Tutankamon, un faraón listo para su primer plano

La obsesión global por el Antiguo Egipto es relativamente moderna: el interés por esa civilización milenaria se despertó a comienzos del siglo XX, cuando el arqueólogo británico Howard Carter descubrió la existencia de un faraón de la XVIIIa. dinastía hasta entonces desconocido, y convenció a Lord Carnarvon para que financiase la búsqueda de la tumba que se suponía intacta en el Valle de los Reyes. La sepultura que encontraron fue la de Tutankamón y resultó ser la mejor conservada de todas las tumbas faraónicas encontradas hasta el momento. Este descubrimiento se hizo famoso luego por otra razón: los integrantes del equipo de Carter murieron subsecuentemente en circunstancias trágicas, dando pie a la leyenda de que una maldición acecha a quien perturbe el descanso de un faraón. Por estas razones, y otras que tienen que ver con el cine y la literatura popular, Tutankamón y la figura icónica de su máscara funeraria en oro y lapizlázuli se convirtieron en símbolos de la cultura del antiguo Egipto.

Tutankamón, también conocido como el rey Tut, vivió una vida corta en el siglo XIV a.C., pero gran parte de ella es un misterio. Se sabe que su padre fue el faraón Akenaton y que ascendió al trono a los nueve años, que se casó con su media hermana Ankhesenamun, con quien no tuvo hijos. Gobernó con la ayuda de asesores, entre ellos el general Horemheb y el visir Ay, su tío abuelo y sucesor en el trono. Gran parte de su reinado se dedicó a la reparar la crisis causada por su padre, que había emprendido reformas religiosas que habían llevado al imperio hacia el monoteísmo, encarnado su culto a Atón, el disco solar. Su hijo restableció la antigua religión y restauró muchos de los templos dedicados al dios Amón. Murió a los 19 años. La causa no se conoce con exactitud, aunque recientes estudios de su cadáver momificado indican que presenta signos de haber sufrido una herida en una pierna que puede haber derivado en una gangrena, además de presentar una importante lesión en el pecho.

La miniserie El rey Tut, con Ben Kingsley en el papel protagónico del visir Ay y Avan Jogia, como Tutankamon, que emitirá History en tres partes (hoy, mañana y pasado mañana, siempre a las 21), presenta una ficción basada en hechos reales de la vida de este faraón y su convulsionada época.

"Nuestra intención fue hacer una serie que entretenga, centrada en un joven que tiene que lidiar con las presiones que le generaron obtener el trono a una temprana edad. Hay mucho de lo que no sabemos sobre esta civilización de 3000 años de antigüedad, pero nuestra prioridad es la fusión del entretenimiento y los hechos históricos", explica Jogia, que comenzó su carrera en ciclos de Nickelodeon como VicTORIous.

"Contamos la vida de Tutankamón de niño a hombre, su crecimiento como ser humano y su deseo de hacer el bien para su pueblo. Hay otros personajes que lo rodean y compiten por el poder. Él lo tiene, pero tiene que aprender a controlarlo y utilizarlo. Puede usarlo para bien o para mal. Nosotros hemos elegido que sea un personaje que quiere hacer el bien. Sin embargo, es casi imposible hacer solo el bien con todas las confabulaciones que ocurren en el panorama político a su alrededor", adelanta Michael Vickerman, uno de los autores y productor ejecutivo de la miniserie.

El director de esta producción es David Von Ancken, quien consiguió una inusual puesta en escena y un relato que mantiene el interés a lo largo de sus seis horas. Sobre la realización, ejemplifica las dificultades que tuvieron que sortear con una escena que se verá en el primer episodio: "La batalla entre el ejército egipcio y los mitani fue la secuencia más compleja que tuvimos que filmar. Hubo más de un millón de extras de fondo y el equipo tuvo que trabajar durante los cinco días del rodaje de la batalla. Los mitani y los egipcios fueron interpretados por 800 dobles de riesgo y extras. Elegimos un lugar donde había quince kilómetros de matorrales y desierto extendiéndose hasta donde podían tomar las cámaras. Teníamos que asegurarnos de que los artistas pudieran oírme a 500 metros de distancia, eso tomó tiempo y práctica: cincuenta personas con radios fueron incorporados en el fondo para retransmitir las órdenes del director. Teníamos otras 50 personas mojando al elenco, ya que había 40 grados de temperatura. Se utilizó una docena de caballos que se turnaban tirando los carruajes. Cuando se considera que las ruedas pesan 200 kilos cada una y se mueven a 40 kilómetros por hora cuesta abajo, no hay nada que los detenga una vez que se ponen en marcha. Los dobles se ubicaron alrededor de los caballos para proteger a los actores y los extras. La seguridad era nuestro principal objetivo. Dicho esto, queríamos que las escenas de batalla quedaran increíbles, que pareciera que realmente las personas estaban muriendo por lanzas, espadas y garrotes", explica.

En cuanto a la realidad, la figura de Tutankamon sigue en el candelero: en su tumba se sospecha existe otra cámara mortuoria oculta, donde estaría sepultada Nefertiti, madrastra de Tutankamón o acaso Kiya, esposa secundaria de Akenatón y madre del joven faraón. Recientemente, los investigadores consiguieron la autorización de la Comisión Permanente de Antigüedades de Egipto para usar radares para analizar que permitan determinar lo que hay detrás de la tumba de Tutankamón y si allí se encuentra el sepulcro de Nefertiti, una de las tumbas más buscadas por los egiptólogos.

Por Ricardo Marín

• Egipto

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