Esta cabaña de madera exhibe su osamenta con orgullosa simpleza para apropiarse de un rincón natural con árboles tan altos como ella.
El arquitecto Franco Riccheri, de FRAM Arquitectos, se asoció con su colega Delfina Riverti para encarar el diseño de una casa de veraneo en La Juanita, el balneario junto al centro de José Ignacio que desde hace varias temporadas se viene imponiendo como nuevo reducto de preciosa lejanía. El lote, una duna a 300 metros del mar con suficiente altura para atrapar esa vista siempre deseable; los clientes, un abogado y una artista plástica que soñaban con su porción de bosque y de mar para los veranos en el Este.
Con la madera como elemento rector, la dupla proyectó el diseño que luego se materializó con dirección y ejecución de obra a cargo de Carolina Pedroni y Miguel Rossi. El resultado es esta propiedad que atrae por su llamativo lenguaje exterior igual que cautiva por su calidez interior. Tanto, que los propietarios llegaron apenas con un bolso y un colchón a pasar la primera noche en su flamante cabaña. Un buen inicio que continuó del modo más elocuente pues hoy, sin mediar reformas, ya hicieron de este su hogar definitivo.
Cuando se abren las puertas, la madera despliega su legendaria nobleza. "La calidad ambiental es incomparable; son casas mucho más secas", apunta el arquitecto Franco Riccheri.
Un puente azul
Hacia un lado, el estar-comedor-cocina; hacia el otro, un volumen de dos plantas que reúne dormitorios y baños. En el medio un puente que late como un corazón celeste.
Los clásicos azules mediterráneos se fueron suavizando hasta llegar a esta delicada versión que acentúa la base neutra y aporta elegancia al interior.
Segundo volumen
"Para nosotros la madera no es una terminación: defendemos la elección del material a fondo", dicen los autores de esta casa que solo tiene hormigón en los cimientos.
El juego arquitectónico de los dos volúmenes habilitó las visuales al mar desde el dormitorio del primer piso.
La construcción combina especies de mayor dureza, como la massaranduba, para las piezas estructurales, y variedades blandas para el armado de tabiques y revestimientos, como el exterior de pino teñido en aceite.
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