Stranger Things: lo mejor y lo peor de los nuevos personajes
En la segunda temporada de la serie de Netflix seis nuevos integrantes se sumaron a la historia para ayudar y también complicar la vida de los protagonistas
Mike, Eleven, Nancy, Jonathan, Steve, Joyce, Jim, Dustin, Will y Lucas. El corazón deStranger Things no son sus divertidas referencias ochentosas o sus aires de fantasía y terror. Eso que atrapó al público de todo el mundo durante la primera temporada de la serie de Netflix fueron sus personajes. El grupo de chicos liderados por Mike (Finn Wolfhard) a los que se sumaba la extraña y fascinante Eleven ( Millie Bobby Brown ), en un principio podía parecer estereotipos, especialmente los adolescentes mayores–linda, el popular y el nerd–, pero gracias a la habilidad de los actores y los ingeniosos guiones cada uno de los personajes cosechó interés y fanáticos. Hasta Barb, la malograda mejor amiga de Nancy (Natalia Dyer), cuya muerte provocó un fenómeno viral.
Así, aunque los hermanos Duffer, creadores del programa, sabía del cariño y la empatía que despertó el elenco original igual decidieron sumar nuevos personajes a la formación. Un cambio que podía preocupar a los espectadores, tan sobreprotectores como Joyce (Winona Ryder) cuando se trata de esta historia. Y, hay que decirlo, en algunos casos tenían razones para estar preocupados.
-Maxine 'Max' Mayfield (Sadie Sink). La adolescente llegada a Hawkins desde California aparece como un misterio para los chicos. Primero es quién se apropia del primer puesto en su videojuego favorito y después es objeto de la fascinación de Dustin (Gaten Matarazzo) y Lucas (Caleb McLaughlin). Lo bueno: algo hosca pero inteligente y sensible, a pesar de su estilo de chica canchera, Max parece entender y divertirse genuinamente con los chicos. Lo malo: por momentos su presencia resalta más la ausencia de Eleven que en esta temporada comparte muy pocas escenas con sus amigos y especialmente con Mike.
–Billy Hargrove (Dacre Montgomery). El hermanastro de Max está siempre enojado. Llega a la escuela con aires de rebelde sin causa y enseguida se enfrenta con Steve. Agresivo e irascible, Billy reúne todas las características de los villanos humanos que suelen estar entre las primeras víctimas del monstruo/asesino en cualquier película de terror clase B que se precie de serlo. Lo bueno: la escena que comparte con Karen (Cara Buono), la mamá de Mike y Nancy insinúan un personaje más entretenido e interesante que el del resto de los episodios. Lo malo: aunque el enojo y la violencia de Billy son explicadas en la serie, esas razones no compensan todas las escenas en las que su maldad resulta más molesta que amenazante.
–Bob Newby (Sean Astin). Una pieza de memorabilia que camina Sean Astin no sólo fue el bondadoso Sam de la trilogía de El señor de los anillos sino que interpretó a Mickey en Los Goonies, la película que parece haber inspirado buena parte del espíritu de aventura de los chicos de Stranger Things. Claro que más allá de su pedigrí ochentoso, lo cierto es que al actor le tocó interpretar a uno de los mejores personajes de la nueva temporada. Bob, es el novio de Joyce, a la que ama desde la secundaria. Amoroso, paciente e ingenioso, el tipo puede no ser el más romántico de los pretendientes, pero sí el más confiable. Lo bueno: además de su ternura con Joyce y sus hijos, Bob resulta una pieza fundamental para resolver el misterio en el centro del relato. Lo malo: su muerte y que no haya más posibilidades de ver a Bob Newby en las próximas temporadas.
–Dr. Owens (Paul Reiser). Después del villano sofisticado y frío que interpretó Matthew Modine en la primera temporada, parecía muy apropiado que su reemplazo en el laboratorio, origen de todos los males de Hawkins y sus habitantes, fuera radicalmente diferente a él. Así, el doctor Owens que interpreta Paul Reiser se muestra comprensivo y solícito con Joyce y está decidido a averiguar qué es lo que le pasa a Will (Noah Schnapp). Siempre y cuando se queden callados y no revelen al mundo lo que saben. Lo bueno: Reiser es un actor con un impecable tempo para la comedia que aquí se adapta perfectamente a las extrañas circunstancias en las que habita su ambiguo personaje. Lo malo: la resolución de la historia del doctor y su milagrosa supervivencia en un laboratorio plagado de monstruos puede servir para la continuidad del relato pero no resulta demasiado coherente.
– Murray Bauman (Brett Gelman). En medio de una temporada decididamente más oscura que la primera, la presencia del excéntrico Murray aporta el necesario alivio cómico en una buena cantidad de escenas. Un periodista de investigación y paranoico perseguidor de teorías conspirativas, el personaje empieza como un potencial peligro para que Eleven sea descubierta y termina como un valioso aliado de los héroes del cuento. Lo bueno: además de ayudarlos conseguir algo de justicia para Barb, Murray actúa de celestina en el postergado y esperado romance de Nancy y Jonathan (Charlie Heaton). Lo malo: faltaron más escenas con Murray sumándose al grupo de justicieros. ¿Tal vez en la tercera temporada?
–Kali (Linnea Berthelsen). Parte fundamental del arco dramático de Eleven esta temporada pasa por conocer sus orígenes. En la búsqueda de su madre, la chica encuentra también a una hermana perdida. En realidad se trata de una nena que, como ella, fue encerrada en el laboratorio para desarrollar y manipular sus poderes extrasensoriales. Así el séptimo episodio está dedicado al reencuentro de Eleven y Kali que lidera una banda de punks en Chicago. Dedicada a usar sus poderes de ilusionismo y sugestión para vengarse de todos los que estuvieron involucrados en su secuestro, Kali quiere que Eleven se sume a su cruzada. Lo bueno: la idea de que aparezcan otros niños del laboratorio le da posibilidades de crecimiento al universo original del programa. Lo malo: el primer intento por mostrar ese mundo más allá de Hawkins resultó más paródico que interesante y los personajes nuevos, un conjunto de olvidables esperpentos.
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