Yellowstone: un western clásico, moderno y violento

Yellowstone (Estados Unidos/2018) Creador: Taylor Sheridan. Elenco: Kevin Costner, Luke Grimes, Kelly Reilly, Wes Bentley, Danny Huston. Disponible en: Paramount Channel, los martes a las 22. Nuestra opinión: muy buena

Pocos creadores actuales tienen la sensibilidad de Taylor Sheridan para llevar la identidad clásica del western a los tiempos modernos y conservarla en un nuevo contexto. Yellowstone, una de las mejores series de la actualidad, sigue una huella que Sheridan abrió con claridad y precisión en dos largometrajes notables: Sin nada que perder (2016), del que fue guionista, y Viento salvaje (2017), que escribió y dirigió.

Allí están insinuadas todas las marcas que ahora puede desarrollar con calma y profundidad en una serie que ya tiene asegurada una tercera temporada mientras empezamos a descubrirla: los vastos escenarios (fascinantes y hostiles a la vez) del viejo y clásico Oeste, los hombres fuertes y dominadores que lo dominan, el mundo sin ley en el que se mueven, la violencia que se impone en su áspera geografía. En el medio, las tensiones entre terratenientes y recién llegados, aventureros y herederos de pueblos originarios, patriarcas y jóvenes. Algunos intentan conservar las tradiciones, otros apuestan a la renovación, y todos se mueven al compás de la codicia, el recelo, la ambición y las traiciones a la vuelta de la esquina.

El rey de este universo es el multimillonario John Dutton (un gran Kevin Costner), el dueño del rancho de ganado más grande del territorio estadounidense, tironeado entre tensiones políticas, negocios que cambian constantemente (aunque parecen inmutables luego de varias generaciones) y una familia que parece vivir todo el tiempo en un mundo de tragedias griegas o shakespearianas aplicadas al Lejano Oeste. Aquí asoma el primer gran atractivo de Yellowstone, nombre que toma la serie de la gigantesca propiedad familiar: cómo se va transformando la mente de un hombre maduro que sabe que no podrá ejercer su poder para siempre, pero a la vez consigue que su palabra sea ley y poder.

Yellowstone funciona bien en varias dimensiones simultáneas: retrata un mundo en el que no hay resistencia posible a la violencia a las situaciones límites propiciadas por ella, observa con agudeza cada una de las intrigas políticas y los nuevos negocios que alteran conciencias y modifican tradiciones ancestrales, describe con precisión y trazo filoso los conflictos familiares centrales de la historia y deja a la vista la eterna tensión entre blancos e indígenas que perdura desde la colonización del siglo XIX.

Es una pena que el público adulto al que está destinado la serie –que tiene dos temporadas estrenadas en los EEUU y una tercera en rodaje– tenga que padecer insólitas adulteraciones en la imagen cuando, por ejemplo, hay escenas de desnudos. Algo que ocurre hasta en emisiones de trasnoche.