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A continuación sus principales conceptos:
- Hay un clima que reflejan los medios de comunicación, que se advierte en conversaciones cotidianas, de preocupación por la economía que contrasta con el estado de ánimo del Gobierno
- Si uno habla con los principales protagonistas de la Casa Rosada hay un optimismo que se sostiene sobre una idea principal: el Gobierno cree que el voto de aquellos dispuestos a votar a Macri y de los potenciales votantes está compuesto por un 60% de política –valores y un estilo en la administración de las cosas- contra un 40% que es economía. Esta idea supone que no se pueden trasladar directamente las características negativas, deplorables del momento económico, sobre la visión que la gente tiene de los candidatos
- En la casa de Gobierno cuando miran el proceso electoral dicen: "Todavía estamos en condiciones de ganar porque nos identifican con el cambio respecto de todo lo otro". Pero, hay una discusión sobre que es "lo otro" hasta dentro del propio oficialismo: para algunos es solamente el kirchnerismo; para otros es todo el peronismo; y hay quienes dentro de la Casa de Gobierno también incluyen al radicalismo, que creen que debe pasar a convertirse en algo del pasado
- Macri está tratando de sembrar este optimismo en su primer círculo, por eso reconvoca a Horacio Rodríguez Larreta y a María Eugenia Vidal a formar parte de una mesa de campaña que lo comprometa con el destino de la campaña y con el resultado electoral. La única lealtad es con el resultado
- La idea del equipo de campaña del Gobierno, que preside Marcos Peña, es hablarle estos meses al votante de Macri y no preocuparse por seducir a otro, hasta que la economía se recupere
- Esta teoría tiene un Talón de Aquiles: el dólar. Si hubiera un descontrol del dólar el Gobierno cree que esa composición del voto -60% política y 40% economía- podría cambiar. Porque en la Argentina el dólar es un ordenador político. La sociedad mira el dólar y, si está controlado, entiende que el Gobierno conserva el control de la realidad, si se dispara cree que el Gobierno ya no puede prever lo que va a pasar, que perdió el curso de la historia y que en ese escenario hay que pensar en otra persona. Aquí aparece Cristina y el peronismo no kirchnerista, que tiene ahora como la opción más visible a Lavagna
- Roberto Lavagna también está mirando qué nivel de orden puede garantizar el Gobierno. Daría la impresión de que él se basa también en una hipótesis, que es que Cristina y sus votos están más o menos blindados, no gana ni pierde un voto. Por lo tanto, es más probable que el voto disponible sea ganar sobre el desencanto de los votantes de Cambiemos. Por eso le da mucha más importancia a sumar aliados no peronistas que a sumar aliados del propio peronismo. Lavagna está pensando en competir por el voto de Macri armando una especie de "Cambiemos 2"
- El Gobierno depende de dos variables: primero que no se escape el dólar y segundo que el aspecto institucional, aquello que los vuelve distintos del resto, no empiece a volverse problemático
- Acá aparece el episodio de Marcelo D'Alessio, y un submundo de espionaje clandestino ligado de manera más o menos regular a una cantidad de funcionarios puestos por Macri en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). En el centro la número dos, Silvia Majdalani, que tiene una vinculación muy estrecha con el aparato de inteligencia que manejaba Néstor Kirchner
- Aparecen ahora una cantidad de arrepentidos, sospechosos que se presentan en el juzgado del juez Ramos Padilla, en Dolores. El kirchnerismo dice que hay arrepentidos a los cuales les cargan las declaraciones, usando las preventivas como una especie de extorsión. El kirchnerismo busca que la realidad sea simétrica
- Este jueves, tanto Gustavo Arribas, traído desde Brasil para encargarse de estos negocios de espionaje, como Silvia Majdalani tienen que ir a declarar a una comisión bicameral que hay en el Congreso sobre los servicios de inteligencia
- Esta comisión está presidida por un radical y hoy las relaciones entre el radicalismo y el Gobierno no son las mejores. En alguna medida porque el Gobierno considera que el radicalismo tiene que pasar a la historia y en otra porque algunos radicales comienzan a ver como atractiva la candidatura de Lavagna. Arribas y Majdalani llegan en un momento de tensión política dentro de Cambiemos
- Lo que más llama la atención de todo esto es el silencio del Gobierno, incómodo. Porque en un momento en que necesita ofrecer más que nunca aquello identitario, aquello que quiere mostrar como un cambio en la calidad de la política, y en la relación con la Justicia, se le aparece este submundo, donde habrá que ver si lo que se cuenta es cierto o no
- Macri guarda silencio pero el jueves su principal amigo, Arribas, y el aparato que él mismo montó en la AFI va a estar expuesto a un interrogatorio importante y esperemos que no a un escándalo
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