El caso Epstein es el gran debate que aleja persistentemente a Trump de sus partidarios
La base electoral del presidente está marcando un límite inesperado en el nivel de tolerancia hacia el magnate republicano, quien dejó de ser intocable
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WASHINGTON.- Las bases del movimiento MAGA nunca han tenido problema en mirar para otro lado cuando Donald Trump pisotea las normas y los estándares éticos: su procacidad, sus acusaciones, la venganza contra sus enemigos, su enriquecimiento personal mientras ocupa la presidencia, y una atribución sin precedentes de sus facultades a cargo del Poder Ejecutivo.
Pero con el manejo que ha hecho su gobierno de los atroces delitos cometidos por el condenado abusador sexual Jeffrey Epstein pasa algo distinto: que el Departamento de Justicia saque a la luz el contenido de los así llamados “Archivos Epstein” sigue siendo la cuña más persistente entre Trump y su base electoral, el punto que algunos partidarios del MAGA se han mostrado dispuestos a hacer causa común con los demócratas.
Epstein —que en su momento se codeaba con la élite mundial y se consideraba amigo de Trump—, se suicidó en su celda en 2019, tras ser arrestado y acusado de abusar sexualmente y de explotar a decenas de chicas, algunas de tan solo 14 años.
Según Ro Khanna, legisladora demócrata por California, la posibilidad de llegar a conocer los detalles de los presuntos delitos de Epstein reforzó un discurso más amplio que impulsó el ascenso de Trump y la construcción de su movimiento político.
“Muchos simpatizantes de MAGA sienten que el gobierno es corrupto y no vela por los ciudadanos de a pie”, afirmó Khanna en una entrevista reciente. “Una de las razones por las que apoyaron a Trump a pesar de sus defectos fue porque prometió: ‘Voy a exponer todo. Voy a sacar todo a la luz. Voy a perseguir a esta élite corrupta que los ha perjudicado y que ha destruido el sueño norteamericano’”.
En ese sentido, la publicación de los archivos de Epstein “era una parte fundamental de la promesa de Trump: no se trataba de algo incidental o tangencial, porque su tema central era que la élite corrupta había traicionado a los norteamericanos olvidados”, concluyó Khanna.
Khanna y el representante Thomas Massie, republicano por Kentucky, son los impulsores de una petición para que la Cámara de Representantes vote sobre tablas la divulgación completa de los archivos.
Y desde el miércoles, con la toma de posesión de su banca de la representante demócrata por Arizona, Adelita Grijalva —que el 23 de septiembre ganó una elección especial para ocupar el escaño vacante tras la muerte de su padre—, Khanna y Massie han reunido las 218 firmas necesarias para impulsar la votación en el recinto.

Trump viene fogoneando teorías conspirativas sobre el caso Epstein al menos desde la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) de febrero de 2015. Cuando le preguntaron su opinión sobre Bill Clinton, Trump respondió: “Buen tipo”, y agregó: “En mi opinión, se avecinan muchos problemas con la famosa isla. Con Jeffrey Epstein”.
Pero a principios de este año, tras señalar que ya tenía en su escritorio la “lista de clientes” de Epstein a la espera de revisión, la fiscal general Pam Bondi decepcionó a muchos partidarios de MAGA al anunciar que no había pruebas de la existencia de esa lista.
En su plataforma de redes sociales Truth Social, Trump arremetió contra sus propios seguidores: “¿Qué les pasa a mis ‘chicos’ y, en algunos casos, ‘chicas’?”.
“Somos un solo equipo, MAGA, y lo que está pasando no me gusta”, agregó, instándolos a “no malgastar tiempo ni energía en Jeffrey Epstein, alguien que no le importa a nadie”.
Los demócratas dicen que una de las razones por las que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano por Luisiana, mantuvo cerrada la Cámara Baja durante el shutdown del gobierno federal fue para dejar en suspenso la situación de Grijalva y así impedir la votación sobre tablas de la moción de Khanna y Massie.
Con Trump, la pregunta clave quizá no sea qué hizo, sino qué sabía. El miércoles, apenas unas horas antes de que Grijalva asumiera oficialmente su banca en el Congreso, los demócratas de la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes difundieron emails de Epstein en los que el desprestigiado financiero decía que Trump estaba al tanto de sus actividades con menores.
En uno de ellos, escrito en 2011 a Ghislaine Maxwell —su pareja y socia, posteriormente condenada por tráfico sexual— Epstein afirma que Trump había pasado horas en su casa con una de sus víctimas y lo describe como “el perro que no ladra” en la investigación judicial que ya se estaba extendiendo.
En otro email, fechado a principios de 2019, Epstein le dice al autor Michael Wolff que “por supuesto” que Trump “sabía de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que frenara”, una aparente referencia a los informes que indicaban que Maxwell reclutaba a sus víctimas de entre las empleadas del club propiedad de Trump en Mar-a-Lago, Florida.

En julio, durante dos días de interrogatorio con el fiscal general adjunto Todd Blanche, Maxwell declaró que el presidente “nunca se comportó de manera inapropiada con nadie durante el tiempo que pasé con él. Fue un caballero en todo sentido”.
Desde entonces, Maxwell fue trasladada de un centro de detención federal en Florida a un centro penitenciario de mínima seguridad en Texas. Más recientemente, citando a un informante anónimo, los demócratas de la Cámara de Representantes informaron que Maxwell se viene preparando para solicitarle formalmente a Trump una conmutación de su condena federal a 20 años de cárcel.
Trump ahora califica el escándalo de Epstein como “un engaño”, y el miércoles, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, emitió un comunicado donde afirma: “Son todos cuentos, intentos de mala fe para desviar la atención de los logros históricos del presidente Trump, y cualquier norteamericano con sentido común ve claramente el engaño y la evidente distracción que supone para impedir la reapertura del gobierno”, en referencia al shutdown que concluyó la noche del miércoles.
Probablemente pasarán semanas antes de que la petición de Khanna y Massie llegue al recinto de la Cámara de Representantes. Solo cuatro republicanos la han firmado, y sin duda Trump y sus aliados presionarán intensamente a los republicanos para que voten en contra de la publicación de los archivos.
Pero Khanna predice que contará con el apoyo de más de 50 republicanos, y si eso llega a suceder, “supondrá el mayor rechazo a Trump desde que bajó por la escalera mecánica” hace una década y lanzó el movimiento político ahora conocido como MAGA.
Y si la votación resulta desfavorable, simplemente confirmará lo que MAGA cree desde un principio: que para las élites las reglas de juego son otras.
Traducción de Jaime Arrambide
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