Conductores de última generación
Para los futuros sucesores de Tinelli y Repetto, la espontaneidad y el "sé tú mismo" son las claves para llegar al público
Para ser conductor no existe ninguna escuela. No hay diplomas para colgar en la pared ni reconocimientos académicos y, sin embargo, la pantalla chica está llena de profesionales en la materia. La TV está poblada de esa gente que no se ocupa de actuar y que, generalmente, no canta ni baila, pero que diariamente se para frente a una cámara para llevar un programa adelante.
Claro que, aunque no haya universidades ni escuelas, cada tanto surge una nueva promoción de conductores que, sin reemplazar a sus antecesores, aporta algo diferente a lo que los espectadores ya conocen de memoria.
Parece que algo de esa renovación se alimenta del calor del verano. La nueva temporada televisiva comenzó hace poco más de quince días y confirmó que una nueva generación de conductores está empezando a ocupar la pantalla chica: María Eugenia Molinari, Axel Kuschevatzky, Claribel Medina, Mariano Peluffo, David Kavlin y el Mono Amuchástegui son sólo algunos de los miembros de ese grupo que busca dejar su marca en el competitivo universo de la televisión.
"Yo me divierto y espero que la gente se divierta. No pretendo más que eso." Esta frase de Kuschevatzky, responsable de la presentación de las películas del ciclo "Terrormanía", que emite Telefé, resume buena parte del espíritu de esta nueva camada. Sus modelos ya no son gente como Cacho Fontana, Juan Carlos Mareco o Pinky, por nombrar sólo a algunos clásicos, sino que conciben la conducción desde una pantalla conquistada por Marcelo Tinelli, Nicolás Repetto, Jorge Guinzburg y Julián Weich, entre otros.
"Ya hace un tiempo que la gente no se engancha tanto con la figura, sino que más bien prefiere al conductor más auténtico, más humano, al que está más cerca de ellos. Por supuesto que sigue comprando a la megaestrella, como Susana Giménez, pero me parece que al público le gusta algo más natural. Siempre y cuando esa naturalidad tenga un contenido que la acompañe", dice Molinari, la chica que desde "Rutas argentinas", el ciclo que conduce por América, recorre el país que no miramos.
Con sólo ver y escuchar a estos conductores queda claro que el traje de tres piezas y la voz clásica de locutor ya no son el prototipo de la profesión.
"En el pasado, los presentadores tenían un estilo más acartonado. Eso cambió. Ahora tenés que mostrarte en pantalla tal cual sos, y la gente te adopta, sí o no. El mejor ejemplo es Maru Botana", dice Mariano Peluffo desde Mar del Plata, donde está al frente de "Sentí el verano", uno de los ciclos con mejor rating de la temporada.
Parece trillado, pero "ser uno mismo" es la receta aplicada por la mayoría de los miembros del ejército de conductores versión 2002. Esa es la lección que aprendieron de "Videomatch", "Sábado bus" o "Sorpresa y media", y ante el éxito del maestro el alumno respeta el código establecido. Aunque cada uno con su propia historia a cuestas, por supuesto.
"Conduzco el programa desde la espontaneidad. Salió así de entrada. Claro que como actriz una acumula recursos, un entrenamiento que sirve mucho para la improvisación, para relajarse y disfrutar de la conducción", explica Claribel Medina, la conductora de "Pasapalabra". Reconocida por su trabajo como actriz, Medina se arriesgó y ganó el pozo acumulado. Cuando un participante gana, se alegra. Se enoja si pierde y le da pena si se pone nervioso. Casi lo mismo que sucede del otro lado del televisor.
