The Handmaid’s Tale: Elisabeth Moss y la vigencia de un relato aterrador que emprende un nuevo y definitivo viaje
Este domingo estrena la quinta y penúltima temporada de la serie basada en la novela que Margaret Atwood publicó en 1985; su protagonista reflexionó acerca de la universalidad de la historia y le dio detalles a LA NACION de lo que se viene
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Volver al lugar en el que conoció los horrores más inimaginables para reencontrarse consigo misma o seguir perdida y aturdida, sin poder unir las piezas de algo que está roto y posiblemente nunca pueda recomponerse. Esa es la decisión que debe afrontar June Osborne (Elisabeth Moss) durante la quinta temporada de The Handmaid’s Tale, la serie que tomó como punto de partida la novela homónima de Margaret Atwood para llevar su historia mucho más allá e imaginar la vida de su protagonista fuera de Gilead.
Justamente Gilead -esa autoritaria teocracia en que se convirtió gran parte de los Estados Unidos, de la que Osborne pudo escapar al menos físicamente- parece tener las respuestas que ella necesita encontrar tras asesinar al comandante Fred Waterford (Joseph Fiennes). “June pensó que matar a su opresor lo arreglaría todo, porque creía que él era el villano definitivo. También estaba segura de que su acto de venganza le daría algún tipo de alivio en lo personal y, al mismo tiempo, sería un golpe tan duro contra Gilead que inevitablemente conduciría a un cambio real. Pero pronto descubre que eso no va a suceder”, adelanta Elisabeth Moss a LA NACION, en una entrevista vía Zoom, sobre los nuevos episodios que están disponibles desde este domingo en Paramount+.
El viaje de June
Ya desde su primer capítulo, esta quinta temporada muestra que Gilead está lejos de perder poder e influencia; por el contrario, queda muy en claro que Waterford era una pieza más en un sistema que está listo para seguir funcionando y, peor aún, expandiéndose a costa de su ahora nuevo mártir. Serena Joy (Yvonne Strahovski) se convierte entonces en un elemento clave dentro de ese juego emocional y político que plantea la trama, y parece dispuesta a capitalizar toda la atención que el asesinato de su esposo echa sobre ella. Pero también vuelve a ocupar un lugar central entre las pesadillas de quien fue su criada.
“Serena es alguien que es una gran figura clave en la vida de June, a veces para bien, a veces no. Ella es su gran enemiga pero, a la vez, probablemente es la persona con la que tiene más en común. Hay una conexión allí que es innegable, que va más allá de lo que compartieron en Gilead junto a Fred. Esta temporada explora esa relación”, admite Moss.
“¿Qué dijo Serena?”, le pregunta con cierta mórbida desesperación June a Mark Tuello (Sam Jaeger), el representante del gobierno de los Estados Unidos que se ocupó de noticiar a Joy sobre el asesinato de su esposo. “Ella necesita saber cómo reaccionó. June no piensa ‘me deshice de Fred, esto se terminó, sigo adelante, todo va a estar bien’. Quiere saber que pensó Serena, cómo se siente ahora, qué le provocó la noticia de la muerte de Fred. Y creo que hay placer en eso y también hay culpa y paranoia por las represalias que Serena podría tomar. Hay una relación muy compleja ahí”, analiza la actriz y productora de The Handmaid’s Tale.
La repentina salida de la actriz Alexis Bledel -quien componía a Emily Malek, aliada de la resistencia, una de las pocas personas con las que Osborne podía sentirse hermanada fuera de Gilead-, posiblemente planteó para los guionistas una encrucijada que terminó por activar el giro en la trama de esta quinta temporada. Y es que, luego de enterarse de que Emily volvió a Gilead para saldar cuentas pendientes, June entiende que nunca podrá seguir adelante con su vida si no regresa para enfrentar al monstruo y recuperar -o al menos intentarlo- todo lo que éste le robó.
“Está claro que no hay escasez de villanos para June en esta serie”, sostiene Moss. “Pero su principal enfrentamiento es consigo misma. Se trata mucho de June versus Offred, esa persona que Gilead creó en ella, con la violencia y la ira y con el trauma que no solo experimentó en carne propia, sino del que fue testigo. Entiende que su vida cambió para siempre, entonces se pregunta: ¿Cómo ser ella misma en el mundo, cómo ser una buena esposa, una buena madre, una luchadora de la resistencia? ¿Cómo pueden convivir todas estas mujeres en una sola persona? De eso se trata en gran medida el viaje de June”, suma.
