Esta es la dieta que deberíamos consumir para vivir más y cuidar el planeta
En el año 2050 seremos 10.000 millones de personas y, para alimentarnos, las cosas van a tener que cambiar.
Un estudio de la revista médica The Lancet y la Fundación EAT que durante tres años movilizó a 37 expertos de 16 países, recomienda consumir cada día una media de 300 gramos de verdura, 200 gramos de fruta , 200 gramos de semillas enteras (arroz, trigo, maíz), 250 gramos de leche entera pero sólo 14 gramos de carne roja. O sea, diez veces menos que un bife de chorizo entero.
Pero ¿y el hierro? Para sustituir las proteínas que proporciona la carne roja, los científicos sostienen que con consumir pollo (29 g), pescado (28 g), huevos (13 g) y frutos secos como nueces o almendras (50 g) alcanza.
Según el estudio, esta forma de comer permitiría evitar unas 11 millones de muertes prematuras al año en todo el mundo. Por otro lado, recalcan que si todos y todas cambiamos nuestra manera de alimentarnos, el planeta lo va a agradecer. "Los regímenes alimenticios actuales están llevando a la Tierra más allá de sus límites y son fuente de enfermedades: son una amenaza a la vez para la gente y para el planeta", describen los y las científicas en el estudio.
Para que la comida alcance, el mundo científico asegura que cambiando nuestra forma de alimentarnos, duplicaríamos el consumo de alimentos sanos como frutas, verduras, leguminosos y nueces y reduciríamos en más del 50% el consumo de alimentos menos sanos, como la comida procesada y la carne roja.
Producir distinto para consumir mejor
El estudio lanza objetivos globales difíciles de conseguir. En Estados Unidos , por ejemplo, el consumo de carne roja es de 280 gramos por persona, ergo, habría que dividir el consumo por 20 para poder cumplir con este plan.
"Más de 820 millones de personas no tienen acceso a suficiente comida, 2400 millones de personas consumen demasiado, y en total cerca de la mitad de la población mundial tiene un régimen alimenticio con carencias en nutrientes", indican en el informe.
Pero todo cambio de alimentación global necesita un cambio radical de producción de los alimentos. La idea es destruir la concentración de cultivo y limitar la expansión de las tierras agrícolas que reducen los bosques y evitando el exceso de pesca.
"La manera en la que comemos es una de las causas principales del cambio climático, de la pérdida de la biodiversidad y de las enfermedades no transmisibles como la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares", explica el profesor Tim Lang de la Universidad de Londres , que es uno de los autores del estudio.
El informe, por supuesto, no le gustó nada al mundo del agro y de la producción alimentaria y desde la Asociación Lechera Europea pidieron que, ante las propuestas así de extremas, "hay que ser más responsables cuando establecemos recomendaciones en materia de nutrición".
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