La mayoría de los conductores nuevos no lo es tanto. Es más: muchos de ellos hace tiempo que acumulan en su currículum más ciclos de los que el público puede recordar. Y hasta llegaron a encabezarlos, como ahora es el caso de Mariana Fabiani y su "Mariana de casa". Sin embargo, a pesar de los años, su estilo los mantiene encasillados como jóvenes promesas. Una categoría de la que logran salir sólo cuando participan en un programa de éxito o aparece ese ciclo pensado exclusivamente para ellos. Lo cierto es que de muchos de los conductores que están hoy en pantalla se supone que lo mejor está por venir. Por ahora, es cuestión de sembrar: la cosecha quedará para más adelante.
Demasiado jóvenes para ser clásicos, demasiado nuevos para tener una marca personal, los nuevos conductores poseen, de todas maneras, algunas características propias. Así, muchos dicen haber llegado al lugar donde están hoy casi de casualidad, más accidente que vocación innata. "Jamás pensé en trabajar en televisión. Por casualidad me llegó el ofrecimiento de participar en "El agujerito sin fin", y de eso ya pasaron diez años. Sólo después de un tiempo de estar en el programa me di cuenta de que me gustaba. Y aquí estoy", cuenta Molinari, quien pasó buena parte de la última década en pantalla. Además de ser una de las responsables del recordado Cablín, formó parte, hasta hace poco, del equipo de "Pulgas en el siete".
Algo parecido a la casualidad, la suerte o el accidente fue lo que llevó a los conductores de "Vale la pena" hasta la pantalla de Telefé. "David Kavlin y yo trabajábamos en la televisión paraguaya y nuestro productor, que es amigo de Claudio Villarruel (responsable de la programación de Telefé), lo visitó para su cumpleaños y le trajo un tape del programa que hacíamos allá. A él le gustó, nos llamó y aquí estamos", relata Amuchástegui, la mitad cordobesa del dúo que guía el viaje semanal de los espectadores por las imágenes de la historia de esa emisora.
Otro de los elementos que constituyen parte fundamental de esta nueva generación es que, más allá de poner el cuerpo frente a las cámaras, ellos forman parte de lo que sucede detrás de ellas. "Siempre fui productor general de los programas que conduje. No pertenezco a esa escuela que llega al estudio diez minutos antes de grabar y sale a conducir. Mucho menos podría no tener injerencia en el aspecto creativo del proyecto", explica Kuschevatzky. En su caso, el camino es inverso. Primero que nada, es parte del equipo que se ocupa de seleccionar las películas que se ven por la pantalla de Telefé, y sólo después es el conductor de "Terrormanía", donde tiene la tarea de meter al espectador en el espíritu de esos films "de miedo".
Una cuestión de estilo
Muchos de los que hoy son conductores empezaron como productores, y eso es algo difícil de olvidar. "La mitad de mi cabeza trabaja como productora y pensando así es como elegí las diferentes cosas que fui haciendo, tratando de sumar escalones sin llegar al incendio", se ríe Peluffo.
Parece que gran parte de lo que implica construir una trayectoria pasa por saber elegir cada nuevo proyecto como parte de un peldaño de la escalera e intentar que la subida sea lo más variada posible. "Trato de no encasillarme. El problema es que el público tiende a hacerlo -razona Molinari-. A mí, por Cablín y "Pulgas...", me tienen en el rubro infantil, y por más que me encanta hacer ese tipo de programas tampoco quisiera seguir haciéndolos cuando tenga 35 años".
Claro que muchas veces para tener un estilo propio, un camino individual, se necesita comenzar imitando a los modelos. Por más únicos que éstos sean. "Hay mucha gente que te inspira cuando empezás a trabajar en esto. Pero eso va cambiando con el tiempo. Yo antes, por ejemplo, idolatraba a (Mario) Pergolini, lo imitaba. Pero después comencé a abrir los ojos y las orejas para fijarme en otra gente. Si pudiera armar un conductor ideal tomaría la nostalgia y la inteligencia de (Alejandro) Dolina, la perspicacia de (Jorge) Guinzburg y la velocidad de (Marcelo) Tinelli", detalla Kavlin, mezclando figuras consagradas de sus dos amores, la radio y la TV, para crear un imaginario Frankenstein de la conducción.
