Noah Lyles, de tímido estudiante a estrella mundial del atletismo
Los trofeos adornan los pasillos del instituto al que asistió Noah Lyles, campeón olímpico de los 10
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Los trofeos adornan los pasillos del instituto al que asistió Noah Lyles, campeón olímpico de los 100 metros y que este fin de semana aspira a lograr en Tokio su segundo oro mundial en la línea recta.
En aquellos tiempos escolares poco se intuía del showman de la pista en el que se convertiría Lyles. El joven hablaba poco, pero lo absorbía todo.
Tras las vacaciones de verano en el instituto Alexandria City High School de Virginia, Estados Unidos, este septiembre se oyeron voces entusiastas saludando a Miss Patti, tal y como hizo Lyles catorce años antes cuando él y su hermano menor, Josephus, recorrían estos pasillos.
Ahora, con algunas canas, Miss Patti recordó a la AFP que Lyles era "mucho más reservado que su hermano", quien también se convertiría en un velocista de primer nivel.
Noah comenzó a asistir a la escuela, anteriormente conocida como T.C. Williams High, a los 14 años.
Su destreza atlética pronto se convirtió en leyenda. Sus padres, ambos atletas universitarios de alto nivel pero separados como pareja, le animaban constantemente a esforzarse más y correr más rápido.
En la pista, Lyles destacaba. En el aula, la cosa cambiaba. Le costaba seguir las clases, ya que padecía dislexia y TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), y se encerró en su caparazón.
"Era el típico estudiante, un poco tímido al principio, porque hay que recordar que, como estudiante de secundaria, todavía estaba tratando de encontrarse a sí mismo, tratando de encajar en lo que sucedía a su alrededor", dijo Leslie A. Jones, que combina la enseñanza del inglés en la escuela con clases de oratoria y teatro.
- Salir del caparazón -
Ella animó a Lyles a expresarse y poco a poco vio cómo florecía su confianza. "Era un observador. Miraba a su alrededor y lo analizaba todo", dijo.
En un ejercicio para fomentar la confianza, Lyles llevó sus tacos de salida al escenario del teatro de la escuela y demostró cómo colocarlos.
"Literalmente nos enseñó cómo entrar y salir de los tacos al comienzo de una carrera", recordó Jones.
En otro ejercicio, "desbloqueó" su personalidad, que en aquel momento estaba "enterrada en su interior", según su profesora, e imitó una canción de Michael Jackson mientras bailaba.
Fue una primera muestra de las travesuras que Lyles, actualmente de 28 años, mostraría más tarde en sus exuberantes entradas en la pista.
Su madre, Keisha Caine Bishop, transmitió sus valores a Lyles y a sus hermanos, incluidas sus creencias religiosas.
"Proviene de una gran familia, una familia religiosa basada en todo lo que es bueno, e incluso en el instituto, su madre se acercó a mí para decirme: '¿Cómo le va? ¿Es una buena persona?'", recuerda Ra Alim Shabazz, que ha enseñado en la escuela durante tres décadas.
Dijo que Noah era reflexivo y esperaba su turno para hablar.
"Siempre le miraba a la cara y podía ver cómo daba vueltas a sus pensamientos, como si fuera un pensador y un planificador. Todos los demás hablaban, respondían preguntas y él se limitaba a absorberlo todo. Y cuando hablaba, decía algo profundo, pero era algo poco habitual", dijo Shabazz.
"Creo que su timidez probablemente estaba relacionada con el hecho de que se esforzaba mucho por superar su discapacidad de aprendizaje".
De ternero a toro
Shabazz afirma que sintió una "conexión especial" con Lyles que ha intentado mantener.
"Siento un gran amor y respeto por Noah, porque es alguien que compartió la lucha, porque estaba interesado en inspirar a otras personas, y eso es lo que caracteriza a alguien con un carácter superior".
Lyles comenzó a ser el centro de atención mundial cuando ganó el título de 200 metros en los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2014 en China.
Al mismo tiempo, Shabazz vio que Lyles comenzaba a superar sus dificultades educativas y que sus notas mejoraban rápidamente.
"Su trabajo iba en ascenso. Tenía más confianza en sí mismo... Le dije que fuera a la universidad, pero en mis 30 años de carrera nunca tuve a alguien que me mirara a los ojos con tanta confianza y me dijera: 'No, voy a convertirme en profesional estando en el instituto'".
La apuesta de Lyles dio sus frutos: su primer título mundial sénior llegó en los 200 metros en Doha en 2019. Más tarde, regresó al colegio para mostrar sus medallas a los emocionados alumnos.
Esa escena fue un momento emotivo para Shabazz: "Acababa de ver que este ternero se había convertido en un toro".
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