Una extraña montaña de lana le llamó la atención hasta que descubrió la verdad: “Supimos de inmediato que quería vivir”

LA NACIONJimena Barrionuevo

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Lo que parecía un día normal en junio de 2022 se convirtió en una jornada agitada e invadida por la adrenalina. Esa tarde, mientras daba un paseo por el área de Mount Alexander, en Victoria, Australia, un hombre se topó con una extraña montaña de lana enmarañada cubierta de ramas secas.

Al principio no entendió bien qué era lo que tenía frente a sus ojos. Decidió entonces acercarse un poco más para evaluar la situación con mayor precisión. Y luego de unos minutos finalmente llegó a una triste conclusión: la masa de lana pertenecía a una oveja que se había desplomado bajo el peso de su manto. Había crecido tanto que no le permitía mantenerse en pie.

“Si no lo encontraban, iba a tener un triste final”

De inmediato se puso en contacto con el refugio agrícola local Edgar’s Mission para pedir ayuda. “No estoy segura de cuánto tiempo estuvo sobreviviendo en esas condiciones”, dijo la fundadora y directora de Edgar’s Mission, Pam Ahern, en un comunicado de prensa. “Pero sí sé que, a juzgar por la longitud de su vellón, hacía muchos años que no lo esquilaban. De no haberlo encontrado, su final hubiera sido otro”.

Edgar’s Mission es un refugio sin fines de lucro para animales de granja rescatados. A través de la educación, la divulgación, la promoción y el enriquecimiento comunitario, promueve un mensaje en el que animan a las personas a ampliar su círculo de compasión para incluir a todos los animales.

“Fue como encender un interruptor”

Los rescatistas trasladaron a la oveja, más tarde llamada Alex, a un lugar seguro. La acomodaron con cuidado en la parte trasera de la camioneta y en ese mismo instante comenzaron a administrarle fluidos para hidratarlo. “Fue como si de repente se encendiera un interruptor: Alex levantó la vista y se dispuso a explorar su alrededor”.

Una vez en el refugio, los voluntarios dieron inicio al largo proceso de esquilar su enorme pelaje lleno de orina, ramas, cortezas de árbol, escarabajos y gusanos. Después de largas horas de trabajo y tropezar con sectores que se resistían con todas sus fuerzas a ceder ante las tijeras, se extrajeron cuidadosamente unos 40 kg de lana del delgado cuerpo de Alex.

“Estaba tan débil que no podía mantenerse de pie”

“Lamentablemente, encontramos en Alex a un ser que se encontraba en un estado de salud muy delicado. Las posibilidades de pastoreo en la zona en la que lo habían localizado eran escasas. Estaba tan débil que no podía mantenerse en pie. Cuando le quitamos la lana que cubría su rostro y nuestros ojos se encontraron con los de él, supimos de inmediato que quería vivir”.

Alex fue provisto de una chaqueta que lo mantendría durante un tiempo abrigado del frío. Fue entonces el momento de conocer a Chloe y Molly Brown, dos ovejas también rescatadas, ancianas y sabias, que lo ayudaron en su proceso de adaptación. Y, al amanecer del día siguiente, Alex sorprendió a todos: “se paró y pateó el suelo frente a nosotros, con el cubo de heno vacío y la barriga llena”. Finalmente Alex comprendió que había encontrado su hogar.

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Por Jimena Barrionuevo

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