La muerte la dejó sin esperanzas, ¿existen las segundas oportunidades?: “Si vuelvo a vivir, te vuelvo a elegir”
Eran una pareja joven y “alocada”, pero a los 24 años una tragedida lo cambió todo, ¿cómo seguir adelante?
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1995 fue un año decisivo para esta historia. Melisa llevaba una relación de cinco años junto a Pablo. A sus 24 años se sentía feliz con su pareja y todos los proyectos propios de la juventud. Pero a veces la vida va por un camino diferente al que nosotros planificamos, y a tan joven edad recibió la peor noticia que alguien puede recibir: Pablo falleció en un accidente de moto. La perdida del amor la consumió en una tristeza y se sintió sin rumbo durante aquel año en que el vacío y la falta de su novio eran una constante. Para su suerte, siempre hay alguien, que tal vez aún no conocemos, que está destinado a acompañarnos en ese camino a la sanación de las heridas, aún las más profundas.

“Tengo adelante mío a la mujer de tu vida”
Ese fue un año de pausa, de estar desconectada de todo, incluso de sus estudios en la facultad. Los pensamientos se mezclaban con los sentimientos y con ayuda de quienes la rodeaban y su buena voluntad, Melisa decidió que a su joven edad era momento de salir adelante. Venía de una relación adolescente donde ambos eran muy salidores y Melisa lo describe como una relación “alocada”, siempre había un plan y fue ese vacío el que se hizo sentir. Ahora veía las cosas un poco diferentes, por eso quería conocer a un hombre que fuera bueno y más tranquilo. Así se lo contó a María, la novia de su hermano, quien le respondió: “Tengo a la persona perfecta para vos”.
La celestina perfecta, María, había recibido el mensaje y sabía qué hacer: no tardó en tomar el teléfono de línea, llamó a su compañero del trabajo y le aseguró: “Tengo adelante mío a la mujer de tu vida”.
Amor a primera vista
Melisa y Tomás se conocieron un 11 de enero en el festejo de cumpleaños del hermano de ella. Charlaron y se divirtieron, ambos sabían que María creía que podían ser la pareja perfecta, pero aquello no los intimidó para conocerse con tranquilidad.
Unos días después fue el cumpleaños de Melisa, y Tomás la llamó para saludarla. Aquel llamado no fue tan solo una conversación típica de cumpleaños, hablaron con fluidez y entre risas. La llamada se extendió y los temas no cesaron de aparecer. Terminaron con una invitación a cenar.
El 22 de enero se vieron por segunda vez en lo que fue su primera cita. Cenaron y la conversación fluyó con la facilidad como lo hace cuando dos personas están destinadas a fluir el resto de su vida. Tomás tenía 27 años, Melisa 25 años con una fuerte experiencia de vida. Sin rodeos, antes de descender Melisa del auto, se dieron el primero beso que selló el comienzo de un noviazgo, ¿para qué esperar para vivir una relación si ya se sentían plenos el uno con el otro?

Una sorpresa en Londres
Dos años después se fueron a vivir juntos a un lindo departamento de dos ambientes en Palermo.
En ese entonces Melisa viajaba a China por trabajo. En uno de esos viajes hizo escala en Londres y organizaron para encontrarse allí una semana y conocer juntos la ciudad londinense. Era 17 de octubre y un día soleado, una rareza en aquella ciudad, los acompañó para hacer el momento más perfecto. Se sentaron en un banco frente al palacio de Buckingham y Tomás la sorprendió, sí, decidido sacó el anillo que llevaba y le propuso casamiento.
“Felíz, más que feliz, dije que sí y luego me fui directo a una cabina telefónica a llamar a mi mamá y contarle”, recuerda Melisa. Fiel a su estilo hicieron sus invitaciones a mano, las tuvieron esparcidas en su departamento de dos ambientes para terminarlas. Y se casaron con una fiesta no tradicional: hicieron un té.
“Ya ahora, 23 años después y con dos hijas maravillosas cito a Benjamín Amadeo en una canción que le escribió a su hija: si vuelvo a vivir, te vuelvo a elegir”, dice Melisa feliz y enamorada.
“Volver a estar en pareja fue muy gratificante. Fue un año en pausa y cuando pude volver a pensar que podía querer a alguien y tener una relación para mí fue hermoso porque nos enamoramos, fue una gran compañía, sostén y me trajo mucha calma y alegría, todo lo que en ese momento necesitaba”, concluye Melisa. En ese momento y muchos más.
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