"El presidente [Carlos] Menem me dijo que [Diego] Maradona hizo un gol de tiro... ¿de tiro libre?". El líder cubano Fidel Castro, que no era un fanático del fútbol, recién llegaba a Bariloche el 15 de octubre de 1995. Se cruzó unos segundos con el mandatario argentino y en esa breve charla el riojano le informó que Diego Maradona había marcado el gol del triunfo de Boca ante Argentinos Juniors y se lo había dedicado especialmente.
La anécdota deportiva fue una forma de romper el hielo y tomar distancia de varios dichos anteriores que generaron tensión entre ambos. Carlos Menem era anfitrión en la V Cumbre Iberoamericana y los medios señalaron en los días previos a la reunión que la intención de la Casa Rosada era encontrar puntos en común entre ambos gobiernos.
Castro llegó rodeado de guardaespaldas y se suponía que iba a estar aislado. Por eso se sorprendió cuando algunos periodistas lo abordaron en el hotel Panamericano. Tras una primera mirada de incomodidad, conversó amablemente con la prensa. Le aseguraron que Menem se había expresado en favor de levantar el embargo norteamericano sobre Cuba y lo agradeció: "Me alegro mucho por la propuesta. Seguramente nos reuniremos". La realidad es que más tarde la cumbre dejó sólo una mención elíptica al tema. Y la reunión jamás se concretó.
Según los diplomáticos que participaron la reunión, ninguno quiso tomar la decisión de ser el primero en pedir el encuentro. Estaban dispuestos a charlar, pero no a tomar la iniciativa en el acercamiento.
Menem, en sus comienzos en la política, se refería a Castro como el hombre que restauró la dignidad en Cuba. Pero tiempo después, adoptó una posición muy crítica y en varias reuniones internacionales dijo que la isla solo lograría restaurar la democracia el día que Castro se alejara del poder. Más allá de los gestos amables, la tensión dominó aquellos días en San Carlos de Bariloche.
En aquella cumbre estuvieron presentes, entre otros, Gonzalo Sánchez de Lozada (Bolivia), Fernando Cardoso (Brasil), Ernesto Samper (Colombia), Felipe González (España), Alberto Fujimori (Perú) y Julio María Sanguinetti (Uruguay).
Bush, Kirchner y el ataque al FMI
El inmenso operativo de seguridad involucró a más de 22.000 efectivos locales. Además llegaron unos 1000 agentes con George Bush y otros tantos con el venezolano Hugo Chávez. Se desplegaron cazabombarderos A-4 y aviones Pucará y Mirage y artillería antiaérea. También Estados Unidos aportó aviones Awacs para apoyar el dispositivo. Dos naves de guerra patrullaron permanentemente la costa atlántica.
Aunque los manifestantes nunca llegaron a acercarse a los mandatarios de la IV Cumbre de las Américas de Mar del Plata, en 2005, las fuerzas de seguridad no lograron evitar incidentes, tanto en la ciudad balnearia como en Buenos Aires, Neuquén y Rosario. Todos por marchas en contra Bush y los Estados Unidos.
Con la intención de renegociar la deuda con el FMI, la expectativa del gobierno de Néstor Kirchner era conseguir un guiño de Bush para que interceda en el acuerdo. La respuesta fue tibia. "Estados Unidos lo ha ayudado en un primer momento y ahora creo que usted se puede defender ante el FMI con una mano muy firme. Lo felicito por tomar decisiones que mejoraron la vida de su pueblo", le dijo el republicano al mandatario argentino.
En su discurso ante los presidentes, el argentino tuvo una posición muy severa contra el FMI y los Estados Unidos respecto de su participación en la crisis económica de 2001. "En un gesto perverso, el FMI le dio fondos frescos a un gobierno que seguía gastando. Nosotros no solicitamos nuevos préstamos ni pensamos hacerlo. Para la Argentina que corría al abismo hubo ayuda. Para el país que quiere salir de la crisis cumpliendo sus obligaciones no. […] Hoy se lo decía al presidente Bush. Por cuestiones de liderazgo, Estados Unidos tiene una responsabilidad ineludible e inexcusable para darle fin a las asimetrías en el continente […] Las políticas de Washington provocaron miseria, la caída de gobiernos democráticos y situaciones de inestabilidad", se quejó. Unos meses después, terminaría cancelando la deuda con el Fondo en un solo pago.
Mientras tanto, Kirchner aceleraba los vínculos con Venezuela. Firmó varios acuerdos comerciales con Chávez.
Otra vez Maradona: "¡Ven acá, Diego!"
La contracumbre, también denominada Cumbre de los Pueblos, reunió a 45.000 personas en el estadio mundialista de Mar del Plata. Reclamaban derechos para los indígenas y expresaban su rechazo a la deuda externa, al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) y a la militarización en América del Sur. Promovían, en su lugar, el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América).
Chávez, en uno de sus prolongados y encendidos discursos, invitó a Maradona a decir unas palabras. "¡Ven acá Diego!, ¡En el tren del ALBA Diego Armando Maradona venía de maquinista!", dijo el presidente venezolano, en referencia al traslado desde Buenos Aires a Mar del Plata. El futbolista atinó a decir: "La Argentina es digna. Echemos a Bush".
