
Sangre, sudor y... perfume a computadora nueva
Alemanes y franceses compiten por conseguir la fragancia más original
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BARCELONA.– Hubo un tiempo, mucho antes de que las firmas de moda se adueñaran del mercado de la perfumería, en el que el arte de inventar esencias estaba más asociado con el concepto clásico de creación que con el más contemporáneo de consumo. "En los años 90 vimos cómo se empieza a aplicar en esta industria una serie de técnicas de análisis de mercado ajenas al sector que provocan una pérdida de la esencia del proceso creativo del aroma." Así recuerdan el principio del fin desde Etat Libre d’Orange. Esta firma es tal vez el mejor ejemplo de una nueva estirpe de compañías perfumeras, que surgen como alternativa a los cócteles que dominan el panorama de consumo masivo.
Etat Libre d’Orange, fundada en París hace dos años, se caracteriza por dar total libertad a sus creadores y por acompañar sus peculiares fragancias con campañas visuales de original y perturbador diseño. "El perfume es un todo que sólo puede comprenderse con la lectura de la historia y su ilustración correspondiente", agregan.
Después de haber desarrollado un éxito como la fragancia junto a Rossy de Palma, Etat Libre d’Orange acaba de lanzar otro perfume llamado Secretions Magnifiques, cuyo leitmotiv es el intercambio de fluidos y cuyo aroma contiene notas metálicas que reproducen la sangre, el sudor y la saliva, además de notas lácteas.
La pregunta obligada es: ¿y esto huele bien? Ellos responden que la pregunta está mal planteada, que fueron la mercadotecnia y el lujo de pasarela los que hicieron creer que un perfume es algo que debe oler bien. "Para nosotros, nuestros productos son atractivos porque el perfumista goza de total libertad a la hora de imaginar y elegir materias, por eso obtenemos una fragancia de gran calidad. Ahora bien, algunos de nuestros perfumes son verdaderamente radicales, del tipo me encanta o lo odio."
Gin tonic
Algo parecido pasa con las creaciones de los alemanes Escentric Molecules. La firma se acerca a lo radical, no desde los efluvios, la libertad y la narrativa olfativa, sino desde la tecnología y la modernidad; se busca un resultado final más próximo al efecto que al aroma. El lanzamiento del año pasado de su segunda fragancia, 02, fue todo un acontecimiento. El perfume se agotó, y hasta algunas celebridades adictas, como la modelo-actriz Mischa Barton, tuvieron que entrar en lista de espera. El propietario de la compañía, Geza Shoen, explica este éxito a través de las irresistibles características de la esencia: "Huele a gin tonic, a limonada austríaca y a ese aroma que invade la primera vez que uno abre un nuevo aparato portátil de Apple".
Ya sea a través de la libertad y la provocación o del uso de los nuevos códigos de placer posmoderno, lo cierto es que esta nueva tendencia aporta oxígeno al sector, tanto para los alquimistas del olfato como para los clientes. "Los perfumistas pueden por fin sentirse libres a la hora de inventar, sin ataduras, por lo que el producto final puede ser calificado de creación pura. Y los consumidores, a su vez, pueden reivindicar su personalidad diferente y la voluntad de distinguirse de las masas", resumen desde Etat Libre d’Orange.





