Silvio Soldán:"Tengo más años que un terreno: 77"

Una visita a la casa de Silvio Soldán significa un viaje al pasado. Su chalet está lleno de fotos, premios, estatuillas, menciones, medallas... El está impecable, como salido de la pantalla. No tiene celular ni teléfono inalámbrico. Atiende el teléfono de línea, con cable espiralado. Sonríe mucho y se nota, cuando habla, que es un militante del optimismo. Ni siquiera el recuerdo de los dos meses que pasó en la cárcel de Devoto lo pone triste. El le dice "el country" y sonríe. Tampoco le quita la alegría su escandalosa relación con Silvia Süller. Nada parece afectarlo. Charlamos un rato en su casa y después pasamos una linda tarde tomando café en la propiedad donde vive su madre, Genoveva, la famosa "Tita". Acompañado por ella y por su hijo Cristián Silvio (el chico de 21 años que tuvo con Süller), Soldán se relajó y habló de su vida, de su trabajo y... ¡hasta confesó su edad!

-¿Cuántos años tenés?

-Tengo más años que un terreno: 77.

-¿Cómo te sentís?

-Estoy bárbaro. Pero cuando pasás de sexagenario ya es complicado. Sexagenario, septuagenario, octogenario. Es terrible, son muchos años. Pero yo los llevo bien, sin problema. No tengo problemas de salud…

-Estás bien porque no estás casado, ¿no?

-Yo estuve en pareja toda mi vida. Ahora, hace unos cuantos años que estoy de novio pero con cama afuera. Y es lo más hermoso del mundo. ¿Sabés lo que es levantarte cuando querés, acostarte cuando querés, comer cuando querés, ver televisión cuando querés, escuchar radio cuando querés, mirar el programa que querés, hacer lo que se te canta y que nadie te moleste? Eso es maravilloso. Dicen que es egoísta, pero es hermosamente egoísta.

-¿No te sentís solo, a veces?

-No. Yo tengo mucha actividad. Si yo me retirara tipo jubilado no sé qué pasaría conmigo. A los tres meses me tienen que llevar a la Chacarita, porque no puedo estar. No puedo estar sin hacer algo.

-¿Alguna vez estuviste sin trabajo?

-Siempre tengo algo para hacer. Y si no, lo invento. O escribo... poemas, canciones...

-¿Perdiste plata con las mujeres?

-Sí. En todo lo que hice al margen de mi profesión, perdí: en los negocios y en el amor. Tendría que estar casado con mi trabajo.

-¿No tenés una novia, ahora?

-Sí, hace muchos años. Vivimos separados, ella incluso no vive en la ciudad. Nos vemos poco y nos llevamos muy, muy bien.

-¿Cómo zafaste de lo que te pasó? ¿Cómo pudiste seguir tu carrera después de haber estado preso y de las relaciones escandalosas con Silvia Süller y Gisele Rímolo?

-Porque la gente creyó en mí. Yo era un perejil, nunca fui culpable de nada. Y siempre me reí mucho de mí mismo. El humor me salvó. Y yo me dejé llevar, nunca me deprimí, siempre fui muy optimista.

-¿Te gustan mucho las mujeres rubias, llamativas?

-Ehhh, puede ser. Pero cuando conocí a Silvia no era lo que es ahora. Un día hizo un clic y se convirtió en eso. Y tuve morochas muy lindas también. Aunque ninguna era muy sencillita.

-¿Estuviste enamorado?

-Una cosa es el amor y otra el enamoramiento. El enamoramiento tiene más que ver con la calentura. Y la verdad, no sé si fue amor lo que tuve con ellas. Lo que sí te puedo decir es que la pasé muy bien el tiempo que estuvimos bien. Y Silvia me dio lo más lindo que tengo que es mi hijo Christian.

-Tenés otro hijo, ¿no?

-Sí, de 43 años. También lo veo pero no lo expongo.

-¿Por qué vivís con tu mamá?

-No vivo con mi mamá, vivo al lado, solo.

-Pero las casas están comunicadas por atrás, es como estar en la misma propiedad.

-Escuchame, mi vieja tiene 98 años, suponte que se descompone, ¿qué es mejor? ¿Qué esté acá o viviendo en Corrientes y Carlos Pellegrini?

-Acá.

-Entonces...

-Ahora decime la verdad: ¿tu mamá es el amor de tu vida?

-No, es mi madre. Punto.

-Tiene fama de haber espantado a tus novias…

-A mí nadie me espantó a nadie, yo tuve libertad absoluta. Yo me fui a vivir solo cuando tenía 17 años, las pasé todas. He vivido con mujeres grandes, con mujeres que me bancaban... No cafiolo, pero parecido. Pero resulta que un día, mis padres -que vivían en una quinta en San Miguel- quisieron mudarse a Buenos Aires. Conseguí esta casa y al lado había una casa vieja, que era del mismo dueño. Entonces me vendió el paquete. Los traje a vivir acá, yo vivía en la calle Córdoba y un tiempo después me hice la casa nueva al lado de la de mis padres y me vine a vivir con ellos. ¿Qué mejor que estar cerca?

-A esta altura de tu vida, hay algo que quisieras hacer que no hayas hecho? ¿Bailando por un sueño…?

-¡Me llamaron! Para el "Bailando..." y para el "Cantando..." Pero dije que no. Lo que a mí me hubiera gustado hacer es Cyrano de Bergerac. Pero ya no puedo. El Cyrano es un joven de 30 años, no es un anciano venerable. Creo que en la vida todos tenemos un millón de sueños sin cumplir pero yo no tengo nada que me torture, ni que me preocupe.

-Te sentís pleno.

-Totalmente. Además, entretengo mucho a la gente, la divierto. Y eso para mí es fantástico.

-Y en las reuniones ¿también sos así o sos retraído, tímido?

-Yo era muy tímido. Decía dos palabras y me ponía colorado enseguida. En mi pueblo nadie podía imaginar que yo podía estar en un medio como la televisión. Era el más tímido del pueblo.

-¿Y qué pasó?

-Y qué sé yo. Me fui haciendo. Tuve que vencer muchos obstáculos.

-¿Te gustaba ser famoso?

-La fama es algo que va llegando naturalmente. Mis primeros programas como animador los hice en 1959, en el viejo Canal Siete. En el ’60 se inaugura Canal 9. Estaban tomando locutores nuevos para sacarse de encima a los monstruos sagrados -Pinky, Cacho Fontana, Orlando Marconi, Brisuela Méndez, Fito Salinas- que ganaban mucha plata. Tomaron examen. Yo participé y lo gané.

-Pero el gran éxito de tu vida fue Feliz Domingo.

-Sí, de hecho sigo animando fiestas privadas donde hago las prendas del programa. Tengo muchísimo trabajo con eso.

-Hace poco hiciste una participación en Graduados con eso.

-Muy linda, sí.

-¿No era un poco humillante para los participantes? El "te voy a regalar una goma grandota para que te borres…" Cuando perdían los maltrataban un poco.

-¡Para nada! Era todo con humor. Ningún chico se fue traumado del programa. Eso te lo aseguro.

Por Fernanda Iglesias

• Silvio Soldán

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