The Vines

Un grupo en proceso de recuperación

A finales de 2004, al vocalista Craig Nicholls le diagnosticaron el Síndrome de Asperger, una rara afección mental considerada una forma de autismo, cuyos pacientes manifiestan desde deficiencias en la interacción social y la comunicación hasta intereses obsesivos y repetitivos. El diagnóstico no sólo les explicaba a los medios el errático y escandaloso comportamiento del compositor, sino que ponía en peligro la continuidad de una banda que podía perder, justamente, su cabeza. Sin embargo, un año y medio después, The Vines está de vuelta con un disco que parece creado en plena terapia.

Vision Valley intenta un regreso a Highly Evolved, su primer trabajo, pero en dosis controladas. Es decir: Nirvana ("F*K Yeh"), Beatles ("Candy Daze"), más Nirvana ("Dope Train"), más Beatles ("Take Me Back") y... ¿¡Pink Floyd!? ("Spaceship", el síntoma medicamentoso del disco), todo en pastillas de dos minutos. Parece el registro de un Nicholls buscando su equilibrio entre los químicos del pop psicodélico y la catarsis de angustias del grunge ("Quedátelo para vos, o tiralo/ Dañá tu salud, o manejá tu cerebro", grita en "Anysound"), pero de una forma tan medida que no le da espacio a la espontaneidad y, por ende, termina siendo previsible.

Por Maximiliano Poter

LA NACION

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