Más de 15 millones de dólares y otros detalles de los vehículos superblindados que transportaron a Donald Trump y los presentes en la toma de posesión en USA

Este 20 de enero, previo a la ceremonia de investidura del presidente Donald Trump y a pesar de sus encuentros y polémicas con el exmandatario Joe Biden, los dos dejaron de lado sus diferencias y compartieron un viaje en limusina rumbo al Capitolio para la ceremonia de juramentación.

El vehículo pertenecía a la flota de vehículos presidenciales de Estados Unidos, que es mucho más que una simple colección de autos, es un despliegue tecnológico diseñado para garantizar la máxima seguridad.

Ahora que Trump volvió a la presidencia, podrá utilizar El Cadillac One, más conocido como “La Bestia”, cuyo valor aproximado asciende a 1,5 millones de dólares. Este vehículo, diseñado específicamente para proteger al presidente, es solo una pieza clave de una flota cuya suma total se calcula en más de 15 millones de dólares.

Según un informe de NBC News de 2018, la flota presidencial incluye doce limusinas blindadas de características similares, parte de un contrato inicial que ascendía a 15,8 millones de dólares.

Más allá de la protección presidencial, esta colección de automóviles representa una muestra de poder tecnológico y la infraestructura de seguridad que respalda al máximo líder estadounidense.

El despliegue abarca vehículos blindados, camionetas de seguridad, ambulancias y un automóvil de respaldo, cada uno diseñado con sistemas avanzados para resistir atentados, gestionar emergencias médicas y contrarrestar cualquier tipo de amenaza.

El vehículo más emblemático: La Bestia

El vehículo más emblemático de la flota presidencial es “La Bestia”, un Cadillac One modificado específicamente para las necesidades de seguridad del presidente de los Estados Unidos. Este automóvil, que tiene un costo estimado de más de 1,5 millones de dólares, no es simplemente un medio de transporte, sino una fortaleza sobre ruedas diseñada para resistir casi cualquier tipo de ataque.

Con un peso aproximado de 10.000 kilos, gracias a su blindaje compuesto de capas de acero, aluminio, titanio y cerámica, “La Bestia” es capaz de soportar explosiones, disparos de armas de alto calibre y ataques con dispositivos explosivos improvisados (IED). Sus ventanas, hechas de vidrio balístico multicapa de más de 12 centímetros de grosor, son impenetrables, y la única que se puede bajar es la del conductor, y apenas unos centímetros.

Las puertas del vehículo, que tienen un peso similar al de las de un Boeing 757, sellan herméticamente el interior para proteger contra ataques químicos o biológicos. Además, cuenta con un sistema de oxígeno autónomo, cámaras de visión nocturna y un suministro de sangre del tipo del presidente en caso de una emergencia médica.

El motor de La Bestia también está diseñado para el desempeño en condiciones extremas, con un sistema de combustible a prueba de explosiones y ruedas de Kevlar reforzadas que pueden continuar funcionando incluso si se perforan. El vehículo está equipado con un sistema de comunicación de última generación, que permite al presidente mantener contacto constante con el Pentágono y el vicepresidente, además de contar con un botón de pánico y un arsenal de armas para su defensa.

Este automóvil puede viajar a una velocidad máxima de 96 km/h, a pesar de su peso, y tiene una autonomía limitada debido a su tamaño y blindaje, pero su eficiencia no se sacrifica en términos de seguridad. Con un diseño que combina lujo y tecnología, “La Bestia” es un símbolo de poder y protección en cada evento oficial.

Un arsenal sobre ruedas para el presidente de EE.UU.

Pero el poder de la flota presidencial no termina con La Bestia”. Acompañando al Cadillac One se encuentran una serie de vehículos blindados, cada uno con una función específica. Entre ellos se encuentran los vehículos de apoyo, que transportan a los agentes de seguridad encargados de proteger al presidente. Estos autos están equipados con tecnología avanzada de comunicaciones y tienen sistemas diseñados para bloquear ataques cibernéticos.

Aunque la flota presidencial está principalmente pensada para garantizar la seguridad, no faltan las comodidades. Dentro de los vehículos se incluyen espacios para reuniones y comunicaciones en tiempo real con los asesores del presidente. Además, todos los autos de la flota están diseñados para ser los más cómodos y lujosos posibles, sin dejar de lado la funcionalidad.

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