Fue entonces cuando el líder bolivariano saltó con la gente y lanzó una frase que quedaría para la historia: "¡ALCA, ALCA, Al carajo!". El acuerdo comercial propuesto por los Estados Unidos se había firmado en en 1994, pero en Mar del Plata se esperaba poder cerrar las diferencias que existían para ponerlo en marcha.
Durante el último día de la cumbre, Vicente Fox, presidente de México, dijo: "Propongo que empecemos a hablar sobre la integración comercial". Kirchner le impidió continuar: "Ese no es el tema para el que fue convocada esta reunión". Y le dio la palabra a otro mandatario. Bush se levanto para darle la mano a Fox.
Mientras tanto, los manifestantes se enfrentaba con la policía y provocaban destrozos en Mar del Plata. El tema comercial lo reavivó Paul Martin, el premier canadiense. Y Bush propuso que se trate una propuesta de Panamá, que también estaba a favor del ALCA. Luego de discusiones y un clima incómodo, la dura posición de Venezuela, respaldada por la mayoría de las naciones del Mercosur, hicieron fracasar el proyecto. Bush se fue. Aclaró que no lo hacía por enojo, sino por obligación. "Quiero agradecerle que haya venido y expresarle mi respeto a pesar de las diferencias", le dijo Kirchner, que lo acompañó hasta la puerta de salida.
Hacia el final del día, ya sin Bush, se firmó un documento, con varios países en desacuerdo, para retomar las negociaciones en el futuro. Una forma de suavizar y disimular el duro fracaso del encuentro.
De regreso a Mar del Plata
La ciudad marplatense volvió a recibir una reunión de mandatarios en diciembre de 2010: la XX Cumbre Iberoamericana. Más allá de los temas de agenda, el mundo estaba conmovido por WikiLeaks, la filtración de cables de la diplomacia norteamericana. Hubo muchos ausentes. Aunque nadie lo reconoció oficialmente, Chávez se excusó de participar por las inundaciones en su país. Tampoco estuvieron Evo Morales y Raúl Castro.
José Luis Rodríguez Zapatero faltó por la grave crisis económica en España. Aunque, en este caso, había otro tema urticante: las sospechas sobre negocios bilaterales con la Argentina. Los reyes Juan Carlos y Sofía estuvieron presentes y la ministra de Relaciones Exteriores española, Trinidad Jiménez, hizo referencia a los mails que vinculaban a las empresas hispanas, públicas y privadas, con casos de soborno y corrupción que comprometían al entonces secretario de Transporte, Ricardo Jaime , y salpicaban al ministro Julio De Vido. "Las empresas españolas son serias, responsables […] De lo que he tenido conocimiento son intercambios de correos electrónicos y, en ningún caso, conducen a la prueba de que ninguna de las empresas españolas haya cometido ningún cohecho", aseguró la canciller para negar cualquier malestar.
Cristina Kirchner homenajeó a Lula, que estaba cerca de dejar la presidencia de Brasil. Y el hecho más saliente de la cumbre fue que Rafael Correa, presidente de Ecuador, solicitó impulsar una condena pública a los Estados Unidos por el caso WikiLeaks, pero la posición fue rechazada por la Argentina, Brasil, México y Chile.
Además, se aprobaron metas educativas para 2021, se creó un fondo para la educación y se incorporó una cláusula democrática para castigar a los países en los que se registre un golpe de Estado.
Las cumbres del Mercosur en la Argentina
Potrero de los Funes recibió la Cumbre del Mercosur en 1996, cuando se firmó la declaración sobre el Compromiso Democrático y se sumó a Chile como estado asociado. Fue la primera vez que la reunión se realizó en la Argentina.
Pero una de las más recordadas es la reunión de 1998 en Ushuaia, cuando por primera vez se permitió la participación de un presidente que no pertenecía al continente. Fue por la visita del mandatario sudafricano Nelson Mandela a la Argentina.
Las reuniones en la Argentina fueron siempre importantes para Venezuela. En 2004, en Puerto Iguazú, se lo aceptó como estado asociado, y en 2006, en Córdoba, fue incorporado como miembro pleno en una Cumbre que tuvo como protagonista a Fidel Castro. Además, en 2014, en Paraná, la Cumbre condenó las sanciones que Estados Unidos le impuso al gobierno venezolano.
Pero el momento más drástico se vivió en Guaymallén, Mendoza, en 2017, cuando Mauricio Macri intentó expulsar a Venezuela del Mercosur. Sin embargo, se encontró con la oposición del uruguayo Tabaré Vázquez y del boliviano Evo Morales. Al final, se emitió un documento con una advertencia y se anuló la condecoración de la Orden del General San Martín que había entregado Cristina Kirchner a Maduro.
Unos días después, Macri fue mucho más directo: "Venezuela tiene que ser suspendida definitivamente del Mercosur. Es inaceptable lo que está sucediendo", dijo acerca de la crisis en ese país. La suspensión permanente se concretó el 5 de agosto, en San Pablo.
La cumbre de 1995 en la tapa de LA NACION
La cumbre de 2005 en la tapa de LA NACION
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