Es cierto que los nuevos episodios pueden caer en algunos lugares comunes o en algunas resoluciones apresuradas, pero de algún modo también desarrollan algunos de los puntos que habían sobrevolado la cuarta temporada: ¿Cómo reencontrarse después de haber atravesado un trauma? ¿Hay una única manera de sanar? ¿Es posible perdonar cuando el daño se hizo de manera deliberada y es irreparable?
Moss recurre nuevamente a su enorme capacidad como actriz para mostrar esas contradicciones que atraviesan a June ahora que está en ese lugar seguro, en el que puede volver a ser una mujer libre, pero al que, sin embargo, ella siente no pertenecer. También cuando quienes la aman parecen exigirle que de vuelta la página y continúe su cruzada personal por recuperar a su hija a través de un sistema en el que no confía, un sistema que ya la traicionó una vez y que la empujó a hacer justicia por mano propia. June ya no es la misma, y en esta quinta temporada es cuando asume que nunca lo volverá a ser.
La vigencia de una historia
“Margaret Atwood comenzó esta historia, todo el crédito es para ella”, resalta Moss sobre la escritora canadiense que publicó El cuento de la criada en 1985. La novela tuvo una primera adaptación cinematográfica en 1990, con guion de Harold Printer y protagónicos de Natasha Richardson, Robert Duvall y Faye Dunaway, pero fue con la serie estrenada por Hulu en 2017 que alcanzó una enorme popularidad a nivel mundial, al punto de convertirse en una suerte de manifiesto feminista.
“Atwood tuvo esta increíble visión del futuro basada en la realidad, en la investigación, en la inteligencia y en un gran conocimiento de la historia. Y tomó todo eso para esta novela realmente entretenida y fascinante, a veces divertida y a veces brutal. Hemos tenido el privilegio y el honor de recoger ese manto con nuestra serie y continuarlo”, dice Moss acerca de la serie que le valió un premio Emmy en 2017 a la mejor actriz en drama.
El estreno de la primera temporada de The Handmaid’s Tale tuvo un timing fortuito y perfecto: coincidió el año de asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y el presagio del avance del conservadurismo por sobre las libertades individuales que trajo consigo. “La relevancia de la serie no es algo de lo que nos regocijemos. Deseamos mucho que no fuera tan relevante, deseamos mucho que no fuera tan actual”, asegura la actriz. “Nuestros guionistas no leen el diario y dicen: ‘Oh, esto es interesante, lo voy a poner en el programa’. Los guiones se escriben mucho antes, pero de algún modo se ven atravesados por la realidad; eso también es increíble y movilizante”, asume.
Esta nueva temporada llega apenas unos meses después de que la Corte Suprema estadounidense derogara el fallo que, desde 1973, garantizaba el acceso legal al aborto en ese país. En ese sentido, The Handmaid’s Tale, con toda su distopía, vuelve a cobrar nueva relevancia a la hora de pensar en esos derechos y libertades que nunca hay que dar del todo por garantizados. “Para mí, personalmente, es conmovedor escuchar a personas no solo de los Estados Unidos, sino del todo el mundo, que sienten que esta serie les abrió una puerta de esperanza, que los puso a pensar o que los llevó a encontrar una conexión con su realidad. Muchas personas sienten que en este show hay una voz para ellos, que hay espacio para discutir sobre un tema que es importante para ellos. Eso para mí es algo que me honra”, recalca Moss.
“Tener la oportunidad de contar historias en este programa que se conectan con personas de una manera tan personal, como dije, en todo el mundo, y escuchar testimonios de lo que pasa en sus distintos países, en sus comunidades, ha sido una suerte de ventaja adicional, una gratificación que nunca esperé. Porque una, como actriz, se suma a una serie, a un proyecto, con la intención de entretener a la gente, pero cuando existe esta capa adicional de conexión con personas de todo el mundo se vuelve algo muy conmovedor”, finaliza.
Poco después de realizada la entrevista, se confirmó que The Handmaid’s Tale tendrá una sexta y última temporada. Además, se sabe Bruce Miller, su creador, está trabajando activamente en una suerte de spin off basado The Testaments, la novela que Atwood publicó en 2019 a modo de secuela y que transcurre años después de lo narrado en El cuento de la criada. Está claro que todavía hay mucho más por contar en este universo distópico con mucho de realidad.
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