Cómo escuchar mi propia voz para no caer en falsas verdades y poder tener un diálogo efectivo con otros
Comunicarnos es muy importante en la vida, pero hay que tener cuidado con ciertos factores como las falsas creencias que nos pueden limitar
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Comunicarnos es un ingrediente fundamental en la vida, pues todo el tiempo nos estamos vinculando con alguien y estableciendo una comunicación, por lo general, a través de las palabras. Por ejemplo, si vamos a un negocio a realizar una compra, le diremos al vendedor lo que necesitamos o le consultaremos el costo de un producto, y esta persona se encargará de responder nuestras inquietudes.
Es así como se generará una comunicación con el otro. Lo mismo ocurre entre los miembros de una pareja, entre un maestro y sus alumnos, entre un médico y su paciente, y así podríamos continuar…
Todos necesitamos del otro a la hora de comunicarnos. Siempre hay uno que habla y otro que escucha y recepciona la información. Pero no todas las veces se producirá un diálogo efectivo con la otra persona; también puede tratarse de un monólogo cuando no hay un oyente que reciba nuestro mensaje.
Muchas veces, sin ser conscientes de ello, valoramos las voces ajenas, de modo tal que dejan de ser buenas palabras, (en la forma de bendiciones o buenos decires) o consejos, para convertirse en obstáculos en nuestro camino.
¿Qué le sucede a una persona cuando, todo el tiempo, escucha los siguientes mensajes?
· Sos un inútil.
· Nunca vas a alcanzar ese sueño.
· A vos no te da la cabeza.
· No estudiaste, ¿cómo vas a conseguir un buen trabajo?
· A vos nadie te va a querer.
Estas y tantas otras frases no solo son palabras cargadas de negatividad, sino creencias falsas que, de tanta escucharlas, una persona puede llegar a hacerlas propias. Por lo que se transformarán en “su” verdad, y todo lo que haga estará basado en esas ideas erróneas que solo le causan daño y sufrimiento.
Lo cierto es que todos cargamos con “verdades” que creemos reales, que la familia o la cultura nos han instalado, y nos limitan para conocer la mejor versión de nosotros mismos. Recordá esto: nada de lo que te digan te puede limitar; la única persona que puede limitarte, ¡sos vos mismo!
Nadie debería erigirse en juez de nuestras capacidades y de nuestro potencial. Pero solamente cuando tomamos la decisión de asumir el control de nuestra propia vida, podemos empezar a cuestionar todas esas palabras que nos han colocado un freno para no poder avanzar en la vida y ser exitosos.
Por todo esto, te animo a liberarte de todas esas falsas verdades, de esas voces ajenas, a desintoxicar tu mente y tu alma para escuchar solo a tu espíritu, la parte más profunda de tu ser, que es tu propia voz y que es el único que conoce “la” verdad y puede hacerte libre de la gente y sus opiniones.
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