Una vuelta en el infierno: el meteórico ascenso y el triste final de Juan Castro
"Estuve dando un par de vueltas por el infierno y pensaba que podía salir de ahí cuando quería". Con esas palabras, el periodista Juan Castro se refirió al duro momento de salud que atravesaba en el invierno de 2003, cuando debió ser internado durante dos semanas en el Sanatorio Otamendi.
Al volver a su trabajo en Canal 13, señal en la que se emitía el programa de investigación con el que Castro impulsó definitivamente su carrera, Kaos en la ciudad, el periodista miró a la cámara y le habló a sus televidentes: "Muchas veces me descubrí a mí mismo envuelto nuevamente en llamas. Ahora estoy de vuelta, de pie, y con ayuda de mis amigos y seres queridos podré seguir haciendo el programa hasta fin de año".
El descargo del periodista fue una descripción bastante exacta de lo que, según su círculo íntimo, fue su lucha contra las drogas. "Espero recuperarme, es un bueno momento para reordenar algunas cosas en mi vida", dijo en el ciclo de investigación que indagaba desigualdades sociales, casos de corrupción política y otros temas sensibles. "Soy de los que piensan que no hay casualidades".
Ocho meses después, el 2 de marzo de 2004, en un contexto y con causas que aún generan polémica e hipótesis divergentes, Castro cayó desde el primer piso de su departamento del barrio porteño de Palermo. Los golpes le causaron un edema cerebral y varias fracturas en el cuerpo, cuadro con el que fue trasladado al Hospital Fernández. Falleció tres días después.
Ascenso meteórico
Castro nació el 13 de enero de 1971. A los 16, comenzó a trabajar como asistente de producción en Feedback, el programa de Mario Pergolini y Ari Paluch en Rock & Pop. Dos años más tarde comenzó a la carrera de Locución en el ISER (Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica) y, a la par, cursó las carreras de Traductor Público en Idioma Inglés y de Comunicación Social en la UBA.
Pero sus trabajos más importantes fueron los que realizó en televisión. A fines de 1991, quedó a cargo de conducir Crema americana, por América TV, junto a Paluch y a su amigo Pato Galván. Después trabajó en Telefe Noticias, el noticiero con mayor audiencia de ese entonces, donde imprimió su huella con informes breves de cinco minutos, donde inauguró una forma de hacer periodismo de investigación en TV, tratando temas muy sensibles vinculados a la coyuntura política y social.
El programa en el que terminó de desplegar su impronta fue Zoo, el ciclo que co-condujo con su amiga Dolores Cahen D'Anvers. Durante tres años, desde 1997, investigó y comunicó sobre cuestiones que eran consideradas "border" para la televisión de ese entonces, como la vida nocturna de las ciudades, el consumo de drogas, la marginalidad y la diversidad sexual.
A su final, co-condujo junto a Fernando Carnota, Lorena Maciel, Ricardo Ragendorfer y Marcelo Gantman otro programa de investigación que causó gran impacto, Unidos y dominados, esta vez enfocándose en temas ligados al poder político y judicial.
Después de una temporada en la radio, en marzo de 2002 y en un contexto económico y social muy complejo para el país, Castro quedó al mando de Kaos en la ciudad, que se emitió una vez por semana en Canal 13 y fue producido por Endemol. La enorme popularidad de la que gozó por ese entonces y la entrega obsesiva que tenía por su trabajo resultaron un combo muy dificultoso para su salud, ya afectada por el consumo de drogas.
En 2004, Castro volvió a trabajar en Endemol con el cargo de director creativo. El 21 de febrero de ese año tuvo una recaída en la cocaína que provocó su internación en la Clínica Santa Rosa. Tres días más tarde lo trasladaron al sanatorio Otamendi para realizarle los estudios que le permitirían volver a su casa. Una semana después, el 2 de marzo, sus vecinos lo escucharon gritar y, minutos más tarde, lo encontraron inconsciente en el patio interno de su casa.
La autopsia oficial
El informe oficial aseguró que el periodista no falleció por el impacto que le causó la caída, sino como consecuencia de un trastorno derivado del consumo de cocaína llamado "delirium agitado fatal". Por esa razón, los investigadores descartaron la posibilidad de que pudiera tratarse de un "suicidio programado".
A partir de este diagnóstico, la Justicia inició una investigación por presunto "abandono de persona seguido de muerte" contra el psiquiatra, la acompañante terapéutica y otros profesionales de la salud que asistieron a Castro en sus últimos días. Los acusaban de haberle permitido volver a su casa cuando su cuadro exigía la internación.
El delirium fatal por cocaína, según explicaron los peritos oficiales en ese entonces, desencadena la muerte "por su propia fisiopatología". En un documento detallaron que "no se trató de un suicidio programado dentro del contexto de una conducta dirigida con conciencia de la misma, ni tampoco consta en las distintas historias clínicas que la víctima presentara antecedentes de intento de suicidio".
Según explicaron, este diagnóstico aparece en "adictos de larga data pocas horas después de la última toma, caracterizándose por un cuadro psicótico agudo con euforia, confusión, agitación, pensamiento delirante con ideas paranoides y alucinaciones, presentando una actividad física fuera de lo normal con exteriorización de fuerza inusual, y desarrollando una conducta agresiva y bizarra que pone en peligro su vida y la de terceros".
También dijeron que las víctimas de este tipo de episodios adoptan conductas automáticas producto de la desesperación por bajar la temperatura corporal o a causa de las alucinaciones que pueden experimentar.
Tras una investigación judicial, seis médicos fueron imputados por el hmocidio culposo de Castro, aunque finalmente no hubo condenas. En abril de 2010, recibieron la probation luego de llegar a un acuerdo con la familia del periodista.
Su romance secreto con Ricky Martin
Hace pocos días, Ronnie Arias, amigo de Castro, habló públicamente sobre la apasionada relación entre Ricky Martin y el argentino. "Fue hace muchos años, yo ni siquiera era una celebrity... Estaba en E! Entertainment y Juan estaba dando sus primeros pasos dentro de la televisión", dijo Arias. "Fue un flechazo. Yo no los presenté, pero fui testigo de un par de salidas de ellos y cubrí la entrada a algunos hoteles".
"Yo siempre digo que para mí Ricky estaba más enamorado de Juan que al revés. Es que era imposible no enamorarse de él, Juan era un hombre que emanaba energía pura -explicó-. Ellos se escondían. A Ricky lo metíamos en el baúl del auto al hotel".
"Yo creo que era una relación a distancia, nada a largo plazo. Venía Ricky, se veían. Juan viajaba, se veían en Miami. Era un touch and go, nunca fueron pareja", afirmó Ronnie.
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