El grupo liderado por Faris Badwan debutó en Buenos Aires con un show compacto en La Trastienda; crónica y fotos
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En tiempos en los que la sobredosificación informativa está omnipresente en cualquier medida posible, que un show tenga la duración suficiente como para gustar y a la vez dejar con ganas de más es un mérito destacable. Como se pudo presenciar en su debut porteño, The Horrors recoge las cartas y las juega con buen criterio, pero sabe retirarse de la mesa en su mejor momento. Donde muchos ven una duración breve y una lista de canciones acotada, ellos encuentran la fórmula para mostrar lo justo y lo necesario, lo que atrae pero deja también expectante de más.
Con sólo siete años de actividad (y tres discos en su cv), el grupo de Southend on Sea tuvo una breve pero cambiante carrera, de unos primeros pasos hacia el garage y el dark en Strange House, a un presente de una paleta sonora más amplia en Primary Colours y Skying. Tal vez porque su mezcla de post punk y shoegaze no se condiga con sus comienzos, las canciones de su álbum debut brillan por su ausencia en la lista de temas. Donde ayer se intuían ecos de The Birthday Party y Bauhaus, hoy su propuesta está más ligada a Ride, Spiritualized y Joy Division.
Ya desde el comienzo, "Mirror’s Image" pone todo en su lugar: climas oscuros, capas de guitarras procesadas, y la voz dramática y sufrida de Faris Badwan (25 años, alto, desgarbado) escondida detrás de todo el muro sonoro. Acto seguido, "Who Can Say" es una invitación al baile y es lo más luminoso que The Horrors puede ponerse, y para la altura de "I Can See Through You", la manera en la que Joshua Hayward castiga las seis cuerdas y Tom Cowan construye texturas oníricas en sus sintetizadores, es inevitable pensar en My Bloody Valentine, especialmente teniendo en cuenta el volumen ensordecedor al que se desarrolla la escena.
"Changing the Rain" y "Dive In" bajan las revoluciones y llevan el clima al terreno hipnótico del trance, un clima de ensueño que tiene su falsa continiudad en "Endless Blue", con un comienzo suspendido que sin aviso previo muta en uno de los momentos más oscuros de la noche. "Sea Within a Sea" le da bastante espacio a Cowan y Hayward para volver a pintar paisajes trágicos, y volver al medio tiempo con "Still Life", el corte más reciente de Skying, para ir a bises sin haber marcado una hora de duración en el reloj. Un rato después, "You Said" iniciaba la lenta despedida que tuvo su coronación con una versión extendida y ruidosade "Moving Further Away", en la que Badwan castigó los amplificadores de guitarra a microfonazo limpio mientras la banda entraba en una espiral sofocante sostenida por una base en loop del bajista Rhys Webb y del baterista Joe Spurgeon. A setenta minutos del comienzo, The Horrors huye por las sombras del escenario, mientras abajo cuatrocientos pares de oídos comenzaban a pagar las consecuencias del aturdimiento.
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