: "Que un Papa latinoamericano pida perdón en nombre de la Iglesia por el genocidio que se cometió aquí, es fuerte. A mí me conmovió bastante. Por mi madre que es especialista en arte precolombino siempre tuve contacto con los pueblos originarios, he estado en muchos lugares, sé de la lucha de estos pueblos, sé del dolor que existe y de las heridas que resultan casi imposible de cicatrizar. Y que una persona como él venga a decir esto, me hizo bien, no sé a los demás, a mí me gustó escucharlo en boca de un papa".