Unilever y el INTA se asocian para promover la agricultura regenerativa

El acuerdo afianza el compromiso de la compañía con el cuidado del medioambiente. Se trata de una forma de cultivar alimentos en armonía con la naturaleza para hoy y para el futuro.

El compromiso con las generaciones futuras no solo se trata de generar el mínimo impacto en el medioambiente hoy. El mayor desafío es promover aquellas prácticas que restauren el ritmo natural de los ecosistemas y generen un impacto positivo y de eso se trata la agricultura regenerativa que promueve Unilever en alianza con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

El viernes 16 de diciembre, en el Museo Saavedra, en uno de los pulmones verdes de la Ciudad de Buenos Aires, al aire libre, sobre el verde y con un repertorio de violines que acompañó una mañana campestre, Unilever dio a conocer la iniciativa. Si bien la compañía lleva 30 años de trabajo conjunto con el INTA para la producción de las hortalizas que utiliza en los productos de su marca Knorr, este nuevo pacto va más allá y no solo tiene en cuenta la necesidad de ser sustentables en sus procesos sino también de llevar adelante prácticas agrícolas que restauren el ritmo natural de los ecosistemas, de manera que se conserven y revitalicen los procesos biológicos del suelo.

Hay que tener en cuenta que, desde hace unos 10 años, Unilever trabaja bajo los principios de su Código de Agricultura Sostenible, pero, en esta oportunidad, da un paso más, y con el apoyo del INTA y Knorr, incorpora una nueva estrategia para sus cultivos en la provincia de Mendoza. Los Principios de Agricultura Regenerativa de Unilever buscan proteger y mejorar las comunidades locales y su bienestar. Pero, además buscan producir cultivos con suficiente rendimiento y calidad nutricional, optimizando el uso de recursos renovables y minimizando el uso de recursos no renovables.

Potenciar el suelo

Es lo que propone la agricultura regenerativa, que busca mantener el suelo siempre vivo y con actividad biológica, reducir el desperdicio del agua, recuperar los procesos vitales de los ecosistemas a través de la incorporación de polinizadores, aves, mamíferos y especies nativas, además de formar agricultores hacia una transición productiva sostenible y reducir la huella de carbono en las producciones.

Este proyecto conjunto invita a trabajar con la naturaleza y no contra ella, el resultado es la producción de alimentos más nutritivos, cultivos más resistentes y un menor desperdicio del agua.

“Decidimos pasar de la sustentabilidad a la regeneración, por eso estamos hoy acá, para contar cómo vamos a hacer esa transformación de la agricultura”, dijo Natalia Giraud, Head de Asuntos Corporativos de Unilever, durante el evento en el Museo Saavedra. A la vez, aseguró, “ya no se trata de hacer menos mal sino de hacer más bien al planeta, creo que ese es el camino”. Además destacó el protagonismo de Knorr en la planta de Mendoza, “allí trabajamos con los agricultores de forma sustentable y son 400 familias que dependen de ese trabajo. Para todo nuestro plan de desarrollo sostenible, las alianzas son clave porque no podemos hacerlo solos, por eso el INTA es nuestro aliado desde más de 30 años”, sostuvo Giraud.

Esta nueva iniciativa tendrá un impacto positivo no solo en la producción de hortalizas, sino también en las comunidades de la zona, la salud del suelo, la biodiversidad, la calidad del agua, la resiliencia climática y la rentabilidad agrícola.

Por otro lado, cabe destacar que la planta de Unilever ubicada en Guaymallén, Mendoza, es la única deshidratadora de Unilever en el mundo y la más grande de Argentina. Se cultivan allí 13 hortalizas diferentes, entre zanahoria, zapallo, cebolla, ajo, puerro, y se reciben anualmente 15.000 toneladas de hortalizas crudas que se traducen en 3.200 toneladas de hortalizas deshidratadas entre escamas, granulado y polvo. Esta alianza con el INTA permitirá capacitar a los agricultores. “No hace tanto en la misma relación de confianza que tenemos con Unilever aparece el desafío de la agricultura regenerativa”, dijo Claudio Galmarini, director del Centro Regional Mendoza-San Juan del INTA y especialista en horticultura, durante el encuentro. En ese sentido, explicó “si uno comprende el ciclo biológico, el enfoque de la agricultura regenerativa es devolverle, restituir al suelo aquello que tomamos para nuestro alimento”. Se trata, entonces, de conservar e incrementar la fertilidad del suelo, su microbiota, su fauna, además del desafío de utilizar sistemas de riego eficientes, que conserven el agua. “El último eje tiene que ver con la conservación de la biodiversidad del suelo y con la sostenibilidad económica del productor”, agregó Galmarini.

Este acuerdo, público privado, entre el INTA y Unilever, tiene como objetivo promover las prácticas de agricultura regenerativa entre los agricultores, para el cultivo de alimentos en armonía con la naturaleza. “El trabajo conjunto con los productores que abastecen a la planta deshidratadora de Unilever nos permitirá experimentar, aprender, adoptar y difundir prácticas de agricultura regenerativa que contribuyan a la sostenibilidad ambiental, económica y social de los productores y de todo el sector”, finalizó el director del Centro Regional Mendoza-San Juan del INTA. De manera que, este compromiso se apoya en un plan para sembrar hoy lo que las generaciones futuras cosecharán mañana.

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