Reseña. Aceleracionismo, de Armen Avanessian y Mauro Reis (comp.)
Aceleracionismo. Estrategias para una transición hacia el postcapitalismo propone una rápida presentación de la filosofía aceleracionista –que conviene no imaginar más allá del carácter “performático” de un manifiesto político publicado en Internet en 2013– para pasar luego a una sucesión de enjuiciamientos teóricos sobre ella cuyo veredicto más común es la guillotina (teórica, por supuesto).
El volumen de ensayos funciona como una extraña novela académico-judicial kafkiana en la que se desnuda la esencia ideológica del acusado (el aceleracionismo) al mismo tiempo que su cuerpo cae sobre un patíbulo cuya eficacia está arbitrada por Franco Berardi, Mark Fisher y Antonio Negri, entre otros diez intelectuales europeos y estadounidenses de menor escala. En defensa del aceleracionismo, por otro lado, está claro que, siendo indulgente, no podría decirse mucho más de lo que el crítico James Wood escribió sobre la prosa de George Steiner: es el sudor de una estatua que desea ser un monumento.
¿Pero un monumento a qué? Es en las únicas dos respuestas posibles (por completo antagónicas) a sus ideas donde se resuelve la suerte del aceleracionismo filosófico. O bien se trata de un “monumento” de la derecha al triunfo incontestable del capitalismo, o bien, por el contrario, de un “monumento” de la izquierda a su derrumbe inminente. De una u otra manera, como lo sintetiza el estadounidense Steven Shaviro en su artículo, la discusión del libro se concentra alrededor de una certeza política y económica común: “A todas luces, la situación es mucho peor ahora de lo que era en los noventa, para no hablar de los setenta”.
Inspirados en un pasaje de Karl Marx en el Discurso sobre el libre intercambio (1848) –“el sistema de la libertad comercial acelera la revolución social”– y bajo el influjo de El Anti-Edipo de Gilles Deleuze y Félix Guattari, los estadounidenses Alex Williams y Nick Srnicek habían propuesto en su “Manifiesto por una política aceleracionista” que, dada “la parálisis del imaginario político” y tras treinta años de un neoliberalismo que “ha despojado a la mayoría de los partidos de izquierda de pensamiento radical, de contenidos y del mandato popular”, la tecnología que sostiene al capitalismo “debe ser acelerada precisamente porque es necesaria para ganar los conflictos sociales”.
La naturaleza exacta de esa “aceleración”, las posibilidades de una implementación victoriosa y el margen para que ese proceso forme parte del “autodominio colectivo”, como Williams y Srnicek definen la democracia, es lo que dispara las distintas posiciones (más en contra que a favor) compiladas en el libro.
Aceleracionismo puede leerse así como una coda atractiva –pero coda al fin– dentro de un universo más amplio de ideas donde los verdaderos pesos pesados del pensamiento de izquierda y derecha mantienen un debate mucho mayor. En ese sentido, desde la filosofía política, la economía y la sociología, autores como Slavoj Žižek, Alain Badiou, Peter Sloterdijk, Thomas Piketty y Yanis Varoufakis –y en especial el más pragmático Rutger Bregman, autor del indispensable Utopía para realistas– ofrecen un paisaje de dilemas terrenales de actualidad que Aceleracionismo, con un recorte muy particular de autores, apenas deja entrever como si los observara desde una lejana estación espacial.
Desde esa órbita, la obsesión derrotista del italiano Franco Berardi ante el siglo XXI –“las maquinarias algorítmicas concentran el complejo de saberes que llamamos general intellect”– contrasta, por ejemplo, con la lucidez técnica de la italiana Tiziana Terranova, capaz de recordar que todos los algoritmos en las redes sociales son, apenas, “medios de producción que codifican un cierto saber social”. Algo que, lejos de dominar nuestras mentes, sólo busca un rendimiento económico que no es invulnerable ni a los actos de conciencia individual ni a los valores estéticos y éticos de los hackers con más astucia que pánico.
ACELERACIONISMO. Armen Avanessian y Mauro Reis (Comp), Caja Negra. Trad.: M. Reis, 297 págs. $ 340