
"Soy un gitano del siglo XXI"
Joaquín Cortés se presentó ayer en Chile y debuta el viernes en Buenos Aires
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SANTIAGO, Chile (El Mercurio, Grupo de Diarios América, GDA).- "Soy el patito feo", advierte por teléfono Joaquín Cortés desde algún punto de Bogotá, a pocas horas de embarcarse para Santiago. Y si uno no supiera con quién está hablando, si no conociera alguna de esas fotografías que lo arrojan sobre los suplementos de espectáculos con el torso desnudo y la mirada de un gato rabioso, podría pensar que sí, que a lo mejor esa voz corresponde a la del patito feo.
A los 28 años, el cordobés radicado en Madrid, la figura que ha revolucionado el concepto del flamenco en su país, el bailarín y bailaor que provoca espasmos, grititos y suspiros en el público femenino, el moreno vestido de Armani que va por el mundo dignificando a su pueblo gitano andaluz, el aficionado actor fichado en películas de Pedro Almodóvar ("La flor de mi secreto") y Carlos Saura ("Flamenco") tiene el tono de voz de un español más: acelerado, parejo, tan regular como el del vecino.
Sin hablar y a torso desnudo, Joaquín Cortés se presentará el próximo viernes en Buenos Aires con su espectáculo "Pasión gitana", que desde hace dos años viene mostrando por el mundo (N. de la R.: el próximo jueves, Vía Libre publicará un anticipo especial sobre la actuación de este artista en la Argentina).
"Este es un homenaje a mi abuelo gitano que me crió", dice y sintetiza con orgullo la peregrinación de su pueblo: "Los gitanos son una cultura que emigra de la India y llega a España para introducirse en Andalucía. Pero hoy los gitanos están en todo el mundo".
-¿Y qué los vincula?
-El origen indio y la llegada a España. Y también el espíritu nómada, de viajero incansable, de vivir al día. Lo demás cambia de acuerdo con los países.
-Actualmente hay un enorme prejuicio con los gitanos...
-Sí, lo sé. Y creo que precisamente los jóvenes gitanos tenemos que hacer cosas interesantes por la cultura, para que los niños nos tomen como modelo y sigan nuestros ejemplos. Para mí, todas las razas son iguales. En el fondo hay una sola raza: la humana. Y luego vienen banderas, costumbres y colores que distinguen a unas de otras. El gitano puede estudiar, dedicarse a la cultura y ser como cualquiera de los otros. Todo es cuestión de trabajar por eso.
-¿Tú estás decidido a abolir esa discriminación?
-Por supuesto. Hace poco fui nombrado embajador europeo de la lucha contra el racismo. Y es que me parece inútil y absurdo que sigamos con esta situación de intolerancia.
-¿No guardas entre tus costumbres gitanas la peregrinación?
-Yo vivo en Madrid, pero siempre estoy viajando por lo de las giras. En ese sentido soy muy gitano. Pero yo soy un gitano del siglo XXI.
-¿Cómo es eso?
-Pues, bueno, soy un gitano que viaja en carro y en avión.
-¿Y qué dice tu pueblo gitano de estas "nuevas tecnologías"?
-Creo que ellos tendrían que empezar a acostumbrarse a la evolución del mundo, a la tecnología y a los avances.
-¿Hay alguna otra causa por la que te abanderes?
-Hay muchas... (murmura y guarda unos segundos de silencio). Todas las que sean causas humanas me van a hacer estar ahí. Los niños que mueren de hambre, las enfermedades, la pobreza: esas miserias.
-Pero tampoco lo asumes como una militancia política.
-No, no, no, jamás. La política nunca me ha llamado la atención. Ni quiero que me la llame.Yo soy apolítico, ¿entiendes? Por supuesto que creo en la libertad y en el derecho a vivir en paz. Y claro que hay normas básicas que se deben respetar. Pero de política ni hablemos.
-En las entrevistas nunca te preguntan tus opiniones políticas, ¿no?
-Es que como es algo que no me llama la atención y frente a lo que no tengo respuestas, no me hacen esas preguntas.
-Pero te hacen preguntas para las que tampoco das respuestas, como tu vida privada.
-Sí, hay gente que quiere meterse en esos aspectos. Y yo siempre digo que lo importante para mí es hablar de todos estos años que llevo luchando en mi carrera, de mi aporte a la cultura, y no de mi intimidad.
-¿Qué opinión tienes de la prensa?
-Con la prensa, con los críticos responsables, con la gente seria me llevo muy bien. No hay rollos. Pero con la prensa rosa, amarilla o como se le llame en cada país, por supuesto que me llevo mal. Porque les interesa más mi vida privada que la profesional -repite la premisa que casi se le ha vuelto consigna. Y entre líneas se sabe que está hablando de palabras como Naomi y Campbell. Palabras innombrables que definen a la modelo negra que, tras la ruptura sentimental entre ambos, habría intentado suicidarse.
Joaquín Cortés no sólo se muestra gitano en su constante peregrinar, sino también en la estrecha vinculación que mantiene con sus parientes: su madre dueña de casa, su padre dedicado a la hotelería y sus dos hermanas. "El sentido de la familia es muy fuerte para nosotros. Somos como la mafia italiana. Cada vez que puedo estoy metido en la casa de ellos. Yo soy el hermano del medio y el patito feo". Aparenta hablar en serio, pero en el fondo bromea.
-¿Y ellos te van a ver bailar?
-Por supuesto. Han visto este espectáculo en España y cada vez que pueden me ven.
El asunto del baile comenzó temprano para Joaquín. A los 12 años emigró de Córdoba a Madrid para dedicarse a la danza. Tres años más tarde se integró al Ballet Nacional de España, y a los 22 formó su propia compañía con la que gestó el espectáculo "Cibalyí". Ya entonces el bailarín estaba lejos de la escuela flamenca más pura y fusionaba ritmos y visiones en una nueva corriente. Profundizando este mestizaje de estilos, creó luego "Pasión gitana" y comenzó con una gira mundial. Entonces lo compararon con Nureyev y Baryshnikov, juntó 17 mil personas en un auditorio y lo alabaron por vanguardista: tuvo éxito.
"Más que flamenco, lo que yo hago es un mestizaje de danza y música de distintas corrientes -se apura en aclarar-. Yo no tengo nada que ver con el flamenco tradicional."
-¿Por qué?
-Porque para mí el flamenco es algo que está ahí y punto. No me entusiasma. Lo que verdaderamente me interesa es la lucha por la fusión de estilos. Creo que es un mensaje más universal. En estos momentos ya hay gente que empieza a seguir esta corriente que vengo practicando desde hace muchos años.





