De la Rúa, un político exitoso que terminó en fracaso

A continuación, sus principales conceptos:

• En la etapa final del gobierno de De la Rúa, la mayor parte del poder de decisión se había trasladado al Congreso. Allí se venían negociando las leyes con las que se intentó rescatar la etapa de la convertibilidad. Había también una especie de guión acordado con el FMI que monitoreaba una serie de sesiones interminables para tratar de evitar el desenlace que finalmente se produjo.
• La elección legislativa de octubre de 2001 marcó el principio del fin, con la derrota de la Alianza y el triunfo del peronismo. Con ese recambio se desencadenaron una serie de hechos con los que se trasladó el poder real al Congreso. Hubo una etapa de proyectos legislativos que buscaban salvar al proyecto del Gobierno.
• Había gestiones permanentes de quien fue el último jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, que peleaba casi en soledad por esos proyectos. Estaba también Cavallo, que intentaba rescatar lo que quedaba de la convertibilidad. Había negociaciones interminables en el Congreso para intentar blindar la economía de la situación en la que se encontraba mediante proyectos de ley.
• Luego de la elección, quedo muy poco margen. Empezaron a tomar medidas como la de ubicar a Ramón Puerta como presidente provisional del Senado: una serie de movimientos que preanunciaban lo que iba a ocurrir después. Los nuevos legisladores asumieron en diciembre de 2001. Entre ellos, la compulsa más importante había sido en la provincia de Buenos Aires: entre Duhalde y Alfonsín, los dos candidatos a senador.
• Ganó Duhalde y cuando asumieron, el 10 de diciembre, su despacho se había transformado en un ámbito de constante movimiento y de consultas de mucha gente, que hacían fila para esperar. Esto hablaba de la debilidad del Gobierno porque estaban, de alguna manera, articulando una alternativa.
• Para los hechos famosos del 19 y 20 de diciembre, De la Rúa estaba muy debilitado y solo. Los que terminaron dando el paso para atrás son los del bloque del radicalismo, y el jefe del bloque de senadores, Carlos Maestro, le dijo a De la Rúa que no quedaba otra alternativa que pedir la renuncia. La información salió desde el Senado hacia el público. Aquí empezó la transición que se recuerda traumáticamente: la de los cinco presidentes.
• La figura de De La Rúa tuvo un antes y un después con su presidencia. Antes, era el presidente más previsible de la Argentina. El político que cumplió con todos los pasos protocolares para llegar a ese cargo. Había tenido logros electorales muy significativos desde el '73 en adelante, y representaba la tradición más institucional del radicalismo.
• Tenía, además, un bastión político muy fuerte en la Capital Federal, donde ejerció como el primer jefe de Gobierno electo, en 1996. De La Rúa tenía la formación natural para ser presidente. Por eso, cuando se conformó la Alianza, era el nombre que decantaba naturalmente como la figura más importante.
• De la Rúa terminó siendo el hombre que catalizó el sentimiento contra el menemismo, en una época donde ya había impactado fuertemente la recesión económica, el desempleo era muy alto y había una demanda fuerte de honestidad, lo que él más simbolizaba. Terminó ganando por una diferencia de más de 10 puntos sobre Duhalde. Llegó con una enorme popularidad y expectativa , porque era la primera vez que una coalición de gobierno llegaba a la presidencia.
• Dicho esto, da la impresión de que el gran problema que tuvo De la Rúa, que terminó decantando en el 2001, ya se estaba gestando desde que asumió. Uno de los puntos más gravitantes era cómo manejar el estadío final de la convertibilidad, el gran problema inicial que tuvo su gestión.
• La convertibilidad era un placebo para la sociedad, que estaba enamorada de sentir que nuestra moneda era equivalente al dólar. El primero que planteó, en plena campaña, que había que evaluar un esquema alternativo para ir saliendo de la convertibilidad fue Duhalde , e inmediatamente empezó a bajar en las encuestas. Además, después de la salida de la convertibilidad, entre enero y febrero de 2002, todavía había un 40% de la gente que quería volver.
• No haber planteado una alternativa a la convertibilidad más temprano empezó a estresar a la economía argentina de un modo muy complejo, al punto tal de que el primer gabinete de De la Rúa era un gabinete de economistas. Estaban Machinea, López Murphy, Llach, un elenco técnico económico. Era un tema central, que terminó siendo su talón de aquiles. Terminó reventando por los aires en un contexto social muy asfixiante, ya con el corralito y con aquella decisión tan controvertida que fue declarar el Estado de Sitio, que derivó en los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001.

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