Sergio Renán: sólo se trata de vivir

Cuando al realizador Werner Herzog le avisaron que Lotte Eisner, la más famosa historiadora del cine alemán, estaba gravemente enferma y que las posibilidades de que sobreviviera eran ínfimas , se calzó un par de borceguíes, hizo ojos ciegos al frío y la nieve del invierno europeo, y se dispuso a recorrer a pie la distancia que separa Munich de París. Ese suerte de coloso de la voluntad que es el director de "Fitzcarraldo", no es hombre de vacilaciones: si él lograba completar el trayecto, su amiga se salvaría, se desafió a sí mismo. Todo salió como lo había previsto: sus fuerzas estuvieron a la altura de la apuesta, y Lotte Eisner sobrevivió. "No podíamos permitir que muriera. No tenía que morir. Por lo menos, no esta vez", escribió Herzog en su diario de viaje. Evidentemente, estaba convencido de que hay un nivel de fuerza vital y de constancia ante el cual a la muerte sólo le queda la opción de un discreto mutis. Y, si no, ahí está Sergio Renán para confirmar los dichos de su colega alemán . El próximo sábado, Renán volverá a su casa después de haber protagonizado lo que todos comenzaron a denominar "milagro" y que quizá no sea otra cosa que una admirable tosudez en no querer dejar el reino de este mundo.

El cineasta y ex director del Teatro Colón se descompuso durante la tarde del 20 de febrero último, mientras trabajaba en la Cancillería, donde desempeña el cargo de director de Asuntos Culturales. Aquejado de fuertes dolores abdominales, Renán fue internado de inmediato en la Clínica Suizo Argentina. Del diagnóstico _pancreatitis aguda fulminante_ pendía un panorama más que desalentador: en casos como el suyo, un promedio del 85 por ciento de los pacientes, muere.

Evidentemente, a Renán la estadística se le debe haber antojado una insolencia. ¿A quién se le podía ocurrir importunar con ese impertinente cálculo de probabilidades a un director de cine a punto de estrenar su último film? Si bien los médicos sostienen que no hay seguridad total sobre las causas de la pancreatitis que padeció, Renán sospecha que lo suyo fue producto de "desarreglos gastronómicos sumados a la inestabilidad emocional".

"No puede ser. No es justo que sea. No va a ser." Esa fue la frase detrás de la cual se atrincheraron sus familiares y amigos, según contó a La Nación Ernesto Mastronardi, ex-coordinador artístico del Teatro Colón.Y al igual que Herzog, lograron que no fuera. Claro que entre aquel empecinamiento y esta victoria Renán tuvo que recorrer más de 130 días de internación en terapia intensiva, sesenta de ellos en estado de coma, una serie de complicadas operaciones y constante tratamiento de diálisis.

Con todas sus funciones vitales recuperadas, Renán aún no puede caminar dado que padece debilidad muscular extrema, pero, como ya declaró, está dispuesto a poner todo su empeño en el tratamiento de recuperación kinesiológica.

El secreto del milagro

Mientras Renán ponía el cuerpo y la voluntad, sus amigos fundaron lo que alguien dio en llamar "El club de las siete", en referencia al horario de reunión diaria:a las 19, en el bar del primer piso de la clínica y acompañaban a la mujer de Renán, Adriana, que durante gran parte de la internación de su marido se instaló en una habitación del mismo sanatorio, y a Nora, la hija de Sergio.

"La idea era armar una enorme cadena de fuerza espiritual que lo ayudara a Sergio a seguir peleando por la vida", define Mastronardi a ese club sui generis encabezado por René Aure e integrado por más de treinta y cinco amigos. Mientras el afecto cerraba filas en la confitería, los médicos se obstinaban en conseguir que Renán sobreviviera a costo de cualquier esfuerzo. El resultado de tanto tesón puesto al servicio de un mismo deseo, está a la vista:el martes último, por la tarde, todavía internado en una habitación del servicio de terapia intensiva, Renán sorprendió a sus amigos con una decisión inapelable:el próximo 11 de octubre estrenará su último film, "El sueño de los héroes". "Si para ese entonces no he recuperado la posibilidad de caminar _cuentan que dijo_ iré al estreno en silla de ruedas, pero allí estaré, sea como sea." Y, se sabe, es hombre de palabra.

Por Adriana Schettini

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