Dameisha: la playa china que todos los años se convierte en un basural
Aunque parezca increíble, esta isla existe y hay una razón para que en un momento del año se encuentre en ese estado
Quienes año tras año eligen la playa como lugar predilecto para pasar las vacaciones seguramente prioricen el clima del lugar, el color de la arena, la temperatura del agua, la limpieza y la atención que recibe el turista, entre otras cosas.
¿Se imaginan una playa en la que los turistas sean recibidos con aproximadamente 362 toneladas de basura? Seguramente resulte difícil vislumbrar un escenario de este tipo a la hora de planificar un merecido descanso.
Este lugar existe
Se llama playa de Dameisha, se ubica en la ciudad de Shenzhen (al sur de China) y es una de las más populares de ese país.
Cientos de zapatos, zapatillas, ojotas, juguetes, colchonetas, inflables, restos de comida, latas de bebida, plásticos, lonas y toallas son algunos de los elementos acumulados que conforman este mega-basural, pese al intento por limpiar que demuestran los barrenderos municipales que no dan abasto con todo lo acumulado.
¿Cuál es el origen de tanta basura?
Nadie en China, especialmente en Shenzhen, trata de ocultar la única razón por la que año tras año estas playas se contaminan con tantas toneladas de basura. La respuesta tiene que ver con la idiosincrasia del país, especialmente con la celebración a finales de mayo del festival del Barco Dragón, inscrito en 2009 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El festival del Barco del Dragón comienza el quinto día del quinto mes lunar y es celebrado por diversos grupos étnicos en China y el mundo entero. Si bien estas festividades varían de un lugar a otro, poseen características similares en la que predomina una ceremonia conmemorativa que consiste en la ofrenda de sacrificios a un héroe local, además de incluir competencias deportivas como regatas y paseos en barcos-dragones o tiro al blanco con ramas de sauce. La comida no puede quedar ausente de este tipo de eventos y, si de costumbres se trata, los chinos optan por alimentos a base de bolas de arroz, huevos y vino tinto azufrado.
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Quienes participan año tras año de este festival exorcizan los males bañándose en agua aromatizada con flores, vistiéndose con seda de cinco colores, colgando ramos de abrótano y pegando imágenes recortadas en papel en las ventanas, según detalla el sitio ich.unesco.org.
“Siempre hay basura, tanto del océano como de la gente que viene a visitar”
Parece que a muchas de las casi 500.000 personas que participan de esta celebración se les va un poquito la mano con el alcohol por lo cual no toman conciencia (o sí, pero poco problema se hacen) de la suciedad que dejan en la playa.
Lo llamativo es que, al parecer, a los nativos no les molesta convivir con esa llamativa cantidad basura, quizás porque muchos de ellos alguna vez han formado parte de los festejos del Barco del Dragón. Los extranjeros, en cambio, son los más perjudicados a la hora de tener que convivir con las secuelas de estas descontroladas celebraciones.
“La playa de Dameisha está sucia, siempre llena de gente y se cierra al anochecer (a diferencia de las horas indicadas aquí). Siempre hay basura, tanto del océano como de la gente que viene a visitar. Con la finalización de la nueva línea de metro, las multitudes solo seguirán empeorando el cuadro. ¿Es la peor playa de Shenzhen? Probablemente no. ¿Es una buena playa? De ningún modo”, escribió una usuaria de Tripadvisor en julio de 2019.
Quizás, los que concurran a este destino tan popular en Asia en otra época del año puedan tener mejor suerte y evitarse esas imágenes tan desagradables que tan poco tienen que ver con el ideal de pasar unas lindas vacaciones en la playa.