Y tal vez algo de eso mismo es lo que intenta hacer el público cada vez que un nuevo personaje se instala desde el televisor en el living de su casa. "Aunque cada conductor tiene su estilo, la gente tiende a enfilarte detrás de lo que ya conocen. Te piensan como el nuevo Nico o el nuevo Julián", acierta Peluffo. Todo indica que la medida del éxito de los nuevos pasa por la medida de su habilidad para desmarcarse de ese encasillamiento e imponer sus propias formas.
Porque todos saben lo que significa ser un buen conductor, y gracias a ese conocimiento ya tienen media batalla ganada. "Los buenos conductores son los que marcan el tono y la dinámica de un programa. En ese sentido, es bueno fijarse en lo que hacen Guinzburg o Repetto. Ellos pilotean los ritmos del ciclo, habilitan a los invitados y logran que nunca decaiga el ritmo de la historia que tienen entre sus manos", dice Kuschevatzky, con la precisión de quien conoce de lo que habla. Es que hay una característica definitiva que une a estos conductores: ellos pertenecen a una generación que creció con un estilo, una forma de ver el mundo construida en gran medida alrededor de la televisión. Igual que el público que los mira. Y tal vez por eso se identifiquen tanto con ellos, porque crecieron mirando la pantalla chica, que siempre les mostró que, como dice el presentador de "Terrormanía", "cada tiempo tiene su conductor y el tiempo pasa, así que no les queda otra: o se adaptan o los pisa la aplanadora".
Quiénes son, qué hicieron, a quiénes admiran
- Claribel Medina
Trabajos anteriores: participó en muchas de las producciones de Estevanez y hasta hace pocos meses era parte del elenco de "22, el loco".
Ocupación actual: es la conductora de "Pasapalabra", un ciclo de entretenimientos producido por Marcelo Tinelli.
Modelo: "Estoy tratando de ser yo misma y de acercarme lo más que pueda al público".
- Axel Kuschevatzky
Trabajos anteriores: comenzó conduciendo un programa de cine bizarro por cable. Hace unos años es el encargado de aportar el conocimiento cinéfilo en la transmisión local de los premios Oscar.
Ocupación actual: conduce el ciclo especializado en películas de terror "Terrormanía", por Telefé.
Modelo: "Me encanta cómo Jorge Guinzburg y Nicolás Repetto manejan los tiempos del aire".
- María Eugenia Molinari
Trabajos anteriores: participó en "El agujerito sin fin", Cablín y "Pulgas en el siete", entre otros.
Ocupación actual: es la encargada de presentar los diferentes paisajes y regiones del país en el programa de viajes "Rutas argentinas", que se emite por América.
Modelo: "Soy una fanática de Jorge Lanata. Para mí, es un personaje que, más allá de la información que tiene, engancha al espectador por su carisma".
- Mariano Peluffo
Trabajos anteriores: fue productor de Cablín, condujo varios ciclos por cable y fue el notero de exteriores de "Gran hermano".
Ocupación actual: conduce "Sentí el verano", por Telefé.
Modelo: ninguno a la vista.
- David Kavlin
Trabajos anteriores: trabajó en radio y televisión, tanto en Córdoba como en Paraguay.
Ocupación actual: conduce "Vale la pena", por Telefé.
Modelo: "Tomaría la nostalgia y la inteligencia de Dolina, la perspicacia de Guinzburg y la velocidad de Tinelli".
- Mono Amuchástegui
Trabajos anteriores: trabajó, junto con Kavlin, tanto en Córdoba como en Paraguay.
Ocupación actual: conduce "Vale la pena", por Telefé.
Modelo: "Olmedo, porque era un tipo que estaba en la TV, pero uno sentía que estaba riéndose al lado suyo, muy cerca".
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