Ideas para un bautismo: invitaciones, menú y decoración
Ni un cumpleaños ni tampoco un casamiento , el bautismo inaugura la vida social de tu bebé y por eso debe ser un evento inolvidable. Te damos algunos consejos para celebrar con estilo.
El bautismo es una celebración religiosa que festeja la llegada del bebé al mundo. Cuando vayas a organizar el evento tené en cuenta de que no se trata de un casamiento sino de algo más íntimo que tiene como protagonista a tu pequeño recién nacido que necesita –tanto como vos- tranquilidad, silencio y el alboroto mínimo. Por eso, el consejo es que no extiendas demasiado la lista de invitados y que la limites a tus amigos y conocidos más cercanos.
Digitales o en papel, las invitaciones son el primer paso de cualquier evento. Una de las mejores es opciones para un bautismo es elegir una linda foto de tu bebé junto con una plantilla que busques en internet, que diseñes vos o que mandes a diseñar a un profesional. La elección va a depender de cuán personalizadas quieras que sean las invitaciones. Junto con la fecha, el lugar y el horario –que conviene determinarlo en función de las siestas del bebé- podés agregar una frase inspiradora relacionada con la ceremonia religiosa.
Ambientar el espacio donde se realizará el evento es la tarea más importante: la decoración será la protagonista de los recuerdos a futuro. Si vas por un estilo clásico de bautismo, elegir colores pasteles irá en sintonía con la serenidad y la alegría que trae todo nacimiento. Evitá la arbitrariedad del rosa para las niñas y del celeste para los niños y probá con lila, verde lima, amarillo o un blanco roto tipo manteca. Se pueden agregar globos de helio y banderines que respeten la paleta elegida para que todo se vea en perfecta armonía.
Para innovar con un estilo vintage podés decorar con ropa de bebé recién nacido colgada con broches de madera –como recién lavada- en sogas de yute a lo largo y a lo ancho del salón en el que vas a celebrar el bautismo. Para completar la onda retro, agregá juguetes antiguos como centros de mesa y fotos de tu familia en sepia o blanco y negro a modo de guirnaldas. Los tonos que van a predominar en este caso son todos los matices del marrón combinado con blanco o con algún color brillante que ilumine el espacio.
Lejos de los colores pasteles, si hay algo que los bebés realmente pueden identificar son los tonos saturados bien diferenciados entre sí. En este caso, si estás afanada en que tu recién nacido pueda disfrutar algo de su propia y primera fiesta, entonces, apelá a los azules, rojos, amarillos, verdes y naranjas. Utilizá figuras definidas como elementos geométricos, contornos de animales o estrellas y corazones para que todo junto se convierta en un mundo de fantasía.
En cualquiera de los casos que elijas, complementá la ambientación con detalles que suman. Armá cubos con el nombre de tu bebé y utilizalos como centros de mesa; confeccioná guirnaldas de luces, de angelitos, de pompones de papel, de polka dots, de estrellitas, de animales o de pequeñas blondas de panadería: el efecto banderín nunca falla; aprovechá también los peluches que tenés en tu casa y usalos como adornos para la mesa dulce.