The Walking Dead: Carl, en la boca del lobo
El nuevo capítulo de la saga zombie muestra en detalle cómo funcionan los cuarteles de Negan
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Hace pocas semanas, los espectadores de The Walking dead vieron por última vez al hijo de Rick cuando se ocultaba en uno de los camiones de Negan (Jeffrey Dean Morgan). Decidido a hacer justicia por mano propia, Carl (Chandler Riggs) había armado un improvisado plan cuyo objetivo era infiltrarse en la guarida del villano, simplemente para matarlo. Y desde ese punto es donde retomó el episodio de ayer, titulado "Sing Me a Song", cuyo eje fue adentrarse aún más en la guarida de los Saviors, pero desde la óptica de Carl (en un ejercicio similar al del tercer capítulo de esta temporada, en el que a través de Daryl -Norman Reedus- comenzaba a vislumbrarse cómo era ese sitio). Su llegada al lugar es violenta porque luego de engañar a Jesús (que también iba de colado en el mismo camión), el joven mata a dos secuaces de Negan para luego ser apresado por Dwight (Austin Amelio). El dueño de Lucille, impresionado por el temperamento del chico, decide entonces llevarlo a hacer un recorrido muy especial.
En ese tour de force, Negan le muestra a Carl el funcionamiento del cuartel y cómo domina con puño de hierro a sus compañeros y súbditos. Como una especie de dios rencoroso, el villano ejerce el control a través de un severo sistema de premios y castigos, siempre perfilándose como el verdadero líder del lugar, uno que gobierna a través del miedo. (“¿Todavía están de rodillas?”, le pregunta en un momento al muchacho sabiendo que aún dándole la espalda a sus protegidos, el miedo es la única tarjeta que sabe imponer).
Quizá el momento más terrible de ese vientre de ballena que es el reino de Negan tenga que ver con el harén de esposas que él tiene a su disposición. Y ni la muerte de Glenn (Steven Yeun) graficó de manera tan brutal la inhumanidad de ese personaje, su falta de empatía y su crueldad ilimitada. Para Carl, el ver un grupo de mujeres doblegadas le bastó para comprender la verdadera brutalidad de Negan y el delirio de omnipotencia que lo desborda. Pero lo más terrible del asunto, es que el personaje presume de cierta nobleza al no obligar a las mujeres a ser sus esposas sino que les propone un pacto salvaje en el que ellas pueden abrazar esa vida de “lujo” con la sola condición de estar con él o de lo contrario pueden acomodarse con el resto del pueblo en condiciones de lo más precarias. Enfrentadas a ese dilema, ellas consideran esa opción como la única forma de sobrevivir, pero conviven con la culpa de estar en un sitio que las deshumaniza. Ahí es donde se revela la verdadera maldad del villano porque Negan no necesita golpear a sus rivales para quebrarlos, sino que busca romperlos psicológicamente para luego adueñarse de ellos. Cuando en el primer episodio de la temporada Negan quiso obligar a Rick (Andrew Lincoln) a cortarle el brazo a Carl, el héroe estaba dispuesto a hacerlo si con eso salvaba la vida de sus compañeros, pero no lo hizo simplemente porque su rival le dijo que no era necesario. En su fuero interno, Rick se quebró al momento de comprender que estaba dispuesto a amputarle el brazo a su hijo y, el comprender eso, lo derrotó para siempre.
Gente que no

En este último capítulo, hubo un momento clave en donde volvió a ponerse el acento en cómo Negan rompe emocionalmente a sus víctimas. Luego de obligarlo a quitarse el parche que oculta la falta de un ojo, el villano paseó con un Carl que luchó como pudo contra tanta humillación. Pero de regreso en la habitación de su enemigo, el hombre obligó al muchacho a cantarle una canción mientras él se dedicaba a practicar con su bate golpes muy parecidos a los que mataron a Glenn y Abraham. Es una escena central en el episodio, que sirve para comprender el momento exacto en el que el joven perdió el impulso y se entregó a la situación.
En el ejercicio del poder según Negan, el doblegar voluntades es la piedra angular, por ese motivo el desafío se encuentra entonces en descubrir qué personajes de la serie se oponen enérgicamente a esa sumisión. Ante todo se encuentra Daryl, que víctima de todo tipo de torturas, sigue conservando en su interior el apetito por la revancha. Por otra parte, Michonne (Danai Gurira) es otra que lejos de aceptar el ir a “recolectar provisiones para los Saviors”, elige el camino del enfrentamiento. Jesús (Tom Payne), Maggie (Lauren Cohan) y el Rey Ezekiel (Khary Payton) y Rosita (Christian Serratos) son otros sobrevivientes que también impulsan el sendero de la guerra. De una u otra forma, todos parecieran esperar que Rick encienda la mecha, que el histórico líder del grupo tenga la capacidad de concentrar esa rabia para encauzarla hacia la venganza. Y el próximo episodio -en el que probablemente Rick encuentre a su hija pequeña en manos de Negan- podría significar el primer paso hacia ese enfrentamiento esperado, el "no va más" de un héroe que desde hace demasiado tiempo viene siendo humillado.Habrá que esperar entonces hasta el próximo episodio para conocer si el viejo sheriff dirá basta o si seguirá controlado por el temor.
¿Cuándo verla? Los domingos, a las 23.30, por FOX1 o los lunes, a las 22, por el canal FOX.
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